Ketty Wong muestra una investigación sobre la música ecuatoriana
Ketty Wong es una guayaquileña que desde hace 7 años imparte clases de historia de la música europea, latinoamericana y cultura musicales del mundo en la Universidad de Kansas, Estados Unidos. Actualmente está de paso por Ecuador, pues en días pasados presentó en la Casa de la Cultura Ecuatoriana su libro ‘La música nacional. Identidad, mestizaje y migración en el Ecuador’.
Este escrito es una investigación que gira en torno al estudio de la música académica, folclórica y popular de Latinoamérica, así como con temas relacionados con el nacionalismo, la globalización, la migración, el racismo y la identidad social en la música.
Esta musicóloga y etnomusicóloga empezó sus estudios de piano en el Conservatorio Antonio Neumane de Guayaquil. Tiene una maestría en musicología por el Conservatorio Chaikovsky de Moscú, y una maestría y doctorado en etnomusicología por la Universidad de Texas, en Austin, Estados Unidos.
¿Cuándo se interesó por la música ecuatoriana?
Desde que empecé mis estudios. Mi tesis se basó en la vida y obra del compositor ecuatoriano Luis Humberto Salgado, de la que salió mi primer libro ‘Un quijote de la música’, en 2004. Humberto fue profesor del Conservatorio Nacional en Quito, y es una de las figuras prominentes de la música académica, escribió sinfonías, conciertos, óperas.
Y luego de esa faceta de la música ecuatoriana...
Pasé a la música popular, porque me di cuenta que habían pocos estudios publicados y estudios sociológicos de la música, así que mis tesis de maestría y doctoral las escribí sobre el pasillo, hice un estudio de la música rocolera, la tecnocumbia, lo que mal llamamos música chichera, que son los sanjuanitos. Lo realizado en ese estudio es lo que se ve reflejado en mi libro, ‘La música nacional. Identidad, mestizaje y migración en el Ecuador’.
¿Comenzó a trabajar la obra desde que viajó a Estados Unidos?
El estudio formal lo empecé hace 18 años, al realizar mi maestría. En 1995 llegué a Estados Unidos cuando gané una beca, regrese a Ecuador en el 2001 para hacer la investigación y me quedé hasta el 2004. En esos tres años me radiqué en Quito porque mi trabajo está centrado en esa ciudad, pasé el tiempo asistiendo a conciertos, entrevistando a la gente, a los artistas nacionales. Fue provechoso porque en ese período se intensificó la migración nacional hasta que España impuso una visa de entrada y se detuvo un poco.
¿Qué época abarca el estudio?
Mi investigación va de 1960 a 2004, que es cuando se forman estos estilos, la época dorada del pasillo, la música rocolera, tecnocumbia, la música popular ecuatoriana, que es la mal llamada música chichera. No es un libro que interesa solo a los músicos, como mucha gente cree, es un estudio social de la música popular ecuatoriana. Todo esto refleja muchas cosas, la identidad, cómo ha cambiado nuestra percepción del país y de nosotros mismos.
¿Qué temas analiza?
La identidad nacional, cómo los ecuatorianos de diferentes grupos sociales y étnicos percibimos nuestra identidad. También es un estudio sobre el mestizaje; para los estudiantes universitarios va a ser interesante saber cómo se concibe el mestizaje, que es la mezcla de lo indígena y lo europeo, esto se ve reflejado en la música popular. El libro también es un estudio de la migración, porque argumento que en los años sesenta y setenta, cuando los campesinos migraron a la ciudad, se generaron estos estilos de la música rocolera y ‘chichera’.
¿Por qué sucedió eso?
A finales de los noventa, con la crisis bancaria, muchos de nuestros connacionales de todos los estratos sociales salieron del país y hubo un nuevo tipo de migración, no solo a Estados Unidos, sino a España, Italia, Amsterdam, Australia, y varias partes del mundo, y es con esa migración que surge la ‘fiebre’ por la tecnocumbia, que es un género musical peruano, pero que llegó a Ecuador a fines de los noventa con Rossy War. Estas canciones están basadas en la nostalgia, las penas que se sienten cuando un familiar o un amor se va, dicen: me comunicaré contigo por Internet o por el cartero. La tecnocumbia caló en los ecuatorianos porque tocaba esos temas sensibles que afectaron a fines de los noventa. Ángel Guaraca, Azucena Aymara, y otros, son las figuras claves para esta ‘fiebre’ de la música popular ecuatoriana.
Los migrantes y sus allegados comenzaron a disfrutar de esa música, ¿con el paso de los años eso ha cambiado?
El consumo musical no ha pasado a otros estratos sociales, así como somos un pueblo multicultural, la música refleja los gustos estéticos de diferentes grupos sociales. Al principio se cantaban covers de tecnocumbia peruana, como de Agua Marina, Armonía 10, que son orquestas tropicales de Piura; pero nuestros compositores, como el fallecido Ricardo Realpe, es uno de los representantes que hizo tecnocumbia con ritmos ecuatorianos, hay una producción ecuatoriana y ese mérito se lo ganan nuestros artistas. En mis clases siempre incluyo el pasillo y nuestra música popular.
¿Es maestra a tiempo completo?
Reparto mi tiempo entre dar clases e investigar. En Estados Unidos tenemos un centro de estudios latinoamericano que aglutina a académicos en diferentes áreas, historia, literatura, música, geografía, estudios ambientales. Hay un programa de intercambio en la universidad y los estudiantes vienen a Ecuador a aprender español.
‘La música nacional’ es un libro que ganó el premio Casa de las Américas en 2010, en Cuba, ¿por qué se presenta recién en Ecuador?
Hace tres años mandé un manuscrito al concurso, y el premio consistía en la publicación del libro, se demoraron dos años en sacarlo, pero solo se vende en Cuba porque no tienen mecanismos para enviarlo fuera de la isla. El libro también se publicó en inglés por una editorial americana y pertenece a la serie: estudios en Latinoamérica y el Caribe. Creo que es el primer libro que se edita sobre la música ecuatoriana en inglés y también salió al mercado en 2012, pero tampoco llego a Ecuador, así que en octubre pasado hablé con Raúl Pérez Torres, presidente de la Casa de la Cultura, para publicarlo en Ecuador y Latinoamérica. La idea es hacer conocer mis investigaciones en el país y conocer las reacciones de los ecuatorianos. Este incluye un disco con temas reconocidos por la gente, se puede encontrar en las principales librerías y en la Casa de la Cultura Ecuatoriana.