Fallece Elizabeth Taylor, la mítica actriz de ojos violeta
Es posible que algunos recuerden a Elizabeth Taylor, cuya hipnotizante mirada y ojos de color violeta lograron atraer la atención de los cineastas, por haber encarnado al mítico personaje de Cleopatra o por haber interpretado el papel de una escritora en ¿Quién teme a Virginia Woolf?.
De hecho esa fue una de las películas que le otorgó uno de los Oscar en su carrera.
La actriz considerada como una de las mujeres más glamorosas del cine mundial, falleció ayer a los 79 años, en un hospital de Los Ángeles tras una larga lucha por problemas cardiovasculares.
En su deceso estuvo acompañada por sus hijos Michael Wilding, Christopher Wilding, Liza Todd y Maria Burton.
"Mi madre fue una mujer extraordinaria que vivió al máximo, con gran pasión, humor y amor", dijo su hijo Michael.
Según el portal TMZ, Taylor podría ser enterrada en el cementerio WestWood Village Memorial Park de Los Ángeles, donde su familia tiene un nicho y donde yacen las también legendarias Marilyn Monroe y Natalie Wood.
Fue hija del matrimonio conformado por los estadounidenses Francis Lenn Taylor, un comerciante de antigüedades, y Sara Viola Warmbrodt, una actriz retirada que fue quien la impulsó a decidir que lo suyo sería la actuación.
Su madre se encargó de llevarla a grabar anuncios y cameos de películas. La oportunidad de estar frente a las cámaras se dio con la película National Velvet (1944), cuando Taylor tenía 10 años.
Doce años más tarde un nuevo director se interesó en ella y le propuso rodar El coraje de Lassie, y poco después una versión de Mujercitas. Su siguiente gran éxito sería El padre de la novia (1950), junto a Spencer Tracy y con dirección de Vincente Minnelli. A partir de allí a Taylor le empezaron a llegar una tras otra propuestas para intervenir en cintas que la llevarían a recorrer su camino hacia la fama.
Taylor participó en 50 películas y ganó dos premios Oscar gracias a Una mujer marcada (1961) y ¿Quién teme a Virginia Woolf? (1981). Además protagonizó cintas como Gigante (1956), junto a James Dean y Rock Hudson, y La gata sobre el tejado de Zinc (1958), junto a Paul Newman, con quien formó una de las parejas más recordadas del cine. Su actuación le permitió obtener su primera nominación a los premios Oscar.
Sin embargo, fue con Cleopatra (1963), donde interpretó al personaje de la mitología griega, que Taylor consiguió catapultar su nombre al estrellato y convertirse en una de las estrellas a la altura de Katharine Hepburn.
Para su actuación Taylor llegó a cobrar la suma de un millón de dólares.
En ese filme la actriz, cuya vida amorosa también alcanzó notoriedad, conoció a Richard Burton, con quien más tarde se casó por dos ocasiones y luego se divorció.
A los 18 años Taylor contrajo matrimonio con Conrad Nicholas Hilton, con quien estuvo casada un año. Hilton se convirtió en uno de los primeros romances que la intérprete tuvo. De hecho se casó 8 veces.
Pero más tarde, para la década del 70 empezaría su declive como actriz. Poco a poco Taylor empezó a alejarse definitivamente del celuloide.
Una retirada forzada en gran medida por sus serios problemas de salud, una cruz que arrastró durante toda su carrera y que la obligó a pasar por varios quirófanos.
En 1997 tuvo que someterse a una operación para extirparse un tumor benigno en el cerebro.
También sufrió neumonía.
Una de sus últimas intervenciones en una película se dio en 1994 con Los Picapiedra.
La actriz, que mantuvo una estrecha amistad con Michael Jackson, nunca ocultó su devoción por las joyas.
A lo largo de su intensa vida atesoró una gran colección entre las que destacan un diamante de 33,19 quilates que perteneció a la mujer de un colaborador de los nazis, otro que fue propiedad de la esposa favorita del emperador indio Shah-Jahan, en cuya memoria mandó a erigir el célebre Taj Mahal y la popular perla Peregrina.
Sin embargo de esa faceta como coleccionista de joyas Taylor, quien fue también un símbolo de la Edad de Oro de Hollywood, aseguró: "no soy la reina del glamour. No trato de parecer de 50 ni de 40 años. Tengo nueve nietos y lo que quiero es hacer de mamá o de abuela", al tiempo que se dedicaba a participar en campañas sociales.
Y es que no abandonó su compromiso con causas humanitarias, las cuales mantuvo durante varios años.
Estuvo involucrada en una campaña contra el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. Ayudó a crear en 1985 la Fundación Estadunidense para Investigaciones de Sida, y en 1991 creó la Fundación contra el sida, Elizabeth Taylor. Por su aportación fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Ese mismo año participó en el concierto en tributo a Freddy Mercury, en el que habló sobre la prevención de la enfermedad.
Asimismo, se vio muy involucrada durante los últimos años en las labores de ayuda contra el hambre en Asia y África, mediante la donación de grandes cantidades de dinero e incluso numerosas posesiones. En 2000 fue nombrada Dama del Imperio Británico por la Reina de Inglaterra.
Esa fue la historia que vivió Elizabeth, la mítica actriz de ojos color violeta que a lo largo de su vida fue una leyenda del cine, ese que la vio crecer.