El renacimiento de la cámara digital gracias al aficionado
Que existan teléfonos con 13 megapíxeles es una mala noticia para la industria clásica de la fotografía. Internet y el smartphone han matado la cámara barata, como antes la cámara digital mató a la analógica. Pero hace un par de años la industria levanta la cabeza gracias a los buenos aficionados y a las cámaras digitales de calidad, con objetivos intercambiables y unos precios que casi siempre sobrepasan los mil dólares.
Menos ventas, pero con mayores márgenes. Así el segmento medio está comiendo terreno, por su precio, a las máquinas destinadas a los que se inician en la fotografía y, por prestaciones, a los modelos diseñados para profesionales.
Una de las razones de que ese fenómeno se produzca es la madurez que alcanzaron las cámaras sin espejo de objetivos intercambiables, las denominadas Evil. También influye el abaratamiento de las máquinas réflex con sensores de imagen del mismo tamaño, con un negativo de 35 mm (las denominadas “full frame”). Hace unos meses dos cámaras que usan esa tecnología, la Nikon D600 y la Canon 6D, no aparecen en los catálogos destinados a profesionales de sus fabricantes. Algo que era impensable hasta hace muy poco.
Por eso no es de extrañar que quienes buscan un equipo fotográfico semiprofesional tiemblen ante la enorme variedad de modelos que pueden encontrar ahora mismo en los escaparates. Pero de entre toda esa enorme oferta hay cuatro máquinas que despuntan por diferentes motivos. Se trata de dos réflex (la Nikon D7100 y la Pentax K30) y dos Evil (la Fuji X-E1 y la Olympus OM-D E-M5), máquinas con precios que oscilan entre los 780 y los 1.949 dólares.
Pentax K30
Por algo más de 780 dólares es posible encontrar la Pentax K30, con un objetivo de 18-55 mm. Su cuerpo sellado resiste el polvo y las salpicaduras y cuenta con un visor óptico que permite observar el 100% de la escena captada. Dos cualidades que hasta el lanzamiento de la K30 eran imposibles de encontrar en una máquina de ese rango. Su sensor de 16 megapíxeles también proporciona la calidad de imagen que Pentax está acostumbrada a mostrar en sus últimas cámaras. Sus principales puntos débiles, sobre todo si la comparamos con la Nikon D7100, son su enfoque automático, limitado a 11 puntos; una velocidad de disparo en ráfaga que no rebasa las 6 fotos por segundo y sus escasas posibilidades al grabar video (la gran asignatura pendiente de Pentax en sus réflex).
Nikon D7100
Desde que se presentó la Nikon D7000, hace algo más de dos años, prácticamente se convirtió en sinónimo de lo que una máquina semiprofesional podía ofrecer. Hace unas semanas lanzó la D7100. Viene equipada con un sistema de enfoque de 51 puntos, heredado de la gama profesional. Su sensor APS-C de 24 megapíxeles supera en calidad de imagen al de 16 megapíxeles de la D7000. También dispone de un modo de recorte que amplifica si lo deseamos en 1,3 aumentos la distancia focal de cualquier objetivo. Su precio es de 1.817 dólares, con un objetivo de 18-105 mm.
Fuji X-E1
Su diseño recuerda poderosamente al de las míticas y elitistas Leica, pero también su calidad de imagen satisface incluso a los más exigentes. La Fuji X-E1 era el eslabón perdido que muchos esperaban en el catálogo de la firma japonesa desde que anunciaron la voluminosa y cara X-Pro 1. Con un precio de unos 1.690 dólares, con el objetivo de 18-55 mm, utiliza un sensor APS-C de 16 megapíxeles, con la tecnología X-Trans de la casa. Entre sus pegas, la escasa variedad de objetivos con los que cuenta Fuji para la serie X y también que, a pesar de la calidad de su construcción, su cuerpo no está sellado. No es buena idea usarla bajo la lluvia.
Olympus
OM-D E-M5
En su día pusimos a prueba la cámara con la que Olympus quería cerrar su mala racha de estos últimos años. La OM-D E-M5 es probablemente la cámara sin espejo que mejores argumentos proporciona para elegirla como equipo semiprofesional. Su sensor de 16 megapíxeles no envidia en calidad de imagen a las cámaras con sensores APS-C. Su velocidad de disparo alcanza las nueve fotos por segundo y dispone de un cuerpo sellado. Pero su principal atractivo es la amplia variedad de objetivos, de Olympus y de otros fabricantes. Su talón de Aquiles es la grabación de video. Su precio con un objetivo sellado y motorizado de 12-50 mm es de 1.688 dólares
Las opciones de Canon y Sony
Para los que dispongan de objetivos Canon quizá la mejor opción de su catálogo semiprofesional es la Canon EOS 7D, al menos si no quiere gastarse los 2.600 dólares que cuesta la EOS 6D con su sensor “full frame”. Aunque fue lanzada hace tres años y medio la 7D seguiría siendo una máquina interesante de no ser porque su precio con un objetivo supera los 1.949 dólares. Tampoco hay que olvidar a Sony Nex 6 y 7. Las principales pegas de estas máquinas son su ergonomía con objetivos de grandes dimensiones y la falta de un cuerpo sellado. Sus precios con objetivo de 18-55 mm oscilan entre los 1.233 dólares de la Nex 6 y los 1.688 de la Nex 7.