Roberto Grimaldi recibe una llamada inesperada. Reinaldo Reyes, exlíder de la banda de estafadores a la que pertenece, lo saluda y le pone al teléfono a Lucía, su esposa fallecida. Esta situación cambia drásticamente  la estabilidad emocional de su novia e hijastra, Sexo y Virgen Zambrano, quienes son  sus camaradas de extorsión.

Con la ayuda de Brando, también miembro de la organización delictiva, Roberto inicia la búsqueda de Lucía para encontrar a los responsables de este supuesto engaño. Una trama en la que los protagonistas se encontrarán frente a un enigma por las predicciones de la clarividente Auraluz.

Así comienza la tercera temporada de Kiquirimiau, la primera serie de suspenso de CNT  Play, producida por Beautyline y dirigida por Carlos Naranjo.

Todos los jueves se publicará  un capítulo de los 13 contemplados en esta plataforma; mientras que la segunda parte del seriado se estrenará en Canal Uno y lo emitirá todos los sábados, a las 22:00, y domingos, a las 11:00.

“En la tercera parte el eje es el misterio y la búsqueda del ser amado, en este caso de Lucía. Los personajes viajarán entre situaciones surgidas de la traición de uno de sus exmiembros y después de la aparición de un nuevo villano”, cuenta Pedro Ortiz, guionista de esta historia   que abordará la temática sobrenatural con una vidente.

Traición entre estafadores

Esta historia está cargada de violencia y engaños a partir de estafas que la banda le hace a mafiosos y políticos corruptos. Ese sería el ‘kiquirimiau’, un coloquio de antaño que hace alusión a un enredo.

Los protagonistas son amigos  que se unen para conseguir beneficios sin importarles nada de los demás. Se  necesitan entre sí para cubrirse y hacer sus trampas, pero es una relación que incluye traición y empatía para enfrentar a nuevos enemigos.

Frank Bonilla es Ricardo Grimaldi, un expolicía que a raíz del asesinato de su familia decide dedicarse a las estafas para tener dinero y vengarse. “Me interesó eso de explorar la parte oscura de quien ha sufrido e intenta cobrar venganza para subsanar ese sentimiento de falsedad y de lo que le hace falta”.

Sexo Zambrano es la pareja de Grimaldi. Ruda, decidida y frontal, un personaje manifestado en el cuerpo de Jacqueline Gaete. “Para este papel me conecté con parte de mi vida apoyándome en la memoria emotiva. Pero sí me costó utilizar malas palabras porque no las manejo, después ya me enganché, como si fuera parte de ella, de su historia, de su agresividad que tiene interna”.

Un perfil similar implementó Karla Gómez para lograr el papel de Virgen, hija de Sexo. “Es una chica ruda porque ha vivido en un mundo marginal. Desde que nació vio a su mamá robando, estafando, seduciendo a hombres para sacarles plata”.

Pese a sus 21 años, dice que le gustó interpretarla porque es “muy vivida”. También la considera rebelde, como la madre, y manipuladora, además de que no deja que ningún tipo abuse de ella porque sería capaz de matarlo.

Los nombres de Sexo y Virgen son una incógnita que se devela en el séptimo episodio de la segunda temporada.

El rol del antagonista en esta nueva entrega de Kiquirimiau lo toma Reinaldo Reyes, protagonizado por Enzo Pizarro, quien reaparece después de traicionar a su equipo por una mejor paga de otro líder mafioso.

“Me gustó este guion que no se ha hecho aquí porque es de acción, suspenso  y  abarca muchos géneros. Aunque se me dificultó buscarle el rol de cínico y manipulador, fue grato trabajar con un director que hizo cine y trató de buscar la mejor forma y calidad para esta serie”.

Complicaciones en la filmación

Bucay fue el escenario donde se  grabaron 23 escenas. Karla Ordeñana, vocera de Beautyline, explica que escogieron este cantón por sus paisajes, pero los efectos del invierno provocaron dificultades audiovisuales en la filmación, algo que creó tensión.

“Lo grabamos en época de lluvia, con mucha humedad, calor y tuvimos que lidiar con eso para adaptar a todo el equipo; por eso hubo mucha acción en la producción, pero el trabajo de los actores fue impecable”. (I)

Datos

Las grabaciones en Bucay tuvieron percances durante la época de lluvia; se enfrentaron a deslaves, humedad y calor.

Alrededor de 40 personas trabajaron en la producción, entre camarógrafos, maquilladores, asistentes de iluminación y otros.

Se implementó 3D en algunos casos para dar énfasis a los efectos especiales en ciertas escenas.

La primera temporada es una historia independiente a las últimas. Fue una coproducción de Beautyline con Enchufe TV.