La saga Crepúsculo llegó a su fin
La espera ha terminado. Desde la medianoche de ayer, en los cines de todo el país “Amanecer Parte 2” y los fans de la historia de amor entre el vampiro Edward Cullen y la mortal Bella Swan (que interpretan Robert Pattinson y Kristen Stewart) habrán completado un viaje fílmico que se inició en noviembre de 2008, cuando se estrenó Crepúsculo.
La novela, escrita en sus noches de insomnio por un ama de casa de Phoenix, Stephenie Meyer, convirtió al clan de los Cullen en objeto de culto para las adolescentes, que se siguen peleando cuando se trata de medir la popularidad de sus dos protagonistas masculinos: el vampiro Edward y el joven lobo Jacob Black (Taylor Lautner), actores que se divierten cuando se les menciona la competencia y que aseguran haber forjado una amistad imborrable.
En la primera parte de Amanecer, Edward y Bella se casaron, consumaron su amor (generando suspiros en sus románticas seguidoras) y tuvieron a su hija Renesmee, mitad vampiro, mitad humana, única en su género.
En la parte 2, luego del nacimiento de Renesmee (Mackenzie Foy) y la transformación de Bella en vampiro, Irina, del clan Denali (Maggie Grace) descubre a la niña cazando con su familia y la confunde con una “niña inmortal” (Especie prohibida por las leyes vampíricas) y por eso acusa a los Cullen y los Volturis deciden encaminarse a Forks y acabar con la niña y su familia.
Junto con los Quileutes, los Cullen reúnen a todos los vampiros posibles, para que sean testigos de la inocencia de los Cullen y, por si acaso, un ejército para defender a su familia.
Con Amanecer parte 2 la Saga Crepúsculo -Twilight- llega al final dejando abierto el interrogante sobre su éxito y penetración como fenómeno adolescente que logró trascender de la frontera de los góticos y emos a las filas de muchachas y muchachos de todo el mundo que siguieron los pormenores literarios y cinematográficos por años religiosamente.