El asesino a sueldo que se ve obligado a regresar a sus ‘andadas’
Jason Statham está de vuelta con un filme de acción. Se trata de ‘Killer elite’ (Asesinos de élite para el público latinoamericano) que pese a llevar unos días en la cartelera ecuatoriana, es más bien una película que se estrenó hace un par de años en Estados Unidos.
‘Killer elite’, que dirigió Gary McKendry, se basa en la novela ‘The feather men’ (Los hombres de la pluma), de Ranulph Fiennes. Y para dirigirla McKendry adaptó el guión junto con Matt Sherring.
Según la novela que se ambienta en 1980, Danny Brice (interpretado por Statham) es un asesino a sueldo (otros intentan “dignificar” su oficio con el de un agente encubierto), que después una última misión decide abandonar su trabajo después de darse cuenta que un niño estaba en el autor en que mató a su padre.
Durante un año Danny rehace su vida y tiene una relación sentimental con Anne Frazer (Yvonne Strahovski), quien desconoce la profesión de él.
No obstante, Danny se ve obligado a involucrarse con asesinatos para salvar a Hunter (Robert De Niro), su mentor y mejor amigo, quien ha sido secuestrado por un jeque árabe Amr (Rodney Afif), quien quiere vengar la muerte de tres de sus hijos, más que nada para volver a su país tras ser exiliado por cuestiones políticas y petrolíferas.
Hunter acepta, sin preguntar, el trabajo que su jefe (Adewale Akinnuoye-Agbaje) le propone por una ganancia de 6 millones de dólares. Danny descubre que es una patraña del jefe, pero aún así intenta rescatar a Hunter, pero con la ayuda de Davies (Dominic Purcell) y Meier (Aden Young).
Los tres tienen un enemigo adicional: Spike Logan (Clive Owen), otro asesino que interfiere con el trabajo de Danny, Davies y Meier.
Sin embargo, la inclusión de una trama romántica para el protagonista a ratos, recuerda a una muy similar que el propio Statham tenía en ‘Los mercenarios’. El problema es que la actuación de Stathan es prácticamente repetida con relación a sus anteriores películas, siempre con un rostro casi inexpresivo y una disfónica voz, que tiene un tono amargado.
Como fuere, es su identidad en un intento por consolidarse como hombre duro contemporáneo (ante la competencia con Vin Diesel o La Roca. El tema es que Statham aún no llega al nivel de los ochenteros Arnold Schwarzenegger, Sylvester Stallone o Steven Seagal, peor con los más antiguos como Charles Bronson, Clint Eastwood o el mismo De Niro).
La otra dolencia del filme es que De Niro tiene un rol desaprovechado (quizás la excusa de McKendry es la sexuagenaria de edad del actor de ‘Toro Salvaje y Taxi driver).
De Niro aparece de forma muy secundaria, aunque al atar los cabos sus intermitentes apariciones resultan contundentes y claves. Como Hunter es quien ayuda a Danny (en agradecimiento) a cuidar a su novia Anne. Luego de que la deja a salvo se une con su amigo.
La cinta no es ni extremandamente entretenida, ni aburrida. Y eso es porque no sorprende el exceso de explosiones y peleas (quizás la más sobresaliente es la que protagonizan Statham y Owen como Danny y Spike en un hospital). El resto, incluyendo el final feliz, es predecible dentro de un argumento lleno de enredos.