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El Telégrafo
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Este año se estrenó una nueva adaptación de este clásico de terror

Larga vida al monstruo de Victor Frankenstein

Larga vida al monstruo de Victor Frankenstein
Foto: Tomada de Internet.
27 de diciembre de 2015 - 00:00 - Redacción Telemix

Mary Shelley creó a su monstruo después de una pesadilla. Habiéndole dado vida, en la introducción de la escritora a las ediciones posteriores a 1831, Shelley pedía a su “horrenda criatura que salga al mundo y que prospere”.  

El engendro debió prosperar, pues pronto alcanzaría la categoría de clásico y se adelantaría a la segunda generación de monstruos de finales del siglo XIX, siendo además de los primeros nuevos mitos del celuloide.

Estamos hablando del monstruo de Frankenstein, cuya última revisión cinematográfica llega de la mano del director Paul McGuigan, quien le da un cambio de perspectiva a la trama. Esta vez, la historia del científico loco Victor Frankenstein (James McAvoy) es contada a través de los ojos de Igor (Daniel Radcliffe), su asistente.

La película viene cargada de escenas de acción vistosas y unas tomas panorámicas del Londres Victoriano, cargadas de planos aéreos impresionantes y muy atmosférica, algo que resulta un acierto en estos tiempos. Lo mismo ocurrió con el prometeo, en donde la producción utilizó un actor disfrazado y no fue un truco de animación como se acostumbra en las producciones cinematográficas de la actualidad.

Más allá de este detalle, la película sigue fielmente la misma historia, pero contada a la manera de un blockbuster (megaproducción) hollywoodense. La novela -y la mayoría de adaptaciones- busca explorar las implicaciones morales y éticas de los experimentos del Dr. Frankenstein, un hombre que busca ser dios desafiando la naturaleza.

Este relato gótico fue llevado al cine en 1931 bajo la dirección de James Whale, con Boris Karloff en el papel del silencioso y torturado monstruo que trata de encontrar su propia humanidad.

Desde entonces, el Dr. Frankenstein y su creación se convirtieron en íconos no solo del cine de terror, sino también de la cultura popular.

Empezando con la serie de filmes de los estudios Universal en la década del 40, la criatura ha aparecido de varias formas en cine (incluso interpretado una vez por Robert De Niro), literatura, series de televisión y demás. Al igual que otros clásicos monstruos como Drácula o el hombre lobo, cada cierto tiempo aparece una nueva versión de esta historia; algunas prometen cambios radicales, otras solo buscan mantener la tradición.

A continuación un recuento de las películas que más dieron de qué hablar sobre esta historia, ya sea por su calidad o por haber sido sepultadas por la crítica.

La primera adaptación realizada fue en 1910, en el filme llamado Frankenstein, de 16 minutos de duración, dirigido y escrito por J. Searle Dawley y creado para verse en Quinetoscopio. La película es una de las más diferentes de la novela original, con un científico más similar a un mago, capaz de dar vida a Frankenstein mezclando brebajes en un caldero.

El punto de partida exitoso llegó con El doctor Frankenstein (1931), del británico James Whale, quien a pesar de hacer una versión simplificada de la novela de Mary Shelley, logra una película visualmente muy atractiva, creando una ambientación sobrecogedora, tanto en interiores como en exteriores naturales (literalmente), gracias a una tenebrosa fotografía en blanco y negro y unos encuadres deudores del expresionismo pictórico alemán, con una puesta en escena expresiva, inquietante, en la que la interpretación de Boris Karloff (entonces desconocido) resulta decisiva en el papel de monstruo, aunque este fue ofrecido en un primer momento a Bela Lugosi, el legendario Drácula, que lo rechazó, porque pensaba que sus dotes como actor no se reflejarían en la pantalla, tras la excesiva cantidad de maquillaje que requería el personaje.

En 1935, con el mismo equipo de filmación, Whale dirige La novia de Frankenstein, que retoma la idea apuntada en la novela de Shelley de crear una mujer que consuele al monstruo. Esta versión muestra escenas memorables, de una gran ternura, como la del ‘engendro’ en la casa del ciego (fiel a la novela) o el nacimiento de su novia ante su mirada expectante. Gran parte del espíritu filosófico de la novela de Shelley está reflejada en esta película, considerada como una de las mejores del cine de terror, aunque, más que por sus secuencias de terror, se caracteriza por sus atmósferas góticas.

Karloff vuelve a encarnar al monstruo, que no provoca horror sino compasión, y Elsa Lanchester interpreta de un modo magistral a su novia. Los efectos especiales son impresionantes para la época.

El éxito del filme fue aprovechado por Universal Pictures para crear una inagotable saga con base en el monstruo, con títulos como Son of Frankenstein (1939), The Ghost of Frankenstein (1942), Frankenstein Meets the Wolf Man (1943), House of Frankenstein (1944) y House of Dracula (1945). En Ecuador todos estos filmes fueron vistos en el festival televisivo llamado Monstruo Cinema, que se transmitía los fines de semana.

En 1958, sin embargo, Frankenstein fue recuperado en un filme que mezclaba la ciencia ficción al situar la película en un futuro cercano. El título era ‘Frankenstein 1970’ y mostraba al barón Victor Frankenstein como científico torturado por los nazis que, en un retorcido plan de venganza, comienza a unir partes de cuerpos de hombres muertos para crear un soldado capaz de destruir a sus torturadores.

El barón pierde el rumbo cuando comienza a asesinar a gente para conseguir piezas de repuesto para su creación, que intenta traer a la vida con energía atómica. La crítica sepultó este filme por “falta de consistencia histórica”.

En 1974 llega un soplo de aire fresco para el personaje, gracias al filme de Mel Brooks, El jovencito Frankenstein, lo que sería un avance de las emergentes spoof movies (películas de parodias), en la que se parodian los filmes anteriores sobre el monstruo.

Gene Wilder traía al mejor descendiente de los científicos Frankenstein y a una entretenida cinta que se convirtió en una de las mejores comedias de la historia.

El británico Kenneth Branagh aportó la seriedad y la calidad necesarias para recuperar al monstruo en ‘Frankenstein de Mary Shelley’, un filme de 1994, enmarcado en la categoría de película de monstruos realistas, como sucedió con Drácula de Bram Stoker o Wolf. El filme es de los más fieles a la novela, con una ambientación en el año 1794 y un Robert De Niro como la criatura más llamativa de todas las interpretadas delante de la cámara.

Al monstruo le tocaría la animación con la llegada de ‘Frankenweenie’ en 2012, dirigido por Tim Burton. Es considerado como uno de los trabajos más respetables del director. El grado de “ternura” de sus personajes cautivó a todos los miembros de la familia. Es la primera historia que involucra al prometeo y tiene calificación A.

Veinte años después de la película de Kenneth Branagh, la creación de Mary Shelley regresó en una historia que lo convierte en un inmortal de 200 años. En ‘Yo, Frankenstein’ (Aaron Eckhart), el monstruo se llama Adam y no es para nada despreciable su apariencia, de hecho luce sensual y descamisado. Además, ya no se mueve torpemente como en el siglo XVIII. De hecho, es capaz de enfrentarse a gárgolas y demonios para mantener la paz y el equilibrio en un mundo que no lo entiende ni lo acepta.

Todas las historias, fieles o no al escrito de Mary Shelley, demuestran que todavía hay monstruo que contar. (I)

DATOS

Tanto la novela original de Mary Shelly como el clásico cinematográfico de 1931, dirigido por James Whale, carecían de un asistente llamado Igor. El filme solo contaba con la presencia de un jorobado llamado Fritz. Pero considerando que la última película es una adaptación libre, se utilizó el nombre de Igor.

En 1965 se estrenó Frankenstein Conquers the World, una de las películas más bizarras que hay sobre el prometeo y grabada en Japón. Aquí la criatura agranda su tamaño por las consecuencias de una bomba atómica y se enfrenta a Baragon, un mutante similar a Godzila.

En la serie y en el cine, La Familia Adams tuvo una copia del monstruo de Frankenstein como su mayordomo. En ambas partes, el personaje se llama Lurch o Largo. Charles Addams creó este personaje en 1930.  

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