El existencialismo suena a blues con Antonio Vergara
La música es mi vida, es la que me hace vivir. La música me anima, es la que me hace sentir; si no la tuviera a ella es como estar sin existir…”. Esas palabras pertenecen a Antonio Vergara, les puso su sello en el sencillo ‘Blues del blues’, en el que imprime la esencia misma de su pasión por la melodía no solo en la letra, sino también en solos de guitarra que conmueven.
La canción es ahora parte del álbum sin nombre -de 11 temasque Vergara lanzó de forma virtual el año pasado y que este junio contará con su versión física. El disco tiene como mérito la autogestión, tanto en la grabación como en la edición.
Este bluesero no es músico de conservatorio sino de nacimiento. Crea sus temas a partir de la necesidad de componer, una avidez innata, con la que se encontró después de conocer a Led Zepellin y The Beatles. Cuenta, no obstante, con el título de ingeniero en sonido, lo que ahora le permite ser su propio productor.
El resultado: un artista que a través de la red social SoundCloud logró sin mayor promoción más de 1.100 descargas de su álbum, al que obsequia en ese sitio. Eso sin mencionar las 5 mil escuchas de sus temas en más 50 países alrededor del mundo.
Por este alcance, en enero pasado recibió el premio al Mejor Artista Permanencia en el certamen cultural Lo Mejor de mis Bandas Nacionales. Pese a toda la algarabía que signifi có este reconocimiento, Antonio dice que este es solo un impulso para seguir adelante.
Reconoce, sin embargo, lo que se puede tomar como su aporte artístico en su forma de hacer una música a la que califi ca como libre, auténtica e independiente: “El blues es un género que se ha caracterizado por grupos que solo tocan en covers, quizás sea el escuchar algo inédito y en español lo que le agrada a la gente”, revela.
La forma musical de su propuesta no es lo único llamativo. La lírica de Antonio Vergara maneja un nivel estructural bastante concreto. Sabe lo que quiere, y lo plasma incluso en la portada que eligió para su disco, en la que se aprecian tres triángulos que representan los ciclos de la vida.
Este concepto existencial se refuerza en las canciones. El de Antonio es un material que plasma tanto en la lírica como en su guitarra toda la fuerza, la realidad, el dolor y el amor que sentimos los seres humanos durante aquel viaje llamado vida, así lo resume en la presentación de su álbum. Lo que Antonio necesita es decir lo que piensa. “La música es muy poderosa, es un arma que en las manos idóneas puede causar cambios en la forma de ser y de pensar de un conglomerado social, de eso se trata la propuesta, de disparar”, afirma.
Estas profundidades se desprenden del gusto casi pasional por la música argentina, de exponentes como Pappo Napolitano, Botafogo, Spinetta y Charly García, a quienes sigue desde siempre.
“Disfruto mucho del poder de la interpretación y ejecución de estos artistas, de la astucia para poder escribir mensajes hasta cierto punto encriptados para burlar los tamices de la censura y la dictadura, y eso es muy complejo, se necesita mucha seguridad e inteligencia para poder dar mensajes a pesar de prohibiciones fuertes”, explica Antonio.
El hecho de ser tan seguidor de ese lado del rock latino le dio la oportunidad de acercarse al Charly García hace unos años. Era noviembre del 2009 (su última visita al país) y lo conoció en Quito, en el hotel donde el argentino estaba hospedado antes de un concierto.
“Me firmó dos vinilos y nos tomamos unas fotos”, recuerda, pero al llegar a Guayaquil, para un segundo show, la amistad se afi anzó: “Tuvimos la oportunidad de amanecernos en una sala de ensayo y tocar temas de toda la vida”, dijo.
Antonio tiene una trayectoria de 20 años en la música. Ha trabajado como productor musical de artistas nacionales y ha colaborado en diversas áreas en ese arte, como compositor, sonidista en vivo, guitarrista, ingeniero de sonido y director musical.
Debutó con la banda juvenil Támesis en 1997. Continuó con el rapero guayaquileño AU-D, luego la banda con su hermano, el también reconocido Jefe Vergara, y ahora trabaja en su proyecto como solista con un ya característico hard blues que tiene fuertes infl uencias de rock.
Se decidió por el blues porque es un género lleno de fuerza y energía. “Trae mucho dentro de sí: lleva en sus notas impregnado el dolor de los negros cultivando algodón para sus patrones en el delta del Mississippi. Todos llevamos dentro cosas que queremos decirlas y ganas para hacerlo, ¿qué mejor manera o medio que el blues? Como diría una canción: ‘Blues y solamente con tres tonos nada más’”, concluye.
ENTÉRATE
- En el disco se incluye una versión de la canción ‘Los viejos vinagres’, de Sumo, con el que participó en el CD como tributo a esa banda que editó el sello argentino Cru Récords. Además de la composición e interpretación de los temas en guitarra y voz, Antonio utiliza el lap steel guitar, un instrumento usado por los bluseros originarios del delta del Mississippi en los años treinta, y por otros insignes guitarristas como David Gilmour, de Pink Floyd.
- El sencillo ‘Dharma’, que también consta en su álbum, cuenta con la colaboración en la armónica de la argentina Natacha Seara, su única cooperación internacional.
- Otra de las pasiones de Antonio Vergara es la cátedra. Impartió clases de sonido en la Espol y la UEES. Además, es abogado y tiene cuarto nivel en comunicación. Este músico actualmente trabaja en la Universidad Estatal de la Península de Santa Elena, donde reside.