A sus 72 años, el cantautor español Joan Manuel Serrat no pierde la voz y el estilo catalán. Así lo demostró la noche del miércoles en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

En la tarima central se exhibió la firma característica del español, que constantemente cambió de colores a azul y rojo. Junto a esa imagen, en forma desordenada, haciendo mención al título de su nuevo álbum Antología desordenada, el nombre del español jugó a lo largo del show, que duró más de 2 horas.

El teatro de la CCE no se llenó.

Al inicio de la presentación, el público estuvo frío, pero Serrat terminó con aplausos de pie de los asistentes. Interpretó canciones como Mediterráneo, Pueblo Blanco, Aquellas pequeñas cosas, De vez en cuando la vida, así como temas de su disco.

Un momento especial del show fue cuando interpretó en catalán dos canciones que, según contó, le habían dado mucho éxito; la una dedicada a su madre y la otra Palabras de amor.

Durante la presentación reflexionó sobre la muerte infantil y que los niños en el mundo mueren por enfermedades muy sencillas pero muy crueles para ellos como la diarrea.

Introdujo el tema de cada canción con anécdotas de su vida. Por ejemplo contó que al inició de su carrera llamo a su canción: Cuando cumpliré 20 y luego con el paso del tiempo tuvo que ir aumentando 20 más, "ahora no sé como se llamará cuando cumpla 80 años", dijo.

El concierto de Serrat fue sobrio y elegante.

Además reflexionó que en 2015 se cumple 50 años de su carrera artística y 100 años de grandes eventos en el mundo. Bromeó que en Aranjuez hay un hombre que cumplirá 1.000 años. Los asistentes le preguntaron cómo se llama ese hombre y dijo que ni él mismo sabe cómo se llamará, pero que espera en el próximo concierto contarles.

Presentó al grupo de músicos que le acompaña, entre ellos el pianista Richard Miralles, quien está junto a él desde el inicio de su carrera.

Al final del show, el público le pidió que salga dos veces, en donde cantó Cantares, que es un poema de Antonio Machado y Lucia. Luego se despidió con la Fiesta, no sin antes agradecer al público y confesar una anécdota que se llevará del espectáculo en Ecuador. Antes de entrar al show comió un manojo de tostado, lo que al inicio del show le produjo un impasse en la voz.  "Nunca coman tostado antes de un show", bromeó. (I)