Mafalda y Charlie Brown fueron los iconos de las tiras cómicas juveniles de la segunda mitad del siglo pasado. En el nuevo milenio es Greg, un niño “normal” de 12 años que no destaca especialmente por nada, es el segundo de sus hermanos y no es especialmente popular entre sus compañeros de clase.

El autor de ‘El diario de Greg’ el estadounidense Jeff Kinney, ha dicho a Efe que lo escribió para fomentar en los niños “un sentido del humor complejo y sofisticado”.

El libro se ha convertido en un fenómeno. Tan solo en Estados Unidos, donde en otoño saldrá el diario número nueve, ha vendido ya 20 millones de ejemplares y en el resto del mundo su acogida es grande también.

“Realmente el éxito es una sorpresa para mí“ -dice este autor dedicado también a juegos en Internet, donde debutó Greg en 1998- pero creo que es porque Greg es un antihéroe y tanto niños como adultos se ven reflejados en él y en sus libros, que muchos lo admiran. “A mí me gusta mucho Harry Potter y K.J. Rowling, me parece un talento, ella es rica y poderosa, y es lo más opuesto a mí, y por eso quería rescatar a un niño que fuera como yo fui: un niño normal con sus dificultades”, subraya.

Para Kinney (Marylad, 1971), lo más importante es el humor. “El humor es muy necesario para el desarrollo y en situaciones de crisis más porque alivia siempre el sufrimiento y eso es lo que me gustaría que los niños recogiesen”. Con un texto y viñetas de trazo sencillo y directo, los diarios de Greg pasan por diferentes etapas y aventuras, que son captadas por su autor, observando a su alrededor, en la vida cotidiana.