Eran aproximadamente las 19:00 y poco a poco la gente iba llegando al colegio Guayaquil donde el Municipio organizó su concierto tropical gratuito por las fiestas patronales del Puerto Principal. Los carameleros y vendedores de comida aprovecharon ese tiempo para promocionar sus productos, mientras un contingente de aproximadamente 100 policías se repartía por los alrededores del lugar del evento y frente al escenario.

Así, de 600 ascendió a cerca de 3 mil los asistentes cuando inició el show alrededor de las 20:00 con los acordes de ‘La tumbadora’, canción emblema de Jazmín, quien estuvo acompañada por la orquesta Falconí Jr., e interpretaron clásicos de la salsa tradicional puertorriqueña y colombiana.

Luego de casi una hora de presentación con covers de bachata y merengue, la artista dio paso a Landa y la sensación de la salsa urbana, para después, como uno de esos momentos inesperados y emocionantes para cualquier fanático de la salsa, ver sobre el escenario al conjunto caleño Niche acompañando al estadounidense Henry Fiol.

Eran cerca de las 22:00. Luciendo una camisa de cuadros negros y blancos, pantalón negro y zapatos blancos de charol, interpretó el clásico ‘Mala suerte’, tema que encendió a los asistentes y los hizo mostrar sus mejores pasos y giros mientras bailaban en pareja. Siguió con ‘Qué pena me da’, mientras Fiol realizaba su ya típico baile cadencioso que pareciera hacerlo sobre una sola baldosa y derrochando energía como si hubiera retrocedido a la década de los 70. Así continuó haciendo disfrutar a los guayaquileños con ‘Zúmbale’, ‘La negra Santa’ y ‘Oriente’, uno de sus éxitos’ y en el que hubo un solo de guitarra de son montuno que a más de uno emocionó provocando gritos eufóricos en el público.

Acordes de un son montuno se escuchan de fondo y el artista contó que la salsa nació en Cuba y así mandó los temas ‘La juma de ayer’, ‘Picoteando por ahí’ y cerro con su clásico ‘La última rumba’ donde demostró que aún sigue siendo el conguero al mandarse un solo de este instrumento durante aproximadamente 2 minutos y que puso a mover el cuerpo hasta del personal de producción y de seguridad del espectáculo. Solo al bajar del escenario se notaban los 67 años del artista, quien saludó a su colega, el panameño Gabino Pampini, quien también fue acompañado por Niche. Con una presentación más corta pero igual de intensa, el músico dio un paseo por sus temas más recientes y un homenaje al fallecido Cheo Feliciano, pero también complació al público que quería escuchar sus éxitos ‘Una noche más’ y ‘El nazareno’.

Hizo una pausa para cantar a capella un fragmento de ‘Morir de amor’, de Camilo Sesto, para volver a encender la fiesta salsera con ‘Mi vecina’, ‘Las caras lindas’ y remató con el clásico ‘Tormenta’ que provocó la euforia de los asistentes con su solo de piano. Así, el panameño se despedía del escenario a las 23:40 para dar paso a un intermedio musical con el grupo guayaquileño de tecnocumbia Vanessa y su Son Karibe, quienes fueron la previa del puertorriqueño David Pabón. Mientras el público aún escuchaba las mezclas de cumbia y tropicales del conjunto femenino, Pabón se acercaba con paso pausado hacia el lateral del escenario escoltado por un guardaespaldas, cual gángster de los años 30 que se sabe dueño del lugar. La orquesta de Gustavo Enrique al verlo comenzó a entonar una mezcla instrumental de los éxitos del boricua, mientras él se preparaba antes de subir a la tarima. Cuando lo hizo de una atacó con su artillería pesada como fue ‘Si me ves llorar por ti’ para pasar a su conocido ‘Caradura’ que hace rememorar los tiempos de la salsa erótica entre los asistentes.

La cerveza y el whisky hacen su danza propia de mano en mano -o de boca en boca- lo que motiva más al público a bailar y olvidarse del frío de la medianoche. Hizo Pabón una pausa para lanzar sus discos a la gente seguido de la presentación de uno de sus músicos, quien con la guitarra eléctrica hizo solos de rock’n’roll, dándole con eso el paso a ‘Y nos amamos’ y quitándose la chaqueta dio por concluida su presentación con el himno de los amantes prohibidos ‘Aquel viejo motel’, a la 01:00.

A esa hora el boricua Tony Vega, ‘el romántico de la salsa’ y de ojos azules claros, se presentó con sus canciones de amor que nuevamente provocó el baile cadencioso característico de la salsa erótica entre los presentes en el show. Temas como ‘Esa mujer’, ‘Ella es’, ‘Lo mío es amor’ y ‘Mi amigo el payaso’ que lo compuso junto con Willie Rosario.

Pasada la 1:30 terminó el espectáculo salsero pero dejó encendido en los corazones y cuerpos de cerca de 3 mil personas el golpeteo de la clave, el ritmo de congas trombones y piano, y una voz a lo lejos diciendo “Me gusta oír los cueros sonar en mi barrio. Gente alegre celebrando, gente alegre vacilando.... Esta es la última rumba, yo me fui pa’ el parque en busca de una rumba...”.