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Étnica, tribal o indígena, un estilo autóctono que se expande
En un afán por recuperar lo que pensábamos irrecuperable, la moda ha vuelto a sorprender al echar mano de tradiciones indígenas para vestir y adornar a los cuerpos más atrevidos, porque si algo hace esta tendencia, es dar un toque sofisticado a cualquier “look”, ya sea para la noche o el día.
Étnica, tribal o indígena, la razón de la existencia de esta moda, que nació en este milenio y que ha explotado en 2013, es darle al verano ese toque relajado y excéntrico que tanto pega en las fiestas que están celebrándose en las playas más famosas del mundo.
Relajado porque, pese a que en algunos países están en medio verano y muchos ya temen a la llegada del calor, la mayoría de las mujeres continúa optan por vestidos, pantalones, tops o accesorios étnicos llenos de versatilidad y con la capacidad de combinar con clásicas camisas o delicados borsalinos.
Siguiendo su estela de diseñadora de “imprescindibles”, la francesa Isabel Marant fue de las primeras en dar el “do de pecho” en lo que a esta tendencia se refiere.
Y lo hizo con sus pantalones pitillo “Renell”, que -decorados con bordados de estilo navajo- se agotaron en casi todos los puntos de venta a las pocas semanas de su salida a la venta.
Firmas como Dolce&Gabbana o Just Cavalli apostaron también por motivos de la civilización azteca impresos o bordados en soberbios vestidos o abrigos. Tras este éxito en las pasarelas, y como casi siempre, las grandes cadenas de ropa se encargaron de popularizar el estilo tribal que se ha hecho con todos los escaparates.
Llegaron entonces miles de prendas tan variadas como camisetas con flecos, al más puro Lejano Oeste, o shorts que combinan la tela vaquera con motivos tradicionales de culturas lejanas.
Del continente latinoamericano llegaron, a comienzos de la época estival, las mochilas wayuu, una especie de bolso con asa bandolera realizada por madres e hijas de esta comunidad indígena wayuu, que habita en la árida península de la Guajira, al norte de Colombia.
Gracias al interés de pequeñas firmas que intentan abrirse paso en la industria de la moda, las mochilas wayuu pasaron de ser un producto artesanal, y puramente regional y tribal, a convertirse en exclusivos complementos en Europa y Estados Unidos.
Tatiana Santodomingo, la cantante Shakira y la modelo Alessandra Ambrosio sacaron a pasear estos bolsos que, no solo permiten dar el giro perfecto a cualquier “look”, sino que también ayudan al desarrollo de la tribu wayuu.
Las formas de hacerlo son variadas, bien sea contratando y ofreciendo seguridad a las artesanas o destinando un porcentaje de las ventas a fundaciones que ayudan a estas mujeres indígenas colombianas.
Lejos de pensar que serán unos bolsos temporales que caerán en el olvido nada más dejar atrás el verano, los encargados de las firmas Alana y Susuu, Ana Castro y Carlos Alonso, responsables de introducir estas mochilas en algunos países europeos, señalaron que, en 2014, estarán “absolutamente de moda”.
Y tan de boga como estos bolsos está también llenarse las muñecas de complementos tribales como las pulseras de hilo. Recuperadas de los años 80, cuando cualquier niño o niña que se preciase sabía hacerlas, estas cintas de llamativos hilos que se entrelazan con nudos ahora son auténticas joyas artesanales procedentes -sobre todo- de Latinoamérica e India.
La manera de lucirlas es cuantas más mejor, y da igual que se queden en la muñeca, por olvido o plenamente conscientes, al ponernos un vestido de noche porque, como marca la moda este verano, hacer el “indio” es lo más chic.
PARA COMPLETAR EL “LOOK”
Las carteras y bolsos bordados con hilos multicolores y formando infinidad de imágenes y las pulseras en este mismo estilo van bien para esta moda que ha empezado en Europa a adueñarse de las mujeres en calles y pasarelas.
En Ecuador se venden en la mayoría de centros artesanales de todo el país. Otavalo es el lugar por excelencia para esta confecciones. Sin embargo, hay otros estilos que se ofrecen dependiendo las regiones en las que nos encontremos. Lo cierto es que sea cual sea el diseño, no deje de lucirlas.