Freddy Lobato y Roberto Bravo permanecen, desde hace un buen rato, sentados en una de las cabinas de la Radio Pública del Ecuador. Ellos solo esperan que el reloj marque las 22:30 para comenzar, como cada martes y jueves, ‘La nota fuerte’, el espacio que dirigen.

Este programa, que nació en 2010, básicamente es, dice Lobato, un canal de expresión de las diversidades, con un enfoque especial en las realidades de gays, lesbianas, transgénero, bisexuales e intersexuales (LGBTI). ‘Sin embargo, mucha gente heterosexual nos sintoniza e interactúa con nosotros’, dice Fredy, que también ejerce las funciones de locutor.‘La nota fuerte’ no es el primer programa de género, pero sí el primero que ha permanecido 4 años al aire y ‘lo que es mejor, en un medio público’, enfatiza Freddy.

Agregando que al principio creían que con media hora de programa bastaba, pero como la idea no solamente era informar a las personas GLBT sino también permitir la participación de la audiencia, tuvieron que solicitar al medio que les amplíe el tiempo de duración. El espacio se alargó a una hora, aunque hoy, asegura, apenas les alcanza, porque reciben comunicaciones de todo el Ecuador.En la hora que dura el programa nos escribe gente del Carchi al Macará o de Nuevo Rocafuerte a Galápagos para pedirnos consejos, denunciar actos de homofobia o bullying escolar, señala Lobato, quien agrega que uno de las cosas que más los emocionó, a él y a Jorge, fue la entrevista que le hicieron a jóvenes indígenas gays quichuas de Otavalo y Sarayaku, que contaron la discriminación del cual son objeto.

También dice que la frustración más grande que han tenido es no haber podido entrevistar, en Guayaquil, a un grupo GLBT de sordos, por no tener traductor.‘Tenemos ocho horas de programación al mes y la mitad la compartimos con los compas de Guayaquil y Cuenca. Somos cuatro chicos gays (Roberto Bravo, quien produce contenidos, Andrés Oleas y Santiago Vinces), una chica lesbiana (Bernarda Freire) y otra heterosexual (Paola Hidalgo) muy empoderada en los derechos LGBTI, y yo, explica Freddy.

Y afirma que desde que comenzaron solo en tres ocasiones recibieron mensajes o llamadas cuestionándolos. Está el caso, dice, de una señora que escribió para reclamar porqué sus impuestos se destinaban a financiar programas de este tipo.Hay segmentos, con nombres muy sugestivos como ‘Mundo en arco iris’, ‘El micrófono es tuyo’, ‘La vida en rosa’, más noticias, entrevistas, reportajes históricos LGBTI, tips de salud y sexualidad.