Combinación explosiva en el escenario del Ágora en Quito (GALERÍA)
El frío de Quito no impidió que el Ágora prácticamente se llene para escuchar unas horas de música alternativa. A las 20:40 la banda venezolana Caramelos de Cianuro saltó a escena y la euforia de alrededor de 3 mil personas hizo vibrar el recinto.
Los primeros acordes fueron los del tema Sanitarios, la potente batería hizo que la mayoría no evite saltar y bailar con el pegajoso ritmo. Azier Casalis saludó diciendo: “¿Cómo está Quito?” y la euforia explotó en el público, mientras la segunda canción ya empezó a sonar, Dos caras, dos corazones, el juego de luces verdes y rojas le dieron más emoción al show.
Así le siguieron La llama, Maldito verano, No eres tú, La Terraza, Estrógeno, Infierno VIP, Rubia Sol, Morena Rubia, Las estrellas, esta última fue el single que caracterizó a las serie ecuatoriana Solteros sin Compromiso, que se transmitió durante siete temporadas.
Los venezolanos se mostraron contentos de volver a Ecuador. “En Quito me siento como en casa” gritó Azier, mientras agradeció el cariño de los quiteños.
El show terminó con Lobby y una leve insinuación de seguir la fiesta más tarde en el hotel, con los artistas.
Las luces se apagaron y el staff puso manos a la obra para preparar el escenario y los instrumentos para los argentinos Illya Kuryaki & Valderramas. A las 22:30 el dúo conformado por Dante Espinetta y Emmanuel Horvilleur saltó al escenario con canciones como Chaco y Jaguar House. Dante saludó a los presentes y dio estar contento de estar por primera vez en el país, tomando en cuenta que en los noventa se suspendieron dos conciertos en Quito. Esto sumándole a la separación de diez años, que terminó en 2011 cuando retomaron los rumbos del funk y el rock alternativo en conjunto.
La gente deliró con Ula ula, Jennifer del Estero, A mover el coolo, El jugo y Latin Geisha, sobre todo cuando Emmanuel gritaba “El que no salta es policía” para alentar a sus seguidores, quienes esperaron este momento por años.
Imágenes psicodélicas en la pantalla hicieron que más de uno desatara sus cabellos y salte al ritmo de los riffs que realizó el dúo. También hubo espacio para un homenaje a Alberto Espinetta, padre de Dante, de quien recibió la herencia musical y de estilo.
Finalmente se despidieron con la clásica Abarajame la bañera tema que identifica la forma de hacer música de estos artistas argentinos.