En julio de 1518 en Estrasburgo, Francia, ocurrió una de las más extrañas epidemias de todos los tiempos, en la que un considerable número de personas bailaron hasta morir. Este hecho llamó la atención y curiosidad de Miguel Palacios, quien convocó a los miembros del colectivo Arrastra Teatro para montar una obra que trate sobre los cambios cíclicos de la humanidad.

De ahí nace, La plaga del baile, obra que da una “mirada profunda a la esencia humana, a la fragilidad del ser, a la locura lúcida o a la muerte en vida”, comenta Palacios.

De esta manera, Andrea Freire, Andi Guillén, Sergio Mendoza, Mary Pacheco y Antonella Zamora subirán (19:00) a la tabla de la Sala Zaruma, del Teatro Sánchez Aguilar, para recorrer la historia a través de “la locura” manifestada en movimientos casi asimétricos en una máxima expresión corporal.

“La plaga del baile evidencia esa farsa épica que nos revela que cayendo o muriendo podemos empezar a ver en lo más profundo la esencia del ser humano”, explica Guillén.

Aspecto con el que coincide Sergio Mendoza, al asegurar que, durante los ensayos de la obra, ha redescubierto aspectos de su vida que no se había atrevido a experimentar desde el punto de vista sensorial.

“Hemos puesto a flor de piel nuestros demonios y conflictos internos y asimismo hemos podido contrarrestar estos conflictos”, acota.

Mientras que, Antonella Zamora aclara que una de las riquezas de la obra es precisamente la conexión que llega a hacer con el público. “Aquí verán algo diferente y se perderán en su yo interior para reflexionar sobre la vida y los procesos cíclicos que han vivido”.

Estos actores forman parte del colectivo Arrastra Teatro, que nació en la concha acústica del parque de la ciudadela Kennedy.

“Aquí comenzó nuestro proceso creativo de dramaturgia de nuestros trabajos como La muerte y la uniformidad fallida que nos abrió camino en diferentes espacios culturales”, explica Palacios, quien estudió arte en el Instituto Tecnológico de Artes del Ecuador (ITAE).

Luego trabajaron en La plaga del baile con el que ganaron el primer lugar de la tercera maratón teatral del Sánchez Aguilar, cuyo premio consistía en presentar la obra en este espacio con el equipo de producción profesional.

Fue así como se reunieron con los responsables de los departamentos de producción y equipo técnico para el montaje.

“Uno de los principales problemas de los colectivos es que no hay lugar donde ensayar y aquí hemos encontrado un espacio apropiado, el que hemos ganado con arduo trabajo y perseverancia”, acota Palacios. (I)