Enrique enfrentó a la prensa por su relación con Markle
El príncipe Enrique de Inglaterra y Meghan Markle vivieron un flechazo y sintieron rápidamente que su primer breve encuentro, en una cita a ciegas, podía convertirse en algo mucho más serio.
Después de ser presentados por una amiga común durante un paso de la actriz estadounidense por Londres a principios de julio de 2016, la velocidad de la relación sorprendió a ambos.
“El hecho de enamorarme de Meghan tan increíblemente rápido fue una confirmación de que todas las estrellas estaban alineadas. Todo era perfecto”, explicó Enrique.
Menos de dos años después de conocerse se casarán hoy en el castillo de Windsor y sellarán una relación que creció fuera del foco de atención de los medios.
Cuando la pareja se vio por primera vez para tomar unas copas, ambos se sorprendieron.
Ella tenía 34 años y un divorcio tras de sí; él 31, un pasado agitado y una carrera militar recién concluida.
Enrique nunca había oído hablar de Markle ni había visto “Suits”, la serie de televisión sobre abogados de la que es protagonista.
Markle sabía poco acerca de Enrique y solo le había preguntado a su amiga común si era “agradable”. “Para los dos fue realmente refrescante”, dijo. “Todo lo que sé de él lo supe a través de él”.
Unas semanas más tarde, Enrique la convenció para irse de acampada cinco días a Botsuana, lo que el príncipe describió como el “gran salto” en la relación.
La pareja nunca estuvo más de dos semanas separada desde entonces. Pese a ello, el romance se mantuvo oculto a la prensa durante los primeros seis meses.
Enrique dijo que tenían conversaciones francas acerca del futuro y que sintió un “enorme alivio” al haber encontrado a alguien cómodo con la presión. El príncipe confirmó públicamente el romance en noviembre de 2016 con una declaración inusualmente dura al criticar a la prensa por un “abuso y acoso” con tintes racistas al que se sometía a Markle.
La declaración airada, que iba mucho más allá de lo que Enrique había ido nunca por una novia, confirmó que se tomaba en serio la relación.
Enrique le propuso matrimonio en noviembre de 2017.
La pareja pasaba una velada tranquila en Nottingham Cottage, la casa de dos dormitorios que ahora comparten en las inmediaciones del palacio de Kensington, en el centro de Londres.
“Fue una sorpresa increíble. Fue tan dulce y natural, y muy romántico. Se arrodilló”, confesó la actriz. Ella dijo que sí antes incluso de que Enrique le ofreciera el anillo.
Anunciaron su compromiso el 27 de noviembre de 20l7 y ella ya está integrada en el mundo de la realeza, tras su primera aparición pública oficial con su futuro marido el 1 de diciembre.
Enfermedad del suegro
La polémica ha venido por el lado de la familia de la novia. Una cirugía cardíaca pautada para esta semana impedirá al padre de Meghan Markle entregarla en el altar.
El padre, que sufrió un infarto poco después de la controvertida sesión de fotos que concedió a un paparazzi, propuso que su exesposa y madre de Meghan, Dora Ragland, tomara su lugar.
No hay muchas más opciones porque ninguno de sus tres tíos fueron invitados a la boda. Tampoco su hermanastro, quien llegó a aconsejar públicamente a Enrique que no se casara con Meghan.
Antes de sus problemas médicos, Thomas Markle había dicho que no asistiría para no avergonzar a su hija, tras ser fotografiado por una agencia de Los Ángeles en situaciones anodinas: mirando fotos de su hija y Enrique -al que no ha conocido personalmente-, leyendo un libro sobre el Reino Unido o tomándose las medidas para el traje.
Las fotos se vendieron a medio mundo por $ 100.000 y según familiares citados por el diario, el hombre se sentía “traicionado” e “idiota”.
La hermana de Meghan, Samantha Grant, que tampoco fue invitada a la boda real, admitió que la sesión fue su idea asegurando que podría mejorar la imagen que la prensa había construido de su padre. (I)