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El Telégrafo
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Henry Cavill, el triunfo de la paciencia

Henry Cavill, el triunfo de la paciencia
19 de junio de 2013 - 00:00

Ahora muchos hablan de él. Y no es para menos, Henry Cavill es el actual Superman, quien sobre sus hombros tiene la responsabilidad de mejorar o igualar la imagen que dejó Christopher Reeve entre 1978 y 1987. Y aún hay más: es el primer actor no estadounidense que usa el traje y la capa del Hombre de Acero, pero ese detalle no le incomoda porque lo considera como un personaje extraterrestre y a la vez universal.

Antes de ‘Man of steel’ en la que interpreta a Superman, Cavill era conocido por roles secundarios en películas como ‘El conde de Montecristo’ (2001) y ‘Stardust’ (2007, donde incluso se tiñó de rubio) o la serie ‘Los Tudor’ (2007-2010) como el duque Charles Brandon, solo por citar un par de producciones.

Cavill, quien el pasado 31 de mayo cumplió 30 años, no siempre ha sido el segundón de las cintas. Su primer protagónico se registró en 2011 con ‘Immortals’, un filme de acción y fantasía en el que interpreta al semidiós Teseo. Fue la antesala para ‘Man of steel’, tras algunos fracasos en producciones grandes como James Bond en la que perdió con Daniel Craig porque era considerado muy joven y en la saga de Crepúsculo como el vampiro Edward Cullen. Ahí, en cambio, fue rechazado porque su apariencia era mayor a la de un adolescente, según la misma Stephanie Meyer, la creadora de la novela.

El actor nacido en Jersey ahora experimenta el sabor del triunfo, basado en su paciencia, quizás una que adoptó durante su niñez en la granja de sus padres. El portal español 20 minutos publicó hace poco una entrevista con Cavill.

Estuvo a punto de ser James Bond y Batman. Al final, ha sido Superman...
Sí… ¡Y no estuve seguro de haber logrado ese papel hasta el primer día de rodaje! Supongo que no conseguir los otros papeles era lógico: quizá me faltaba el aspecto, la edad o la experiencia vital para ser el adecuado. Con Superman lo conseguí, pero no fue fácil: me llamaron para ofrecerme una prueba, no atendí al teléfono, creí que perdería la oportunidad, llamé al director (Zack Snayder) y, por fin… Pude hablar con él. Estaba en mi casa y bajé las escaleras gritando, enloquecido, y me pasé treinta horas sin parar de sonreír.

¿Cómo fue la prueba?
Fue hace bastante tiempo. Tuve que ir a Los Ángeles, y me puse un traje retro, muy parecido al que usó Christopher Reeve. Recuerdo que hacía un calor espantoso y no me sentí muy cómodo. No había entrenado lo suficiente, el traje no era muy favorecedor y, más que como Superman, me sentí como un enorme y musculoso gay inglés… Pero algo les debió de gustar, porque me animaron a rodar otra escena y terminé sintiéndome a gusto.

¿Cómo es El Hombre de Acero?
La historia es de David Goyer, un guionista de enorme talento, y puedo asegurarte que es muy buena. Que la produzca Christopher Nolan es una garantía: su trilogía de Batman es maravillosa, con un mundo mucho más real y creíble. El Hombre de Acero también es más realista que los otros Supermanes… Bueno, ¡todo lo real que puede ser una historia sobre un extraterrestre con poderes!

Como Superman en ‘El Hombre de Acero’ (2012). Aparece junto con Amy Adams.

La pregunta que le habrán hecho mil veces: ¿No teme que el personaje lo encasille?
Depende… Del siguiente trabajo que haga. Si mi próxima película es también sobre un superhéroe, corro ese peligro, y todo el mundo pensará que solo sé hacer ese tipo de personajes. Pero si la película gusta, y me ofrecen más y diferentes papeles… La decisión habrá sido la acertada. En todo caso, puedo asegurarte que ha sido todo un placer.

¿No es un papel que restringe la libertad de un actor? El peso de la leyenda… ¿No es demasiado grande?
Todos los implicados en este proyecto son profesionales con mucho talento y un punto común: es gente a la que le gusta dar libertad. Nadie me ha impedido probar cosas. Todo lo contrario: me daban libertad, me animaban a proponer ideas propias, me pidieron que buscara mi propia verdad. Había cosas que funcionaban, cosas que no… Y creo que hay muchas cosas mías, que este Superman tiene un “toque Cavill”. Eso sí: todo, claro, con el visto bueno del director.

Hablaba antes de la presencia de Nolan en el proyecto. ¿Es este Superman, como sus Batman, más oscuro que los anteriores?
No sé si llamarlo oscuro. Es más realista. Sigue siendo un personaje generoso, lleno de luz, porque eso es intrínseco a Superman. Pero la película se detiene mucho en su primer contacto con la Tierra, con lo que rodea a un extraterrestre recién llegado a este planeta. En otras películas, Superman ya estaba más integrado en el mundo, y la historia se detenía más en la acción y la fantasía. Aquí todo es más real.

¿Cómo preparó su físico?
¡Entrené mucho! Suelo tener un físico voluminoso, pero durante el rodaje pesaba hasta diez kilos más que ahora. Iba cinco o seis días a la semana al gimnasio, entrenando hora y media. Manejaba mucho peso sentadilla, hombro, pecho… Al principio, consumía 3.500 calorías al día, pero llegué a tomar 5.000 e incrementé la carga de trabajo para conseguir un aspecto más masivo. Y, al final… Otra vez bajé a 3.500 calorías, entrené con más intensidad y conseguí un aspecto más definido. De verdad: fue agotador. Un trabajo duro. Pero no siempre fui así. De niño fui gordo y se burlaban de mí por eso.

¿Y ahora? ¿Sigue entrenando?
Sí, pero más relajado. Es muy distinto a ir al gimnasio por la mañana y rodar por la tarde. Pero me gusta el deporte, me hace disfrutar más la vida.

¿Cómo es, precisamente, su vida?
De niño apenas veía películas: ni Superman ni ninguna otra. Estaba demasiado ocupado” Me encanta pasar el tiempo con mis amigos más íntimos. No vivo en un sitio demasiado fijo… Depende de dónde trabaje: mi casa es siempre el lugar donde esté en ese momento mi maleta. Adoro leer. Me gusta, como dije antes, hacer deporte.

El último Batman es Christian Bale, un galés. El último Spiderman Andrew Garfield, medio británico. Y ahora usted, un inglés, es Superman. ¿Qué pasa con los actores americanos?
¡Es cierto! Debe de ser coincidencia… No creo que tenga nada que ver con nuestra nacionalidad, desde luego, porque son grandes iconos estadounidenses. Simplemente, éramos los tipos oportunos en el momento y en el lugar adecuado.

¿Y los superhéroes? ¿Por qué están siempre de moda?
Porque sus historias mezclan ideología, romance y mitología. Todas las culturas, tanto las antiguas como las modernas, necesitan ese tipo de ejemplos: héroes que superan terribles dificultades y que inspiran a los ciudadanos. Vivimos tiempos difíciles y, supongo, encontramos en este tipo de personajes algo de esperanza. Vemos que a base de abnegación, esfuerzo, sacrificio y valor, podemos derrotar las dificultades y salir adelante.

¿Quién es, para usted, un superhéroe en la vida real?
Hay dos tipos de héroes: los que salen en la televisión, a los que todo el mundo admira, y los otros, los desconocidos, de los que no sabemos nada. Estos son para mí los más reales, los más admirables: gente que ayuda a sus vecinos, que cuida a sus familiares, que no tienen ningún reconocimiento público pero que hace cosas muy difíciles cada día. No buscan la fama: simplemente, lo hacen.

 ‘Immortals’ (2011) fue su primer filme protagónico. Encarnó al semidiós Teseo.

¿Y los políticos? ¿No deberían ser un poco más heroicos?
Probablemente… Pero también más anónimos. Más discretos. No hablarse tanto de sus logros ni de sus posibles pecados: simplemente ser más eficientes.

Hace 20 o 25 años, cuando era un niño… ¿Se imaginó que algún día sería Superman?
No creo… Porque apenas veía películas. Quise ser actor después, con 15 o 17 años, cuando empecé a hacer teatro. Al subir a un escenario comprendí lo maravilloso que es contar historias, y decidí que tenía que ganarme la vida así. Sobre mi niñez… No me recuerdo viendo películas, ni Superman ni ninguna otra. Estaba demasiado ocupado: éramos cinco hermanos, con mis padres, viviendo en una granja, y era mucho más divertido ver pelearse a mi familia, o vivir algún drama como que un perro se había comido a una gallina.

Y ahora que es un actor famoso… ¿Tiene una doble vida, como Clark Kent? ¿Tiene un rostro público y otro desconocido?
Es una comparación algo exagerada. Las cosas más importantes de mi vida pertenecen, eso seguro, a un ámbito privado: como actor me limito a narrar historias ajenas. Pero es verdad que, como le pasa a Superman, es mejor no mostrar mi intimidad: muchos villanos pueden intentar destruirte. Hay algunos villanos escarbando en la privacidad de los actores para derrotarnos (en referencia a los paparazzi).

¿Qué profesión tendría si no actuara? ¿Quizá escritor o periodista, dada su pasión por las historias?
No me veo con la habilidad suficiente para eso. Alguna vez he intentado escribir algo, pero es difícil tener tanta imaginación. Creo que, de no actuar, sería militar. Tengo muchos familiares en las Fuerzas Armadas, y es un mundo que me resulta conocido. Pero tuve la suerte de encontrar mi auténtica vocación, y aquí sigo.

¿Cómo se recuerda de joven? ¿Llamativo como Superman, o discreto como Clark Kent?
Supongo que una mezcla de ambos... No tenía ningún talento demasiado llamativo, pero sí que me esforzaba en todo lo que hacía. Me portaba bien, era obediente… Y sí, algo tímido. ¡Un poco de ambos!

Se dice que será el protagonista de 50 sombras de Grey, ¿es cierto?
No hay todavía un guión definitivo ni un director contratado así que, por extensión, tampoco un actor concreto. Si alguien me ofreciera el papel, me gustaría leer el guión y, de gustarme, por supuesto que lo aceptaría. Sin duda. Es algo muy diferente a los papeles que he hecho hasta ahora, y me interesa cambiar.

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