Hace doce años el público conoció a Jason Bourne. Durante tres películas vieron cómo intentaba sobrevivir, descubrir su identidad y ajustar cuentas con los que trataron de eliminarlo.

También cómo los controladores de la CIA organizaban auténticas operaciones internacionales para deshacerse de él. Descubrieron el proyecto Treadstone, las impresionantes habilidades de Bourne y que todo había terminado.

Pero ‘El legado de Bourne’ devela una intriga más oscura, una mitología mucho más profunda y a un nuevo héroe que deberá luchar para seguir con vida cuando su plan se convierte en un peligro.

El espectador descubrirá que hay varios sistemas de inteligencia y que Treadstone, de la CIA, era simplemente uno de los primeros.

Ahora se trata de impedir que salgan a la luz los otros programas. Aaron Cross es uno de los seis agentes secretos creados por el proyecto Outcome.

Los agentes no pertenecen a la CIA, sino al Departamento de Defensa. No han sido diseñados para asesinar, sino para funcionar en solitario en misiones altamente arriesgadas de larga duración.

El estudio del comportamiento que dio pie a Treadstone ha avanzado mucho, pero dado que ambos programas comparten el mismo origen, Outcome se convierte en un peligro cuando la historia de Bourne pasa al dominio público.

Esta entrega no está dirigida por Paul Greengrass, quien estuvo al frente de las dos anteriores entregas, sino por Tony Gilroy, quien fue hace poco el guionista de todas las películas anteriores.

Gilroy obtuvo buenas críticas con su debut como realizador, ‘Michael Clayton’ (2007), y no lo hizo nada mal con la puesta en escena de ‘Duplicity’ (2009), un film con bastantes escenas de acción, pero su mejor arma es que conocía la franquicia de Bourne perfectamente por ser “alguien de la casa”.

Con él a bordo, se reforzaba la idea de que ‘El legado de Bourne’, pese a no contar con Damon, se mantendría fiel a la trilogía, no sería totalmente diferente. Algo que podría haber estado bien, pero ya se sabe que en Hollywood no están por la labor de arriesgar, y menos ahora. Si al público le gustaba Bourne, le darán otro Bourne. Solo que con un nombre y un rostro diferente: Aaron Cross y el rostro de Jeremy Renner.

El actor se encuentra en el mejor momento de su carrera, reconvertido en estrella de Hollywood tras su nominación al Oscar por ‘En tierra hostil (The Hurt Locker)’. Volvió a optar a la estatuilla con ‘The Town: Ciudad de ladrones’, sonó para sustituir a Tom Cruise al frente de la saga ‘Misión Imposible’, aunque finalmente solo tuvo un papel secundario en la cuarta entrega, se coló en ‘Los Vengadores’ (‘The Avengers’, Joss Whedon, 2012), que de momento es la película más taquillera del año -se sabe que Marvel está intentando sacar un spin-off de su personaje, Ojo de Halcón-, y ahora regresa a las carteleras con un nuevo comienzo de una franquicia que estaba unida a Matt Damon.