Publicidad

Ecuador, 05 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

El Padrino resucitó un género olvidado y cargado de clichés

El Padrino resucitó un género olvidado y cargado de clichés
Foto: theredlist.com
15 de marzo de 2017 - 00:00 - Redacción Telemix

El Padrino entró a la historia del cine desde la penumbra cinematográfica de una habitación de la mansión de Vito Corleone. La película, que retrató la historia de una familia de la mafia, se convirtió con el transcurrir de los años en una cinta de culto que terminó de elevar a Marlon Brando a la calidad de leyenda, abriendo además el camino de un menospreciado Al Pacino en el cine de Hollywood.

Este icónico filme es considerado por varios críticos como el mejor en la historia del cine de Estados Unidos. Es por ello que hoy, alrededor del mundo, se exhibirá una vez más en varias salas de cine por cumplirse los 45 años desde su estreno original.

Pero, ¿qué hace especial a esta película? Algunos aseguran que por Don Corleone. Desde aquella primera escena en la que un penoso Bonasera acude a él pidiendo que los que agredieron a su hija sufran sin clemencia. O más perturbador aún es la reacción calmada de Marlon Brando que logró enganchar a los espectadores desde el inicio.

Las mañas actorales de Marlon Brando saltaron a simple vista. Fueron suyas la forma en que su personaje arreglaba sus negocios, su concepción de la justicia, sus arranques de furia ante la necedad de Johnny Fontaine y su ternura al jugar con su nieto antes de morir. Escenas casi sublimes dentro de la saga.

La creación del personaje no fue exclusivo de Puzo ya que Brando se tomó libertades para recrearlo: utilizó mantequilla de cocina en su cabello, se colocó un par de algodones en las mejillas para impostar una voz apagada, jugaba con gajos de naranjas y con un gato que andaba en el set, recursos que le dieron a su personaje apariencia temible.

Tras bambalinas, los cronistas de Hollywood alabaron al equipo de producción de esta cinta porque pudieron “domesticar” a Marlon Brando, de quien se decía por ese entonces tenía el ego más grande del cine.

“Lograron lo imposible”, reseñó The Hollywood Reporter. “Él pagó sus propios caprichos”, comentó la cinefilia de Vanity Fair.

Y todo esto fue porque cuando Paramount se enteró de que Coppola lo quería para el papel principal, puso el grito en el cielo y los productores establecieron condiciones a las que el divo no estaba acostumbrado: no podía cobrar hasta que no acabara su trabajo, se le descontarían los gastos procedentes de sus caprichos y tenía que someterse a un casting, en el que ensayó aquella mítica primera escena que finalmente salió en la película.

Esta contratación le valió el primero de los cinco llamados de atención a Francis Ford Coppola. Las otras ocasiones fue cuando se retrasó la producción, cuando pidió rodar una parte en Sicilia, cuando voló de su presupuesto original (sextuplicó el millón de dólares que le habían entregado originalmente y filmó 24 días más de lo acordado) y cuando dijo que quería una película de más de tres horas de duración.

La familia Corleone

Un núcleo familiar mafioso fue otro de los aciertos del filme. Puzo contó en una entrevista que un día que se encontraban revisando textos con Coppola recibieron la visita de dos individuos elegantemente vestidos y de actitud respetuosa.

“Sabemos que están trabajando en una película sobre unos negocios en Nueva York… por su bien y por el de la cinta esperamos que no se mencionen palabras como mafia, cosa nostra o alguna similar…”, le dijeron aquellos caballeros de voz intimidante. Al final no fue necesario hacerlo porque durante la película se recrean perfectamente estas situaciones sin necesidad de nombrarlas. Y es que en la historia de esta familia, sus integrantes se apoyan pase lo que pase: el hijo deja de lado su futuro para vengar al padre, el hermano defiende a la hermana contra los abusos del esposo, el padre que cuida de los hijos aún cuando hagan cosas que vayan contra sus dictámenes.

Coppola contó en el Festival Internacional de Cine de Marrakech que una de las primeras cosas que hizo una vez que completó a su equipo de actores fue reunirlos en un restaurante acondicionado como si fuera el comedor de una casa y les dijo a los actores que se trataría de una sencilla sesión de improvisación en la que solo debían tener hambre.

En el lugar, cada uno entró en su papel de inmediato: Marlon Brando, el actor al que todos los demás admiraban, recibió la cabecera de la mesa. James Caan (Sonny Corleone) trataba de impresionarlo con bromas y Al Pacino (Michael Corleone) intentaba hacer lo propio “mostrándose intenso y silencioso”.

Talia Shire, quien interpreta a la golpeada hija de Corleone, solo servía pasta, mientras Francis Ford Coppola se regodeaba pensando en que ya tenía listos a sus actores.

En Londres se le preguntó al director sobre la pugna de poderes que se ve en la película y él explicó que la vida del mafioso no solo se trata de balas, negocios turbios y traiciones. Coppola dijo que si pudiera resumir los 175 minutos de la película en una palabra, esta sería ‘sucesión’. “En el fondo, hay que decirlo, la historia de El Padrino no es la historia del mafioso Vito, sino la de Michael: el hijo que debe tomar el lugar del padre, aunque eso represente dejar de lado sus posibilidades de abandonar el mundo del hampa”.

Michael Corleone era un héroe de guerra hasta el momento en que “El Turco” Sollozzo manda acribillar al viejo, lo que provoca que el joven cobre venganza metiéndole un tiro entre las cejas y huyendo a Italia.

A su regreso, con su hermano Sonny muerto en la balacera más cruel de la historia del séptimo arte, el pobre Michael debe tener su bautizo de sangre ordenando el asesinato de las familias rivales.

Otro de los hitos de esta película es que resucitó un género que estaba olvidado y cargado de clichés de los tipos con ametralladoras que negociaban licor durante la Gran Depresión. Gracias a El Padrino surgieron otros títulos memorables del cine como Los Intocables, Scarface, Carlitos Way, entre otros. “Nosotros nos dimos cuenta de que estas películas no se trataban solo de disparos, sino de personajes y de familias”, concluyó Coppola. (I)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media