El caudillo olvidado de La Hoguera Bárbara
La puerta tres del cementerio general de Guayaquil es una de las zonas más emblemáticas de este camposanto. No solo por ser una de las áreas más antiguas, sino que en sus laderas descansan los restos de Próceres de la Independencia y ex presidentes de la república como Vicente Rocafuerte, cuyo mausoleo se levanta imponente en medio de un camino de palmeras.
Pocos metros más adentro. Al fondo del pasillo en donde se forma una herradura imaginaria yace el cenotafio (bóveda superior 0004093) de lo que quedó de los despojos humanos del General Pedro J. Montero, uno de los más fieles colaboradores del general Eloy Alfaro, quien fue asesinado tres días antes que “El Viejo Luchador” pero con la misma atrocidad y traición.
Es por eso, que el Ministerio de Cultura y Patrimonio, a través del Archivo Histórico del Guayas, honró la memoria del caudillo con un sencillo, pero emotivo evento denominado “La otra Hoguera Bárbara”, junto a la bóveda donde sus restos permanecieron antes de ser trasladado a su natal Yaguachi.
En este lugar, un grupo de historiadores, folcloristas y descendientes de Montero se dieron cita a las 09:00 tan pronto escampó luego de una prolongada lluvia. “Este año quisimos resaltar la figura de aquellos personajes que poco a poco se han ido olvidando y que también acompañaron al General Alfaro como fue el caso de Pedro. J Montero, quien murió luego de una serie de vejámenes atroces”, señaló Delia María Torres, representante del Archivo Histórico, quien presidió el evento.
El historiador Ezio Garay fue el encargado de contar aspectos importantes sobre la vida del General Montero y su legado dentro de la historia ecuatoriana en compañía de Alfaro.
En su disertación, Garay relató que los defensores del General Plaza justificaron el sacrificio de Montero por haber sido leal a Alfaro, pero que detrás de aquel hecho estuvo escondido el fantasma del racismo y clasismo sesgado de la época.
“Para la gente de ese tiempo este mártir de gran valía de la revolución liberal no tenía mérito alguno, por el simple hecho de ser un agricultor de la zona de Yaguachi, un hombre de la cultura montubia, y un mestizo, que como hemos apreciado en su genealogía tenía fuertes rasgos de una triple mezcla, puesto que provenía de blanco, aborigen y afro descendiente, que por esta simple razón lo condenaron a tan cruenta muerte, por las diferencias étnico-sociales”, relató.
Dentro del evento también se hicieron presentes “Los montoneras de Alfaro” de los grupos Los Montubios del Tablao y Retablillo en compañía del historiador Gabriel Paredes Villegas, quienes compuestos por campesinos, y al son de guitarras y requinto describieron las bondades de Montero como “montubio machetero”.
Este historiador leyó su oda al Gral. Montero “El tigre del bulubulu”, en donde narra la herencia montubia de este personaje y su valía en la revolución alfarista. “Pedro J. Montero llama/ El titán enfurecido/ Liberal comprometido/ que con su vida pagara”, reza uno de los versos de esta producción.
La música también se hizo presente en esta velada. El pasillo ‘Invernal’ de José María Egas y ‘Alma en los labios’ de Medardo Ángel Silva fueron interpretadas por Gregorio Quevedo a ritmo de flauta, a petición de su esposa Gloria Maridueña, descendiente del Gral. Montero.
Efrén Avilés Pino, miembro de la Academia Nacional de Historia del Ecuador, en la página virtual ‘Enciclopedia del Ecuador’, describe cómo fue asesinado el General Montero.
“El cadáver de Montero fue arrojado por un balcón a la calle, donde la soldadesca ebria, que era toda la multitud, lo recibe con nuevos ultrajes; allí es desnudado, pillado, descuartizado, profanado; se le arrancan los anillos con los dedos, se le corta la cabeza, los brazos, los testículos... al fin los caníbales ebrios, atan una cuerda al cadáver y lo arrastran hacia una plaza cercana para incinerarlo...” (J. M. Vargas Vila.- La Muerte del Cóndor, p. 111).
Mientras el cadáver era consumido por las llamas en la plaza Rocafuerte, al pie de la Iglesia de San Francisco, su cabeza y corazón fueron exhibidos en macabra danza y finalmente llevados al cuartel, “de donde, al día siguiente, su esposa Teresa de Montero pedirá la entrega. Casi una hora dura el canibalesco festín, Plaza, Navarro y Andrade, en una sala contigua al lugar de la audiencia, presencian el linchamiento y el arrastre...”.
Hoy en El Ejido se honra la memoria de Eloy Alfaro
Hoy se efectuará una marcha con bandas de paz en el parque El Ejido, al pie de los monumentos al “El Viejo Luchador” y, “La Hoguera de 1912” como una reconciliación y establecer conexiones explicitas entre el pasado y el presente para estimular el diálogo sobre temas sociales apremiantes y fomentar los valores democráticos y humanitarios como función fundamental, según Marco Antonio Guerrero, vocero del Ministerio de Cultura y Patrimonio.
Las bandas de paz se trasladarán desde las diversas esquinas del parque hasta el monumento en donde se entregará una ofrenda floral individual por parte de los estudiantes de colegios de la capital.
Según Guerrero, durante esta jornada se desarrollarán actos simbólicos y culturales a cargo de los participantes y actores sociales.
“Estos actos representan la reivindicación de un proceso que culminó en la masacre de los líderes liberales. Esto implica responsabilidad y recuperación de la memoria ciudadana de la labor heroica de Alfaro y de aquellos responsables que ejecutaron y fueron partícipes del arrastre, crimen, hoguera y complot a todo el proceso liberal”.
Al final del acto cívico habrá una intervención musical con el grupo de música Hip Hop “Eloy Alfaro”.