La más reciente adaptación de La bella y la bestia tiene opiniones divididas. Entre sus detractores están quienes cuestionan la homosexualidad de LeFou, personaje inicialmente antagonista que interpreta el actor Josh Gad.

La aparición de esta versión acerca de LeFou refleja una tendencia en Hollywood. Otros personajes gays en el cine son Hikaru Sulu, encarnado por John Cho, en Star Trek, y Trini Kwan, personificada por Becky G, en la recién estrenada Power Rangers.

Hollywood les da un giro sutil a personajes que fueron heterosexuales. Por ejemplo, Sulu puede ser visto abrazando a un hombre. LeFou le cierra el ojo a Gastón y después se ve bailando con un hombre con quien posiblemente entablará una relación. Trini no responde una pregunta sobre si está teniendo problemas con su novio o... con su novia.

Otro detalle es que la actual película ganadora del Óscar es Moonlight, que tiene una exploración explícita a una temática gay.   

La crítica de cine de Buzzfeed, Alison Willmore, escribió un artículo en el que revisaba “el crédito desproporcionado” que ha recibido Hollywood por los recientes “momentos excesivamente pequeños de inclusión LGBT”.  

“Cualquier progreso pequeño debe ser celebrado, cualquier avance es mejor que nada, pero este es un ritmo muy frustrante para ser ampliamente difundido como una apertura para la inclusión”, escribió Willmore sobre el momento ambiguo en Power Rangers.    

Lo que no es tan ambiguo es cómo la industria se está quedando atrás en la representación LGBT, especialmente en comparación con los enormes pasos que ha dado la televisión.

En 2016 un reporte de la Universidad del Sur de California descubrió que 82 de las 100 películas más taquilleras de 2015 no tenían un personaje LGBT con diálogos o que tuviera un nombre propio.   

Un estudio de la organización Glaad, por los derechos LGBT, sobre los estrenos de los estudios principales en 2015, encontró que 17,5% tenían personajes identificados como lesbianas, gay, bisexuales o transgéneros, un porcentaje que no ha cambiado desde 2014.

Incluso el director de La Bella y la Bestia, Bill Condon, y muchos de los miembros de su elenco se distanciaron de los comentarios sobre el “momento gay” de la película afirmando que la respuesta había sido “exagerada”.

Para la presidenta y directora general de Glaad, Sarah Kate Ellis, se trata de momentos “increíblemente importantes”, especialmente en las películas de gran presupuesto. Una película como Moonlight, dijo, es una cinta para adultos que se realizó con una productora y distribuidora independiente.

“Los jóvenes LGBT también tienen derecho a ver aquel ‘y vivieron felices para siempre”, dijo Ellis.

Un estudio de Glaad encontró que 20% de los nacidos en este milenio se identifican como LGBT, una estadística que Ellis dijo que podría haber contribuido a movimientos en las redes sociales que pedían un novio para el Capitán América o una novia para Elsa, de Frozen.

Ellis admite que le gustaría ver protagonistas LGBT en películas para todas las edades, pero cree que para los estudios, que suelen ser reticentes a los grandes riesgos y cambios, es un esfuerzo para medir las aguas. Por años los guionistas, admiradores y especialistas en temáticas LGBT han conjeturado sobre qué personajes de Disney son secretamente gays. Citan a un solitario Scar de El rey león o Mérida de Brave, que se niega a casarse, pero son solo conjeturas.

Pocos conocen qué hay detrás de los actuales Sulu, LeFou y Trini. El activista LGBT, George Takei, creó al personaje de Sulu.

El fallecido compositor Howard Ashman escribió gran parte de La bella y la bestia mientras estaba enfermo de sida y murió por esa causa antes de que la película se estrenara. En el caso de Power Rangers, el ranger azul original, David Yost, dejó la serie después de ser hostigado por su orientación sexual.

“En el pasado ha habido momentos codificados entretejidos en las historias que hemos visto en la gran pantalla, pero ningún estudio ha sido suficientemente atrevido para confirmarlos”, dijo Ellis. “Si fueras parte de la comunidad LGBT o super observador podrías notarlos, pero que un estudio los reconozca y no se retracte ha sido un gran avance para nosotros”.

En cuanto a negocios había dudas sobre si podría ser negativo el momento gay de La Bella y la Bestia, cuando surgieron reportes de que un cine en Alabama no la presentaría y que algunos países musulmanes tampoco la exhibirían. El filme ha recaudado $ 357’100.000 a nivel mundial.

“No creo que afectó en el fondo a Disney para nada”, dijo Paul Dergarabedian, principal analista de medios para comScore. De hecho, agregó, la atención en torno a LeFou posiblemente benefició a la película al final por el diálogo que generó.

Al respecto el cineasta manabita Calé Rodríguez dice: “En nuestra sociedad occidental ya no existe ningún tabú respecto a la homosexualidad. Los niños ven personas gays en todas partes y, desde mi punto de vista, deben entender desde pequeños esta realidad y deben aprender a respetar y a amar a todas las personas, sin prejuicios de ningún tipo. Creo que nos brinda a los padres una excusa para hablar con nuestros niños al respecto de estos temas tan necesarios”.

Fabricio Aveiga, creador de teleseries ecuatorianas, agrega que no es malo contar con personajes gays siempre y cuando se resalte sus valores como seres humanos. La inclusión de minorías en contenido resulta necesaria en épocas de discriminación e intolerancia”.

Ellis ha observado que en cuestión de semanas las cosas pueden cambiar bastante. Había extremistas anti-LGBT criticando a La Bella y la Bestia, pero ahora con los Power Rangers casi no ha habido respuestas negativas. Es la situación perfecta para demostrar su argumento sobre que “el contenido inclusivo gana en general”. (I)