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El Telégrafo
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La cultura urbana fue la estrella de La Taberna

La cultura urbana fue la estrella de La Taberna
18 de septiembre de 2013 - 00:00

“Buenas noches, artistas guayaquileños”. Saludó sonriente a sus amigos, todos talentos urbanos en diferentes áreas. Miró disimuladamente dentro del bar, que aún estaba vacío a las seis y media de la tarde. Desempacó su pequeño equipaje en una mesa de madera, buscó un espacio y extendió sobre el aire una hoja de papel bond en la que se leía: ‘Callejuela Artística’.

Ese es el nombre que le puso a la muestra fotográfica con la que llegó el lunes pasado a La Taberna. Se llama Tatiana Tapia (TapiArt) y formó parte de los participantes del Primer After Office Urbano que organizó el colectivo Patrimonio Callejero.

Su propuesta consiste en 17 fotografías de artistas y escenarios urbanos de Guayaquil. Uno de los protagonistas de las imágenes fue Christian Intriago, líder del grupo que mentalizó el encuentro y conocido promotor del grafito en la ciudad.

Siete de la noche. TapiArt terminó de ubicar con cinta su exposición itinerante en una pared de ese bar del cerro Santa Ana, se adornó el cuello con una cámara y se acomodó en uno de los asientos, dispuesta a presenciar otro de los lunes culturales que se ofrecen cada semana en ese escenario.

Para entonces ya habían llenado algunas mesas varios asistentes, unos por información previa recibida en redes sociales y otros por la simple curiosidad que se generó en ellos al ver movimiento en un local del cerro un día lunes. “Hoy tienen algo aquí, ¿no?”, preguntaban en el portal. No hacía falta que nadie les responda, la pantalla en la que estaba a punto de proyectarse un audiovisual habló por sí misma.

La fotógrafa Tatiana Tapia (TapiArt) llegó al encuentro con 17 gráficas que forman parte de una muestra a la que denominó ‘Callejuela Artística’.

Intriago estaba de cuclillas ante varias latas de pintura cuando sonaron las primeras líneas de un documental en el que se expuso la vida, pasión y muerte de un tal Jean Michel Basquiat. El artista tomó una de las latas y pintó un par de líneas verticales con negro. El sonido que producía la pintura al salir del recipiente se combinó con la voz en off que describía con fotos en blanco y negro al protagonista del audiovisual: “Nació en Brooklyn, Nueva York, el 22 de diciembre de 1960…”.

En el público, un espectador con patineta en mano que no pasaba de  20 años miró de forma simultánea los dos cuadros que constituían una sola composición artística: el documental de un ícono estadounidense del arte callejero y el tributo que le rendía a este el líder de Patrimonio Callejero, sobre un soporte de papel que improvisó de lienzo.

Christian trazó rayas verticales y horizontales. En la primera etapa de la producción estas se antojaron algo desordenadas e ilegibles. Cuando se terminó el documental, dejó por un momento su trabajo. Le encendieron las luces del bar y tomó el micrófono: “No debemos quejarnos de que aquí no pasa nada en el ámbito urbano, solo tenemos que demostrar que sí. Eso es lo que estamos haciendo ahora con esta muestra”.

De fondo sonaba una pista rapera. Él siguió con su discurso de bienvenida: “Esto no es un movimiento político. Los dibujos no tienen un sentido social. Simplemente es la forma en que nosotros, artistas, expresamos lo que sabemos hacer”. Los bits que acompañaron esas palabras fueron el preámbulo que recibió al cantante Don Y mientras Intriago volvió a su obra sin pronunciar más palabras.

“Suéltala cuando quieras, DJ”, dejó caer el recién llegado rapero guayaco, que arribó hasta el centro del escenario con lírica improvisada. Lo acompañó la pista que solicitó al inicio y, entre otras frases rimadas, versó: “Esto está bien. Yo improviso y lo hago porque lo saco de la sien. Así, saben muy bien que yo me exploto, los que quieran ahora mismo pueden tomar fotos…”.

De hecho, no era necesario que lo pida. TapiArt registró en su cámara todos los instantes de esa cita cultural. Lanzó flashes a Christian, quien seguía ensimismado en su obra maestra de aquel día, a Don Y, que después regaló al público dos composiciones propias, y a los asistentes, que -divertidos- sonreían de forma espontánea ante las ocurrencias del improvisador.

Un contraste oportuno se vivió en ese momento. Se invitó a la tarima a otro artista. Su chaqueta negra de cuero y su cabello ondulado y largo son inconfundibles para quienes están constantemente en citas de este tipo. Era Pablo, de Los Brigante, la agrupación que recientemente se hizo acreedora al fondo fonográfico que ofrece el estado a músicos locales.

La presencia de este rockero en el After Office Urbano puso aún más color a la propuesta. Al principio bromeó un poco con algunas entonadas de su guitarra, que  usó también como percusión mientras Don Y cantaba. Repitió esa acción con He Black, otro rapero que se asomó al escenario después de que el primero le dijera en verso: “Tú también puedes improvisar, yo solito en la tarima el show no me quiero robar...”.  

Pablo Brigante, como se lo conoce, dio un par de temas con su estilo rockero en la parte final del encuentro. Lo acompañó en silencio Intriago, quien en ese momento lanzó los últimos retoques a la imagen que elaboró durante las casi tres horas que duró el encuentro. Era el rostro del tal Jean Michel Basquiat, el artista urbano que protagonizó el documental que se proyectó en la primera etapa de este poco común After Office lleno de música, pintura, fotografía y buena vibra.

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