Lo de ‘Amor de dos’ empezó en julio pasado cuando Fausto Miño le compuso una canción a su hijo Joaquín. Inicialmente surgió como una melodía íntima, solo entre padre e hijo.

El cantante ambateño, quien cumplirá 35 años en junio próximo, no imaginó el impacto emocional que causaría en su familia y amigos más cercanos.

“Me di cuenta de que la canción tiene el poder de sensibilizar a las personas. Entonces me llamó Andrés Sacoto, de Chaucha Kings, preguntó que hacía, le hice escuchar la canción y de inmediato me propuso grabarla. Analicé mejor el contenido y me preguntaba, ‘¿por qué los hijos se quedan ‘huérfanos’ teniendo padres vivos? Y eso se da por la separación de los padres, a veces por conflictos entre ambos o por la migración. Con eso muchos niños crecen con un vacío, ya sea de una figura paterna o materna”, explica el intérprete de temas como ‘Usted es hermosa’, ‘Baila mi vida’ o ‘Sometimes Ok’.

Miño, quien se describe como ‘serracosteño’ porque es hijo de padre quiteño y madre manabita, revela que como padre tiene un nexo fuerte con su vástago, considerando que él no vive con Macarena Valarezo, la madre del pequeño que ya tiene 5 años de edad.

“Incluso, físicamente podría decir que tengo una especie de cordón umbilical con Joaquín. Tuve una infancia buena, hasta la adolescencia. Cuando yo era un niño tuve el amor, el tiempo y la confianza de mi padre y es eso lo que quiero transmitirle a mi hijo. Esa es la clase de relación que quiero tener con él. Joaquín sale de la escuela y va a casa de la mamá. Con ella pasa 3 días. Conmigo comparte de viernes a domingo y tratamos de aprovechar al máximo el tiempo juntos porque sé las posibles consecuencias de un abandono. Los niños no tienen la culpa de los conflictos que tengan sus padres”, explica Miño, desde su propia experiencia.

Según el artista, un infante que tiene en casa la figura de sus progenitores tiene menos riesgos de involucrarse en las drogas y el alcoholismo como falso refugio para llenar sus vacíos afectivos. Hoy además Miño luce renovado con el cabello corto.

El pasado 27 de enero se cortó su melena ensortijada, esa que lo acompañó durante 14 años. Lo hizo en una peluquería, en el Centro Histórico, de Quito para colaborar con la fundación ‘Dibuja una sonrisa’.

“Me siento muy cómodo con mi nueva imagen. En realidad ya quería cortarme el cabello, pero luego me enteré de esta causa. Mis rizos servirán para confeccionar una peluca para Anahí, una niña que tiene 6 años y ha perdido su cabello por las quimioterapias a las que se somete porque padece leucemia. Ella también sufre por la ausencia de su padre, quien la abandonó hace dos años”, explica Miño, quien no pasa inadvertido con su 1,88 metros de altura.

Aunque la compuso en julio pasado, el tema recién se grabó en enero pasado con Sacoto y Pablo Santacruz como productores, más la colaboración de músicos como Francisco Luzuriaga, a cargo del violín.

El intérprete de ‘Ya no tengo novia’ y ‘Este amor es algo así’ anuncia un concierto para el 21 de marzo próximo en la Cruz del Papa.

Este lugar se ubica dentro de la zona de aeróbicos del parque La Carolina, en Quito. “Se trata de un evento gratuito que durará 4 horas, con música, teatro y charlas. La idea es unir a las familias, a padres que están distanciados. Ahí participarán la Cruz Roja y la fundación Dibuja una sonrisa, que estarán recibiendo donaciones de sangre y cabello para chicos que padecen cáncer”, dice Miño, quien tiene previsto realizar una gira con este proyecto.

Miño afirma que en junio traerá el evento a Guayaquil y luego lo llevará a Cuenca y Machala, en fechas por confirmar.