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El Padrino, una obra maestra que llegó a los cines hace 47 años

El Padrino, estrenada en 1972, ganó tres premios Oscar.
El Padrino, estrenada en 1972, ganó tres premios Oscar.
Captura de video
15 de marzo de 2019 - 00:00 - Redacción Web

Cuando parecía que el cine de gánsteres había pasado de moda, llegó un hombre de 31 años llamado Francis Ford Coppola a realizar la obra maestra del género.

El Padrino, considerada la segunda mejor película estadounidense de todos los tiempos (detrás de Ciudadano Kane) y la número uno entre las 100 películas de gánsteres de ese país, cumple 47 años. Presentada en Nueva York el 14 de marzo de 1972, a las salas de cine estadounidenses llegó el 24 de ese mismo mes.

Basada en el libro del mismo nombre, de Mario Puzo, El Padrino le dio un lugar en el podio de los directores a Francis Ford Coppola; revelando, de paso, a Al Pacino. Y también sirvió para que Marlon Brando ganara -y rechazara- su segundo Oscar, después de Nido de ratas, en 1954.

El jefe de producción de la Paramount, Robert Evans, que había comprado los derechos de la novela, le propuso la dirección de la película al joven realizador Francis Ford Coppola, quien atravesaba en esos momentos una crítica situación económica debido al fracaso de la cinta THX, el primer trabajo de American Zoetrope, la pequeña productora fundada por él y su amigo George Lucas en 1969.

Según la leyenda que rodea a la película y a su realizador, Coppola aceptó dirigirla solo porque necesitaba dinero. Así como había aceptado antes otros encargos como el de escribir el guión del filme Patton (por el que ganaría un Oscar en 1971).

El Padrino, concebida en un principio como una más de las cintas sobre gánsteres, alcanzó su incuestionable calidad artística gracias a que Coppola fue asumiendo el proyecto en el camino hasta convertirlo en un logro personal.

En varias entrevistas, Robert Evans, productor de Rosemary’s Baby (1978), Chinatown (1974), Cotton Club (1984), entre otros filmes, dijo que la razón para encargarle la dirección a Coppola fue que una cinta de mafiosos dirigida por un italoamericano sería “lo bastante realista como para que se oliesen los espaguetis”.

Evans no se equivocó porque Coppola supo trasladar el universo mafioso creado por Puzo a unas imágenes sobresalientes, que sintetizaron lo esencial de la novela e incluso mejoraron algunos pasajes gracias a una fuerza visual aplastante. El aspecto técnico de la película es sobresaliente, destacando la música de Nino Rota, sumados al montaje y la dirección artística.

Coppola y Mario Puzo, que escribieron el guión, tenían claro que Marlon Brando era el hombre para encarnar a don Vito Corleone, el personaje central. Por su parte, la productora Paramount no quería que Brando se quedara con el papel y propuso varios nombres.

Pero Coppola fue tajante: o Marlon Brando le daba vida a Corleone o él se iba. Los productores cedieron, pero pusieron varias condiciones, entre ellas que debía hacer una prueba de cámara, algo que Brando nunca hacía.

Transformación de Marlon Brando para ser El Padrino. Foto: Internet

Contra todo pronóstico, el actor aceptó. Se untó el pelo con betún negro y se rellenó las mejillas con algodón repitiendo, con voz cascada y el característico movimiento de manos del padrino: “Es un bulldog. Parece malo, pero en el fondo es cariñoso”. Brando había creado un Corleone tan convincente que cuando el presidente de la Paramount, Charles Buldhorn, lo vio exclamó: “¿Quién es este viejo? ¡Es fantástico!”.

La fotografía es otro logro de El Padrino y el mérito es de Gordon Willis, apodado el ‘Príncipe de las tinieblas’, por la maestría en el uso de la oscuridad y la baja exposición. Solo hay que recordar, en la escena inicial de El Padrino, los ojos de Brando tapados por su propia sombra. Willis era un especialista en expresar el contenido emocional de una escena o el estado de ánimo de los personajes a través del color y el manto lumínico.

Algunas de las escenas se inspiraron en eventos verdaderos. Por ejemplo, el asesinato de Solozzo en el restaurante por parte de Michael Corleone para vengar el atentado contra su padre y que decide su destino como mafioso, está inspirada en Lucky Luciano, quien antes de convertirse en ‘padrino’, cenaba en un restaurante con su jefe, Joe Masseria, que controlaba la mafia de Nueva York.

Luciano, al igual que Michael en la película, pidió permiso para ir al baño, aunque no sacó ningún arma y se limitó a escabullirse por la puerta trasera, mientras varios de sus compinches entraban en el restaurante para acribillar a balazos a Masseria. (I)

El Padrino. Captura de video

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