Monserrath Astudillo, actriz cuencana de 37 años, inició su carrera desde muy joven, pues a través de sus actuaciones y participaciones en televisión ha logrado ganarse un espacio entre el público ecuatoriano. Se graduó como Licenciada en Comunicación Social en la Universidad del Azuay, tiempo en el que también se inició en el mundo de la radio con diferentes espacios locales.

Formó un grupo experimental de teatro con sus compañeros de aula en Cuenca. Fue así que optó por radicarse en Quito para estudiar en la Escuela de Teatro Malayerba y trabajar en espacios teatrales como los ‘Perros callejeros’, ‘La escuela de mimos de Pepe Bacas’ y el ‘Teatro del Cronopio’.

Entre sus trabajos constan: ‘Diario amor’, ‘La llave del armario’y ‘Tengamos sexo en paz’. Durante los últimos tres meses estuvo al frente del programa ‘Entre amigos’ en radio La Vox. Hace poco s días dejó ese espacio.

Con su acento ‘morlaco’ y personalidad extrovertida, que tanto la caracteriza, conversó con este Diario sobre su pasión y su forma de ver la vida.

¿Por qué salió de la radio?

Debut y despedida fue. Lo que pasa es que la radio ya me pidió otras cosas que yo no soy. Mi propuesta siempre ha sido desde el concepto y el contenido. Creo que la radio se enfocaba al entretenimiento y el humor... y lo puedo hacer, pero no soy solo entretenimiento. Yo busco aportar con mi estilo, estoy creando mi marca. La radio es maravillosa para crear conciencia sobre cuestiones importantes de la vida.

Entonces, ¿no hay espacios para el contenido?

No. Cuando uno presenta una propuesta simplemente te dicen que no, porque no vende. Entonces después se critica que no hay contenido, pero propuestas sí hay.

En las últimas semanas se ha suscitado una polémica con los programas de humor en televisión. Frente a esto, ¿cree que hay humor en televisión?

Yo creo que todo tiene que hacerse con respeto. Debe haber cuestionamiento antes que todo porque el arte tiene que ser crítico, incluso desde la sátira. Respeto mucho el trabajo de David Reinoso por ejemplo, creo que es un genio pero hay que encaminar esa genialidad. Por otro lado también hay que preguntarse bajo qué criterios se censura, ¿quién lo hace? ¿desde qué mirada?

Es necesario ser propositivos y en la televisión hay poca propuesta, eso se da también porque los medios pautan los programas solo desde la perspectiva del marketing.

¿No es cuestión del público también?

Eso es lo que quieren hacernos creer, porque las propuestas deben venir desde los medios. El público consume lo que le damos, si nosotros ponemos cosas con contenido la gente se acostumbrará.

En este sentido, ¿cuál cree que es el rol del teatro?

El teatro es un medio de comunicación. El arte hace visible lo invisible, pero debe tener un contenido, no es cuestión de tomar un texto y repetir nomás. El principio del arte es ante todo sensibilizar a la gente. Cuando logro que alguien sienta algo y ame me doy por bien servida. Incluso para mí es un espacio de autocrítica.

¿Cómo ve las artes escénicas en el país?

Hay mucha autogestión, a pesar de que instancias como la Casa de la Cultura intenta hacer algo desde donde puede. No obstante, los actores hemos trabajado de manera un tanto egoísta, demasiado independientes. Es necesario agremiarnos aunque ya hay algunos intentos de esto, espero que estas ideas ya se concreten, los cineastas ya han logrado organizarse por ejemplo.

¿Y qué se debe hacer?

Es súper complicado, pero están abiertos espacios independientes y eso es lo que nos toca como gestores. Esperar de los teatros públicos es muy difícil, se han vuelto incluso elitistas.

Estudió Comunicación y Actuación, ¿Alguna vez se sintió dividida?

No, la verdad es que ambas cosas me gustan mucho. En realidad la comunicación llegó a mi vida porque no pude estudiar teatro enseguida. Además ya teníamos un grupo experimental y ya hacíamos obra. Pero para nada se distancian las dos cosas, pues el teatro es comunicación. Pero no he hecho periodismo como tal, cuando lo intenté no me fue bien.

¿Qué sucedió con el periodismo?

Trabajé un tiempo con Paco Velasco y me mandaron a cubrir una manifestación, eso fue un drama total, salí hasta herida de eso.

¿Qué personaje que ha representado le gusta más?

Realmente todos, mi personaje de ‘Luchita’ en ‘Las Zuquillo’ me abrió las puertas de la televisión, así como el protagónico en el ‘Licenciado Cardoso’ y otros secundarios me encantaron. Además me dieron el espacio de que sea yo misma y de improvisar.

¿Su acento ha dificultado sus personajes?

No. Es cuestión de trabajar en eso. Puedo hacer un personaje quiteño o neutro.

¿Prefiere el personaje o hablar desde sí misma?

Sobre las tablas definitivamente el personaje, porque es ficticio y lo que dices lo haces desde allí. Cuando hacemos Stand up ya es Monserrath Astudillo quien habla y eso puede ser un tanto delicado. Pero es una línea que me encanta.

¿Cuál ha sido su mayor logro?

Me siento realizada en todos los aspectos de la vida. Mis logros como persona y como artista van de la mano. Yo siempre tuve las ideas claras de lo que quería de mi vida. Me encanta viajar y lo he hecho, mi vida es totalmente como yo quiero. Como una buena tauro también tengo los pies sobre la tierra.

¿Cree en la Astrología?

Si, es un tema que me alucina y que tengo pendiente de estudiar. Sícreo que la alineación de los planetas y el universo incide en los que somos, pero tampoco es que todos los días leo el horóscopo.