Quienes fluctúan entre los 30 y 40 años de edad posiblemente recuerdan aquel estribillo que a mediados de la década del 80 salía de la garganta de Claudio Mottura y que decía: “soñar/ yo solo quiero soñar/ No vivo en California...”.
Era la época de Identi-kit, una banda rosarina que junto con otras bandas argentinas, muy influenciadas por la onda británica, se habían colado en la masa de su país de origen y también en Ecuador. 

Lo que pocos saben es que al fondo del escenario Mario Gómez, el vocalista de Vilma Palma e Vampiros, era el baterista de Identi-kit. Y el rubio “frontman” de Vilma Palma recuerda su paso por Identi-kit. Habla un poco de esa transición entre su antigua banda y la actual, la que lo ha traído tantas veces a Ecuador.

Existe una anécdota de 1992 en la que el público abucheó a la banda durante el festival La Falda Rock en Córdoba, ¿tiene que ver eso con que el público estaba acostumbrado a verlo con Jorge Risso en una onda distinta con Identi-kit y no asimilaron la propuesta de Vilma Palma?

Mirá, Identi-kit era un grupazo. Siempre hablo maravillas de esa banda con la que grabamos un par de discos muy buenos. Es más, si yo te dijera cuál es mejor musicalmente, te diría que Identi-kit es diez veces más que Vilma Palma. No obstante, esa etapa me sirvió muchísimo para crecer. Era el baterista y, pese a eso, yo había compuesto un par de canciones. Con Vilma Palma tuve la oportunidad de explayarme como compositor.

¿Cómo fue esa transición entre Identi-kit y Vilma Palma?

No hubo nada prefijado. Solo nos pusimos a ensayar Jorge y yo. Además “Largo” (Gerardo Pugliese), a quienes ustedes conocen como el eterno bajista de Vilma Palma, era asistente en Identi-kit. Lo mismo sucedía con la “Oveja” (Carlos González), quien también era uno de los eternos asistentes de Identi-kit. Siempre estuvimos juntos, vinculados. Lo que cambió fue el nombre y la propuesta musical.

Pero Identi-kit tenía una onda más británica, muy parecida a la de Duran Duran, mientras que Vilma Palma es más fiestera, ¿de qué influencias se nutrían entonces?

Cuando salimos con Vilma Palma, el ámbito musical era distinto. Ya no se “chupaba” tanto lo británico como lo hacía Identi-kit. Escuchábamos de las bandas argentinas como Virus, grupazos como Soda (Stereo), de Fabulosos Cadillac y otros que nos marcaron. Para mí siempre hubo un antes y un después de “La pachanga”, la primera canción con la que pegó Vilma Palma. En 1989 había terminado Identi-kit y en el 90 nació Vilma Palma. Me echaron al ruedo para cantar. A mí no me gustaba hacerlo, pero terminó gustándome.

¿Lo echaron al ruedo porque tenía antecedentes como corista, mientras tocaba la batería con Identi-kit?

Sí tuvo que ver. Cuando sacábamos “La pachanga” me salió un “quiebre”y ahí empecé. Ya habíamos hecho “Un camino hacia vos” y “Bye, bye”. Por eso digo que “La pachanga” marcó un antes y un después de Vilma Palma.

La mayoría de los músicos argentinos cita a The Beatles como  su mayor influencia, ¿es la suya también?

Yo descubrí la música gracias a The Beatles. Es mi grupo de cabecera. Cuando vi tocar a (Paul) Mc Cartney en Argentina casi me muero. Tenían que sacarme con un suero en el brazo.

¿Cuánto ha influido la música británica en Argentina?

Ahora existe buena música, pero considero que no hubo mejor que la de los 60, 70 y 80, de bandas como  Beatles, los (Rolling) Stones, de ahí surgieron grandes grupos en Argentina, como Soda (Stereo), los (Fabulosos) Cadillac, Sobrecarga o Los Pericos. Lo que hizo Charly (García) con La Máquina de Hacer Pájaros y Serú Girán fue algo sublime. Para mí, Serú fue la mejor banda argentina de rock. Me gustaba también lo que hacía (Luis Alberto) Spinetta con  Spinetta Jade. Vilma Palma agarró de todo eso, como cualquier otra banda.

¿Y referentes como baterista?

Neil Pearl, de Rush; Billy Bruford; Phil Collins, quien ya no puede tocar más (se  dislocó las vértebras cervicales, lo que le impide la movilidad de sus manos). Collins es un emblemático compositor, desde su debut como solista en “Face Value” (1981).

¿Fue su inspiración para salir de la batería y también cantar?

Sí, claro que sí. Y hay otros bateristas que me gustan. De los argentinos están Óscar Moro, el ex Serú, ya fallecido; Gonzalo Farrugia, de Crucis, (Héctor) Pomo, de Spinetta Jade, Jota Morelli, quien ahora está con Enanitos Verdes y también tocó con nosotros.

¿Por qué no pegaron tanto “Hecatombe” y “Ángeles y demonios”?

Tuvieron que ver los cambios de disquera. Quizás a la gente no le gustó la propuesta del disco porque estaba enganchada como “Mojada”, “Auto rojo” y otras.  Habíamos experimentado con “Lorelé”, que es más flamenca, y otras. Vilma Palma tiene un estilo muy particular. Me imagino que la gente se preguntó “¿qué están haciendo estos chicos? Pero, ojo, no me arrepiento para nada de lo que hicimos. Hoy en día escucho “Hecatombe” y me parece un discazo. Mirá que para “20-10”, nuestro más reciente disco, le preguntaba a Jorge lo que íbamos a proyectar. Aunque él no toca en Vilma Palma, aún es mi otra mitad para trabajar.

Es curioso que algunos de sus discos se titulen con números como 3980, 7 y el actual 20-10 como las canciones de John Lennon o el álbum actual de Beyoncé...

Son coincidencias. Al “3980” le pusimos así porque era el número de la casa de Gustavo (Sachetti), quien entonces era el tecladista de la banda. Lo de “7” fue porque era el séptimo disco. Y el actual se llama 20-10 por los 20 años del grupo y porque es el décimo trabajo. ¿Viste el documental sobre The Beatles que hablaba sobre la supuesta muerte de Mc Cartney? Hicieron toda clase de comparaciones que la placa del Volkswagen en la portada del “Abbey Road”, que lo otro. Son coincidencias, de hecho, el 20-10 salió al mercado el 10 de octubre de 2010.

¿A qué suena 20-10?

Conserva la esencia de Vilma Palma, pero con un tinte más rockero. Por ejemplo, “Estar con vos”, que compusimos con Jorge y que es el primer sencillo, tiene algo de U2 en la época del “Joshua Tree” con “With or without you”. También consta “Cara de amor”. En vivo queremos que suene más power.