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El Telégrafo
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James Dean fue el reflejo de sus personajes en el cine

James Dean fue el reflejo de sus personajes en el cine
10 de septiembre de 2012 - 00:00

Aquella expresión “vive rápido, muere rápido y deja un bonito cadáver” era la marca registrada de James Dean, una que más bien revelaba al rebelde que siempre fue. Y aquella célebre cita apenas era un guiño de su compleja personalidad que calzaba perfectamente con los roles que encarnó en los tres únicos largometrajes que estelarizó y que lo  convirtieron en leyenda cuando tenía 24 años.

Elia Kazan fue el primero de los cineastas que descubrió esos rasgos de tipo tosco, introvertido y melancólico que delineaban a Dean, un deportista nato y apasionado por el teatro que carecía de afecto por el fallecimiento prematuro de su madre.

Ese antecedente lo vinculaba con Cal Trask, el personaje que Dean interpretó en ‘Al este del Edén’, de Kazan, en 1954. Y todavía existen más similitudes con la vida del histrión que puso en boga su copete rubio. Una de ellas es que Cal también extrañaba a su madre. Es más, la creía muerta, pero después descubrió que su progenitora sí estaba viva y, de paso, administraba un burdel.

Otra semejanza entre Cal y Dean era que ambos estuvieron asociados con la vida campestre. En la vida real, Dean, quien nació el 8 de febrero de 1931 en Indiana, pasó parte de su infancia en una granja después del deceso de su madre.

De mirada profunda, a ratos perdida, y de ocasionales sonrisas cínicas, el actor también sobresalió como jugador de béisbol y básquet en el colegio hasta que se inscribió en el Actor’s Studio para iniciar una carrera como intérprete de teatro, específicamente en Broadway.

Tras la elección de Kazan para el papel de Cal Trask en ‘Al este del Edén’, Dean encajó nuevamente como un joven irascible, que se mudaba de pueblo en pueblo con sus padres.

Era el entorno de Jim Stark para la cinta ‘Rebelde sin causa’, que protagonizó con Natalie Wood y Sal Mineo, y que dirigió Nicholas Ray en 1955.

Jim se parecía mucho a Dean, quien era miope en la vida real. Incluso, la escena en la que su personaje compite con otro rebelde en un auto, era un aviso de su abrupto final.

El próximo 30 de septiembre Dean cumplirá 57 años de haber fallecido en un accidente, mientras conducía su auto Porsche Spyder al que bautizó como el ‘Pequeño bastardo’. La velocidad era su otra pasión, una que  segó su vida 13 días después de que -irónicamente- grabó una publicidad  para que los adolescentes condujeran sus autos con prudencia.

Según las investigaciones de la época, Dean falleció por múltiples fracturas en sus antebrazos y cuello, después de estrellarse en la carretera que lo llevaba al pueblo de Cholame (California), al esquivar un Ford cuyo conductor curiosamente resultó ileso.

‘Gigante’ fue su último largometraje en 1955. Ahí obtuvo su segunda nominación póstuma al Oscar. La anterior fue con ‘Al este del Edén’.

Dean era Jett Rink, el rencoroso y solitario empleado del hacendado Bick Benedict (Rock Hudson), y que finalmente recibe una parcela de la que brota petróleo. Jett se convierte en millonario y desplaza a Bick, pero era desdichado porque su amor por Leslie (Elizabeth Taylor), la esposa de Bick, nunca fue correspondido.

Aunque Dean salió con muchas mujeres y se confesaba enamorado de la actriz italiana Pier Angeli (fallecida en 1971), existen muchas biografías que lo tildan como bisexual al actor que murió tan rápido como vivió, tal como conjura otra de sus inolvidables e indirectamente proféticas expresiones: “sueña como si fueses a vivir para siempre y vive como si fueses a morir hoy”.

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