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El origen de la amistad entre Mike y Sulley

El origen de la amistad entre Mike y Sulley
06 de julio de 2013 - 00:00

De entrada el espectador (si es que no vio Monster Inc en 2001, ni su reestreno en 3D del año pasado) debe saber que ‘Monsters University’ es una ‘precuela’.

Antes de seguir, definamos (por enésima vez) lo que es una precuela. Se trata de filmes que se estrenan después de otro y que relatan una historia posterior a la ya conocida. Quizás eso sea porque la continuación de una misma trama no siempre es exitosa lo que conduce a buscar un origen de los personajes principales.

Ocurre con Mike y Sulley (interpretados con las voces de Billy Crystal y John Goodman, respectivamente) en esta cinta que ya está en las salas de cine ecuatorianas. En la película del 2001 son los mejores amigos, pero en la que ofrece el director Dan Scalon, son enemigos y se conocen en una universidad de sustos.

Nótese que en el primer filme el protagonismo recae sobre Sulley, un monstruo azulado con manchas moradas, mientras que Mike, un antropomorfo verde de un solo ojo, es su ayudante.

Ahora sucede al revés. De Scanlon se puede decir que sale airoso en un proyecto que entretiene, pese que el cine animado exige mucho trabajo colectivo, sea con el estilo tradicional de dibujos o los actuales programas digitales y efectos visuales por computadora.

‘Monsters University’ es una especie de parábola sobre la amistad, a través de sus personajes que arman un mundo imaginario.

Las narraciones, producto de los guiones de Andrew Stanton y Pete Docter, hacen que el espectador se sienta en un mundo de fantasía como si fuese real. Se trata de un lenguaje cinematográfico tan bien manejado que estructura casi a la perfección, en este caso, un mundo ficticio donde los acontecimientos enganchan.

No es solo la aventura en sí, también es la habilidad narrativa para contarla, con personajes bien diseñados: los principales y los secundarios; con su núcleo argumental bien definido, desarrollado con situaciones disímiles (su última brazada -el final- es lo que quizás debilita el argumento global); los diálogos son ingeniosos; hay rico humor y melodrama sutil; todo ello para una grata fábula.

Como tal, la película deja aceptable reflexión sobre la amistad. Mike y Sulley compiten entre sí. Deben convivir juntos a regañadientes. Se pelean y eso provoca que sean expulsados.

De paso, Mike anhela ser aceptado en una fraternidad, pero para que ocurra debe participar en una Sustolimpiada e incluir (contra su voluntad) a Sulley.

Los hilarantes enredos son clave para mantener enganchado al espectador. Incluso, como ocurre en la primera película, los monstruos abandonan su entorno e ingresan en el mundo de los humanos, aunque eso representa un riesgo tanto para su reputación como para sus propias vidas.

Es, probablemente, la circunstancia, que forja la amistad entre Mike y Sulley. Este último es quien va al rescate de su amigo.

Hay un posible trasfondo que bien podría discutirse y tiene que ver con la necesidad de estudiar para alcanzar un objetivo (en este caso, Mike y Sulley quieren ser los mejores asustadores de niños).

Eso sí, maneja bien el concepto de que, en la emulación, lo mejor es trabajar con solidaridad grupal, en equipo, y no con el pragmatismo individualista del que tanto se ufana el sistema económico vigente en nuestra realidad.

Como es de esperarse, sobre todo en una historia familiar como esta, Mike y Sulley son contratados en Monster Inc. donde inicialmente están en la sección de correos, pero con el tiempo ascienden hasta llegar a lo que se conoció en el filme del 2001.

Después de todo es una precuela, vocablo que cada vez más se va filtrando dentro de la jerga cinematográfica, aunque todavía no sea oficial dentro de la lengua española.

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