Katniss Everdeen no es una adolescente común. La muerte de su padre y tener a una madre que vive llena de miedos la lleva a convertirse en la heroína de su familia y más tarde en la de su nación, Panem.

Esto último ocurre cuando se ofrece como voluntaria en lugar de su hermana menor, quien había sido elegida para representar al distrito 12 -el más pobre de todos- en el reality televisivo Los juegos del hambre. Un combate en el que cada año 24 adolescentes luchan por ganar, aunque eso signifique matarse entre ellos; uno en el que, para sobrevivir, Katniss debe demostrar su fortaleza usando su habilidad como arquera.

Es el personaje con el que la actriz Jennifer Lawrence ha empezado a quitarse la etiqueta de promesa del cine para ganarse la de estrella de Hollywood, como en su momento sucediera con Daniel Radcliffe, a quien su interpretación como el mago Harry Potter lo catapultó, cautivando a otros cineastas, que se interesaron en él.

Lo mismo pasó con Robert Pattinson y Kristen Stewart, de la saga Crepúsculo; claro que, en este caso, y a pesar del éxito de taquilla, no con las alentadoras críticas que sí han cosechado “Potter” y “Los juegos del hambre”.

Y es que esta última película, inspirada en la saga de tres libros escrita por Suzanne Collins, se perfila como el nuevo fenómeno del cine y la literatura juvenil.

El furor por el libro y ahora por el filme, que en su estreno recaudó 155 millones de dólares en taquilla, se convierte en una garantía para la actriz nacida en Louisville, Kentucky, en lo que se refiere a su ascenso en la industria del cine. 

Dicho ascenso lo emprendió hace cuatro años, cuando encarnó a una joven víctima de maltrato y abusos en la cinta The Poker House, luego de haber aparecido con pequeños papeles en series de televisión como Monk, Caso abierto y Médium. 

En ese mismo año (2008), fue que su participación en Lejos de la tierra quemada, con el personaje de Mariana,  una adolescente marcada por la muerte de su madre, consigue el interés por parte de otros cineastas. Uno de ellos fue el mexicano Guillermo Arriaga, con la cinta Fuego (Burning Plain), quien, según ella, le enseñó a contar historias. “Trabajé con él en la que apenas era mi segunda película y lo amé, realmente me gustó su manera de dirigir y creo que es un genio”.

Desde entonces supo estar en el momento indicado y la suerte se convirtió en su compañera fiel. Luego, en 2010, consigue su primera nominación al Oscar, SAG y Globos de Oro como Mejor actriz por su actuación en Winter’s Bone (Lazos de sangre), donde interpretó a aquella adolescente que debía sobrevivir rodeada de hostilidad y en un entorno marcado por las drogas para proteger a su familia.  

Al siguiente año continuó con  su paso firme en el cine, pues no solo consiguió llamar la atención de Jodie Foster, que la llevó a actuar en su comedia The Beaver, sino que fue elegida para interpretar a la malvada Mystique, en X-Men: primera generación.

Y este año aparece con Los juegos del hambre, donde comparte escenas con el cantante Lenny Kravitz, en una cinta que, según ella, posee un mensaje que “no busca alertar sobre un futuro que se vaya a producir de esta manera, sino, más bien, veo que nos está examinando a nosotros ahora, qué es lo que pasa con los realities, con la televisión y con el hecho de que la tragedia de otros sea tu entretenimiento”.

Por lo pronto, Lawrence, quien a la edad de 14 años fue descubierta por unos agentes, se prepara para lo que será el estreno de las cintas House At The End Of The Street, en la que comparte escenas con Elizabeth Shue, y The Silver Linnings Playbook, en la que tendrá como compañeros de elenco a Robert De Niro y Bradley Cooper.

Pero, sobre todo, quiere continuar disfrutando de lo que apenas son sus primeros pasos en una carrera como actriz que promete.