El momento cumbre para Maggie Fitzgerald había llegado. Aquella camarera que a sus 31 años aún tenía esperanzas de boxear había ganado las peleas suficientes para disputar la final con ‘La Osa’, una pugilista ruda y tramposa por la categoría welter en Las Vegas.

‘La Osa’ (interpretada por Lucía Rijker, boxeadora en la vida real) ganaba inicialmente, pero Maggie se recupera. Cuando se dirige hacia su esquina -tras sonar la campana- ‘La Osa’ la ataca por la espalda a Maggie, quien cae sobre un banco. El golpe afecta sus vértebras cervicales y Maggie queda tetrapléjica, inmóvil del cuello para abajo y con necesidad de un respirador.

Para Maggie el boxeo era su válvula de escape, ante el abandono de su familia, y a la vez complementaba la soledad de Frankie Dunn (Clint Eastwood), quien contra su voluntad la había entrenado, pues sospechaba que ella se haría daño.

Ambos habían creado una relación íntima, de padre e hija, porque llevaban una vida solitaria. En el caso de ella, escapaba de una familia disfuncional. Hilary Swank interpretó a Maggie en ‘Million Dollar Baby’, la película que a ella le permitió ganar su segundo Oscar, mientras que Eastwood se llevó la estatuilla dorada como director (también estuvo nominado como actor).

Cuando Swank ganó el galardón muchos relacionaron a su personaje con los orígenes reales de la actriz, quien cumplió 38 años el año pasado y nació en Lincoln, Nebraska. Reconoció, entonces, que durante su adolescencia se mudó con su madre desde Washington hasta Los Ángeles y durante algún tiempo vivieron en un carro, lo cual le impidió estudiar.

De hecho, la actriz -que a los 30 años ya había ganado dos Oscar- tenía desinterés por una formación académica, sobre todo porque no se adaptaba a sus compañeros de aula y porque sentía la ausencia paterna, ya que entonces se había divorciado de su madre, una secretaria que luego quedó cesante.

Ella procedía de un hogar donde el padre nunca tuvo un empleo fijo en Nebraska. Él se llevó a la familia hacia Bellington, una localidad del estado de Washington. Esa disfuncionalidad la relacionaba con su papel de Maggie. No obstante, el fuerte de la intérprete y productora, de 1,71 metros de altura, eran los deportes.

Durante su breve paso por el instituto Sourth Pasadena de California, practicaba gimnasia olímpica y deportes acuáticos, mientras alternaba con las clases de teatro que le dictaba la productora Suzy Sachs. Con ella debutó en la adaptación teatral del ‘Libro de la selva’.

Ese vínculo la condujo a la grabación de algunas series y producciones para la televisión hasta 1992, en que logró su debut en el cine como Kimberly Hannah, un personaje secundario en la película ‘Buffy the vampire slayer’, que protagonizó Kristy Swanson.

Swank obtuvo su primer rol estelar dos años después, a través de Christopher Cain, para ‘The Next Karate Kid’ junto con Pat Morita. Era la cuarta película de la saga, pero a la vez la primera sin Ralph Macchio, quien encarnaba a Daniel Larusso. Más bien se trataba de una historia independiente, la de Julie Pierce, la nieta de un excompañero de combate del señor Miyagi (Morita) en la II Guerra Mundial. Ella es hostil porque no puede superar la muerte de sus padres en un accidente automovilístico, y todas esas energías las canaliza cuando pelea.

Según la ocasión, Swank puede lucir tan sensual como atlética. Para muchos directores, su semblante adusto les ha llamado la atención para esos roles tan complejos y controversiales como el de Brandon Teena, un transexual que en la vida real fue violado y asesinado en la Noche Vieja de 1993.

Esa historia se narra en ‘Boys Don’t Cry’ (1999), de Kimberly Peirce, donde Swank se corta el pelo, viste como hombre y hasta vive como tal para encarnar a Teena junto con Chloë Sevigny, la coprotagonista. Aunque ganó su primera estatuilla dorada por su conmovedora actuación, la actriz revela que tras terminar el rodaje sufrió crisis de identidad durante mucho tiempo.

En múltiples entrevistas ha dicho que al regresar a casa intentaba vestir faldas, pero al mirarse en un espejo solo veía a un ser andrógino y eso la desesperaba. Para entonces estaba casada con Chad Lowe, hermano del también actor Rob (‘St. Elmost Fire’ y otras).

Él fue clave en la recuperación de identidad de Swank. Ambos se divorciaron en 2007. Desde entonces la histriónica ha sido vinculada a otros hombres, aunque ella no confirma con alguno.

En cuestión de 20 años ha participado en 26 películas de tipo biográficas como ‘Amelia’ 2009, la historia de la aviadora Amelia Earhart) o la romántica ‘P.S. I love you’ (del mismo año). Actualmente se encuentra en la filmación de ‘Mary and Martha’, una cinta para la televisión.