Luego de 10 años de su anterior película
Ken Loach vuelve al cine con filme sobre anticonformismo
“La música y el baile son expresiones de libertad, siempre peligrosas para los que tratan de ejercer el control”, afirma el cineasta británico Ken Loach, que en su última película -Jimmy’s Hall- se vale de estas 2 expresiones para realizar un acercamiento a la vida de James Gralton, un activista y líder comunista irlandés.
El filme, que se ubica en 1932, narra un episodio concreto de la vida de James, que luego de 10 años de vivir en Nueva York, regresa a Irlanda. Allí se instala en la casa de su madre.
Los jóvenes del lugar le animan a que reabra el local que él y sus amigos construyeron para la comunidad. “Era un lugar para pensar, reír y bailar”, explica Loach, que muestra en su película cómo ese espacio donde se discutía de política, se convirtió en una amenaza para los terratenientes y para la Iglesia, que decidieron acabar con ello.