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El Telégrafo
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En el Archivo Histórico de Guayaquil se realizó tertulia sobre el teatro Olmedo

En el Archivo Histórico de Guayaquil se realizó tertulia sobre el teatro Olmedo
31 de agosto de 2013 - 00:00

En 1940, Mercedes y Alemania Esteves eran dos hermanas y sopranos que actuaron en la obra ‘Sor Angélica’, de la Asociación Musical Angelo Negri.

Esto lo confirma un antiguo afiche de la época que custodia María Rosa Rivas, hija de Mercedes, quien acudió al auditorio Camilo Destruge, del Archivo Histórico de Guayaquil, motivada por la tertulia que el Ministerio de Cultura y esa institución hacen sobre el teatro Olmedo.

El historiador Jorge Aycart Tutivén fue el encargado de liderar la tertulia -que contó con auditorio lleno-, en la que hizo un repaso por el inicio del teatro en la ciudad y la construcción del Olmedo, uno de los más emblemáticos de ese entonces.

Este espacio fue inaugurado en 1857 y tenía capacidad para 1.500 personas, teniendo tres características muy importantes para la época: una acústica de primera, una enorme araña de cristal para 300 luces de gas y un telón de lujo.

En este se presentaron varios reconocidos artistas internacionales de la época. Sin embargo, hay reseñas que señalan que la cantante y actriz mexicana de teatro Esperanza Iris no pudo ofrecer su única presentación en Guayaquil prevista en ese teatro, debido a que antes de desembarcar del buque en el que había llegado le comunicaron que había una epidemia del “vómito prieto”, esta se negó a bajar.

Años más tarde este teatro, que inauguró la compañía española Fedriani (Aurora) y Ramírez (Aníbal), se quemó en 1899 cuando funcionada en las calles Pedro Carbo entre Aguirre y Clemente Ballén.

Cuatro años después se volvió a inaugurar este teatro en la calle Luque, convirtiéndose en el principal centro de espectáculo de la urbe, en la que se presentaron varias compañías de teatro europeas, ballet, ópera y variedades.

En 1930 volvió a sufrir un incendio de considerables proporciones, quemándose la mitad del recinto, por lo que sus propietarios decidieron convertirlo en cine. Debido al auge que esta industria había adquirido.

“Fue el escenario más importante de las diferentes épocas en los que se construyó”, acotó el historiador y abogado. “Yo alcancé a conocer este teatro cuando solo era cine en la época del 60 y 70 y fue muy importante hasta 1971, cuando cerró sus puertas de forma indefinida”,  comentó.

Aycart aplaude el hecho que actualmente existan varios teatros en la ciudad y con programaciones variadas para todos los gustos: “Solo hay que promocionarlas más para que el público de todos los estratos sociales puedan ir”.

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