La familia es el mejor regalo de Diego Miño
Desde que era niño se enamoró del sonido de la batería. Este instrumento le ha permitido vincularse con agrupaciones reconocidas, como Chaucha Kings y Tomback, y recorrer distintos escenarios ecuatorianos y europeos, así como ofrecer shows en Colombia, México y Venezuela.
Diego Miño disfruta compartir lo que ha aprendido en su amplia trayectoria, es por ello que creó la academia ‘La Despensa Miño’, en la que da clases de batería a personas de distintas edades. Además, este año cumplió la meta de tener su propio estudio de grabación, algo por lo que se siente muy bendecido, y aprovecha la época navideña para agradecer a quienes lo han apoyado para avanzar en su carrera musical.
¿Alguna tradición navideña?
No tengo nada preestablecido para Navidad, aparte de la comida de la Nochebuena y pasar en familia. Lo que ha sido diferente en este año es compartir con los alumnos que son parte de mi academia ‘La despensa Miño’, que ahora se ha convertido en un estudio. Ha sido chévere hacer un brindis por esta fecha luego de las clases. Esos detalles son importantes y nos unen más, además me han sorprendido con algún presente.
¿Cómo cuáles?
Los padres de Joaquín Pesántez, el menor de mis alumnos (8 años), nos sorprendieron con fundas de caramelos a los más grandes. También por parte de Daniel Bonilla, un chico que tiene síndrome de Down y es mi discípulo, su madre llegó con una botella de vino y me dijo: gracias por tu corazón grande. Con esas palabras yo ya estoy tranquilo, es más que recibir un regalo.
¿Les devuelve el gesto?
Hice una sorpresa para Joaquín porque su madre le compró una batería y yo fui a su casa para afinarla, la dejé en la bodega tapada con telas para que ella se la pueda entregar en Navidad. Pero cuando ella se fue a recogerlo a la escuela -y me quedé solo- me acordé que mi mamá había hecho lo mismo conmigo y en ese momento me di cuenta todo el esfuerzo que hizo mi madre por darme mi primer instrumento, cuando tenía 12 años; supe que era una bendición en mi vida. Ahora que han pasado 20 años siento un agradecimiento eterno hacia mi madre, mi padre y mis hermanos por ese apoyo. Para mí eso es lo mejor de la Navidad, recordar esa esencia que comparto con mi familia, y con mis vecinos porque también me llevo bien con ellos.
¿También comparte con ellos?
Sí, me cruzo la calle, me meto en sus casas, me la disfruto con todos. Esas son mis expectativas para este año, pasar en buena compañía y dar abrazos, eso es mejor que recibir regalos, prefiero dar cariño y por eso hace poco estuve colaborando con la fundación ‘Pedales y Sonrisas’, que recolecta bicicletas viejas y las restauran para dársela a chicos de escasos recursos económicos. Primero pedaleamos, hace mucho que no tomaba la bicicleta, y luego hicimos el agasajo navideño. Lo bueno de esta fecha es que podemos dar alegría a otras personas, porque existe mucha gente que está sola y hay varios suicidas en esta época, pero no hay que deprimirse y tratar de seguir adelante.
¿Y con los Tomback se reúnen en esta fecha?
Cada año hacemos una cena clásica, en la terraza de la casa de alguno de nosotros. Con mis amigos de Chaucha Kings me veré más seguido en este mes porque vamos a estar ensayando para el evento por Carnaval que daremos el 2 de enero en Pasto.
¿Hay ocasiones en las que viaja en esta fecha?
Sí, pero este año es una bendición compartir con mis padres, mis hermanos y tener tiempo para ayudar a arreglar la casa.
¿También ayuda a colocar el árbol?
Como mi estudio está dentro de mi casa, mis alumnos me ayudaron a colocar luces en el muro, hicimos una minga y entre todos armamos el árbol. Pasaron 4 meses de construcción para tener listo el estudio, así que hubo mucho que limpiar y arreglar, y mi mamá me regaló un Papá Noel baterista que me encantó y lo tengo en el estudio.
¿Y la cena familiar?
Entre todos hacemos el aporte, este año voy a ver si ayudo un poco más, aunque no he tenido tiempo de aprender muchas cosas de la cocina, pero ahora cada vez me gusta más. Lo tradicional es hacer el pavo.
¿Le gusta cuidar y conservar sus regalos?
Hay algunos que los conservo con mucho cariño, por ejemplo, tengo un tanque de guerra pequeño que lo he guardado toda mi vida y una baterista de cerámica que me regaló mi padre cuando era niño. Me agradan esos detalles, que aunque parezca poquito es lo mejor.
¿Planes para el siguiente año?
Creo que el 2014 va a ser un buen año, porque se vienen muchos proyectos como parte del estudio que hace poco se inauguró. Desde la primera semana empecé a trabajar con el grupo Golpe Urbano, me pidieron un jingle para Ambato, y hay más cosas. Y actualmente tengo 20 alumnos de entre 6 y 40 años de edad en la academia de batería, y es mi compromiso influenciar en las personas para que toquen sus instrumentos, estudien y produzcan. El próximo año también quiero hacer la segunda edición del concurso nacional de batería Eddie Mejía, que se hizo por primera vez en 2012.
Baterista profesional con altos honores
Diego Miño nació en Quito el 3 de diciembre de 1981. Comenzó sus estudios en SI.NA.MU.NE. Obtuvo el título de baterista profesional con altos honores en la Academia Beat Eddie Mejía y estudió en el Instituto de Música Contemporánea (IMC) de la Universidad San Francisco de Quito. Ha ganado varios concursos, como campeón nacional en ‘La batalla de los bateros’ (2004) y mejor baterista en Ecuador Fest 2003.