La unión familiar aún es el eje en la Era del Hielo
Aunque la saga nació hace una década, La Era del Hielo (Ice Age, título original) aún conserva su esencia familiar. Y es que de eso se trata, más allá de las aventuras y locuras de sus excéntricos personajes, que deben enfrentar toda clase de peligros propios de los cambios terrestres como deshielos, dinosaurios y más, según las ideas de Chris Wedge, Carlos Saldanha y ahora Steve Martino los directores que han estado a cargo de La Era del Hielo desde 2002.
El trasfondo global de la saga tiene que ver con la unión que fortalece a sus personajes principales, sin distinción de especies (tres mamuts, dos zarigüellas, un tigre dientes de sable y un perezoso). Y aquello, quizás sin proponérselo o de manera subliminal, se relaciona con la disfuncionalidad de las familias estadounidenses y del mundo.
Ese ha sido el enganche principal durante una década, que se ha reflejado en una millonaria taquilla de la saga. En ‘Ice Age 4: Continental drift’ (La Era del Hielo 4: la formación de los continentes), una vez más Scrat, aquella ardilla prehistórica y obsesionada por las bellotas, es el personaje secundario que se roba la atención en el filme.
Ahora Scrat es responsable, según el argumento de la cinta, de la formación de los continentes mientras persigue su tan anhelada bellota. Al clavarla sobre el hielo, como una especie de señal victoriosa, el gélido suelo empieza a resquebrajarse y eso afecta el hogar de distintas especies, incluido el del mamut Manny, su esposa Ellie; Morita, la ahora hija adolescente de ambos; Sid, el torpe e impopular perezoso; Diego, el tigre dientes de sable que cada vez es menos depredador; y las despistadas zarigüellas Crash y Eddie.
En esta nueva historia, el cataclismo separa a Manny (Ray Romano) de su familia. Diego (Dennis Leary) y Sid (John Leguizamo) se solidarizan con su lanudo amigo mastodonte y lo acompañan. En el camino se topan con una banda de piratas que, tras el cataclismo, también intentan sobrevivir pero a las malas.
El simio Gutt (Capitán Tripa, según la versión latina del filme) también ha formado su “propia familia” disfuncional (lo acompañan otras especies como un conejo prehistórico, un piquero, un elefante marino y Shira, una tigresa dientes de sable, quien “le mueve el piso” a Diego, aunque él no quiere reconocerlo porque al principio son enemigos.
La desdentada abuela de Sid es otro personaje clave y nuevo. Al igual que él es abandonada por su familia. Ambos tienen un vínculo no solo por la marginación que reciben de su propia especie sino por sus chifladuras.
Las voces cada vez son más protagónicas. A esta película se unen Jennifer López (como Shira), Nick Frost (el elefante marino Flynn), Keke Palmer (Morita) en reemplazo de Jeannette McCurdy, quien encarnó a la mamut de bebé; Wanda Sykes (la abuela de Sid) y Peter Dinklage (El capitán Tripa), el villano.
Las aventuras justifican mucho el cada vez más frecuente uso del 3D, a través de Blue Sky Studios y 20th Fox, todo por conservar esa esencia familiar que tanto defiende Manny.