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El Telégrafo
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En las fiestas de Guayaquil hubo duelo entre pianistas

En las fiestas de Guayaquil  hubo duelo entre pianistas
26 de julio de 2011 - 00:00

En una esquina Richie Ray, quien desde los 7 años toca el piano, lleva  54 años en la música y  ha producido, junto con Bobby Cruz,  116 discos. En la otra se encuentra Papo Lucca, quien desde los 9 años aprendió a tocar el instrumento. Tiene 53 años como músico y con la Sonora Ponceña, orquesta que  dirige, ha grabado más de 30 discos.

Ambos artistas que habían llegado al país  para formar parte del megaconcierto salsero, que organizó la Gobernación  por las fiestas de Guayaquil, convirtieron  el escenario montado en la avenida Francisco de Orellana en un pequeño ring, en el que  se enfrentaron en un duelo para demostrar durante ocho minutos su virtuosismo en el piano.

A la una de la mañana de ayer los músicos tocaron simultáneamente el conocido tema “La cucaracha”. Richie, quien lucía su típica  camisa  estampada,  empezó a realizar fusiones  de jazz, soul, mambo y guaguancó con su instrumento. Papo con un look más formal, vestía terno beige,  le respondió con algo similar pero con más potencia. 

El hijo de Enrique Lucca hizo algo más al tocar un solo. Richie no se quedó atrás y empezó a tocar las notas más  famosas de los temas de La Sonora Ponceña. De inmediato, Papo sorprendió al soltar también canciones que popularizó su adversario junto con Bobby Cruz.

El mano a mano de los músicos puertorriqueños fue una sorpresa para los más de 20.000 personas que acudieron a escuchar en vivo  a los iniciadores del movimiento salsero.  Antes de que surgiera  el duelo entre Papo y Richie, la agrupación cubana Dan Den, que dirige  el compositor, pianista y arreglista, Juan Carlos Alfonso desde hace 23 años, había saltado al escenario a las diez y veinticinco. Con la interpretación de una de las estrofas de sus famosos temas  que reza “Mi cuerpo no está hecho de metal/ mi cuerpo no está hecho de madera/ mi cuerpo no está hecho de cartón ni seda” los asistentes que habían llevado sus maracas y el hierro se unieran a los sonidos de los músicos.  

En “Ámame con tu experiencia”, la rubia saxofonista del grupo demostró su talento con largos solos, que se ganó los aplausos de los guayaquileños que se dieron cita en el recinto para celebrar a su ciudad.

Otra que no dejaron de cantar fue “Caricias prohibidas”. Dan Den se despidió faltando diez minutos para las doce  con “Torbellino”.

Sin perder más tiempo Richie Ray y Bobby Cruz aparecieron juntos con la Orquesta de la ciudad e iniciaron su repaso por algunos de sus canciones más famosas de su carrera como dúo. El  primero   con el que empezaron su presentación   fue “Gan gan y gan gon”. El público acompañó al cantante interpretando  las primeras estrofas.  Los denominados “Durísimos de la salsa” continuaron con “Guaguancó” y “Amparo arrebato”, para este último uno de los músicos de la orquesta,  Medardo Ángel Silva, realizó un solo con sus timbales.

Otro de los éxitos que recordaron fue “Agúzate”, en el que el piano de Richie y los timbales de Silva sonaron con potencia.
Después   Bobby, quien llevó su mano inclinada a la frente, característico  saludo de los oficiales a sus superiores, soltó una de sus más  insignes melodías “Los fariseos”.

El dúo continuó mezclando sus clásicos temas con los nuevos que componen su último material. Entre estos “Ahora vengo yo”, “Juan en la ciudad”,  que significó un giro en su carrera luego de  convertirse en cristianos en 1974. Siguieron con  “Sonido bestial” y “Traigo de todo”, con este último dieron por terminado después de una hora su concierto.

Tras la interpretación de la melodía, la aparición de Papo Lucca y la Sonora Ponceña por un momento  hizo que los asistentes creyeran que  Bobby  Cruz había preparado  algún tema con la orquesta que Enrique “Quique” Lucca creó en 1954. Sin embargo, la ubicación de  Richie y de Papo en sus respectivos pianos descartó esa posibilidad, pues lo que se dio fue un duelo entre pianistas. 

Y cuando  esta terminó,  el turno de la Sonora Ponceña llegó. La orquesta empezó  su recorrido, a la una y treinta y cinco, con “Bomba Carambomba”. Continuó con otra “Al pan pan  al vino vino”, en la que Papo no dejaba de lucirse. El músico que llegó cuando era un adolescente a la orquesta pone el toque modernista a la hora de presionar las suaves teclas  blancas con negro de su piano.

La descarga de timbales, bongos y las trompetas aumentó cuando uno de los vocalistas de la “Gigante del Sur” soltó las primeras notas de “Fuego en el 23”. Otros de los temas que  interpretó el grupo  fueron “Smoke mambo”,  “Ramona”, “Boranda, “Como te quise yo”, “ Piano salsero”, “Si alguna vez”, “Sigo pensando en ti, “Sola vaya”, “Te vas de mí” y “Yambeque”, canciones con las que la Sonora Ponceña celebró las fiestas de Guayaquil, en las que hubo un duelo entre pianistas.

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