Pablo Martínez tenía 36 años cuando viajó a México para contratar a Enrique Guzmán en mayo de 1989. Cuenta el empresario ecuatoriano que accedió al cantante mexicano a través de su padre Luis Martínez, quien era crítico de arte y había entrevistado al considerado Ídolo de Juventud en la década del 60.

“Enrique Guzmán no visitaba el país desde 1970 cuando acá filmó ‘Cain, Abel y el otro’. Por eso lo trajimos de regreso, casi 19 años después. En aquella ocasión lo encontré en una discoteca de la zona rosa de México. Ahí se presentaba. Tras su show me acerqué a él para negociar. Aceptó y ofreció dos conciertos en Guayaquil. Uno de ellos fue el 19 de mayo de 1989 en el club Biblos y el otro al día siguiente, para todo público, en el Coliseo Voltaire Paladines”, recuerda Martínez, quien actualmente ejerce como director del museo Luis Noboa Naranjo y es menor que Guzmán con 10 años.

Curiosamente Guzmán se presenta hoy, exactamente 22 años después de su último show en Ecuador. El artista, nacido el 1 de febrero de 1943 en Venezuela (nacionalizado mexicano, el país de sus padres), ofrecerá su show  desde la medianoche, después de las presentaciones de Los Iracundos y Los Corvets en el Centro de Convenciones Simón Bolívar.

“Hace 22 años la entrada más cara costaba 5.500 sucres, aunque traerlo costó como 20 mil dólares. Lo hospedamos en el hotel Ramada, junto con los 17 músicos que trajo”, relata Martínez, quien escuchó por primera vez las canciones del mexicano cuando tenía 11 años.

Roberto Vallarino, bajista y líder de Los Corvets, recuerda sus tocadas en la época en que Guzmán visitaba el país. La última vez compartió el escenario también con el grupo En Zerio, que entonces integraban el guitarrista César Aragundi, el baterista Eduardo Salvador y otros.

Salvador recuerda que no pudo tocar en Biblos porque se había lesionado la mano el día anterior.

“No recuerdo exactamente quién me reemplazó aquella vez. Creo que fue Willy Wong o Juan Carlos Zúñiga. Lo que no olvido es el carisma de Enrique Guzmán, ni las reuniones que tuvimos con los músicos que lo acompañaban. Él siempre ha sido un tipo sencillo, muy bromista. Él había llegado muy de noche a la ciudad, casi después de que tocó en México, y pese al cansancio del viaje siempre se mostró cordial y con una personalidad arrolladora. Si se lo proponía él podía cantar hasta tres horas”, dice el baterista en referencia a la visita del artista mexicano en 1989 y otras.

Enrique Guzmán siempre tuvo una especie de “romance en Ecuador”, como títula una de las películas que filmó en el país y que se la conocía también como “Fiebre de juventud”. En 1965 se rodó esa película junto con Begoña Palacios, Rosa María Vásquez  y Fernando Luján, entre Guayaquil, Salinas y Punta Carnero. En el elenco de ecuatorianos estuveron Ernesto Albán y el mismísimo Julio Jaramillo, con la canción Sombras.

Para esa época el intérprete de Payasito, Acompáñame, Oye y otras, estaba casado con Silvia Pinal y aprovechó su acogida en Ecuador para abrir un centro nocturno llamado Enrique’s en Punta Carnero.

“Él (Guzmán) traía a muchos artistas gringos y mexicanos, más los nacionales”, recuerda Martínez, mientras Salvador agrega: “Toqué varias veces ahí. Hacía un dúo con Willy López, un cantante peruano”.

Ese vínculo entre el también padre de la rockera Alejandra Guzmán y Ecuador se mantuvo hasta 1970 en que filmó “Caín, Abel y el otro”, junto con Alberto Vásquez, César Costa y Germán Valdez “Tin Tan”.

Vásquez y Costa también formaban parte de  la “nueva ola del rock and roll” en español, aunque Guzmán es considerado como el pionero de ese género con apenas 14 años, cuando formaba parte de los Teen Tops. Era 1957 y Guzmán se había interesado en el patinaje, tras llegar de Venezuela donde vivió los primeros 12 años de su vida.

Mientras patinaba, aprendía a tocar el bajo. Así conoció a los hermanos Jesús y Armando Martínez, con quienes formó Teen Tops.

Guzmán era el bajista, pero cuando Armando, el cantante, se enfermó de la garganta, dejó ese instrumento y pasó al frente del micrófono. Guzmán empezó a “pegar” con las adaptaciones  de La Plaga (Good Golly Miss Molly, de Little Richard) y El rock de la cárcel (Jailhouse rock, de Elvis Presley). Luego se hizo solista en 1961 con versiones al castellano de las canciones de Paul Anka.

Para el show de hoy, Vallarino confirmó que Los Corvets tocarán una hora canciones como La balsa y otras,  con  Amado Terán, Luis Izurieta, Carlos Vera y Alonso Flores, sus integrantes. Luego irán Los Iracundos y Enrique Guzmán.