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El Telégrafo
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El asesinato de JFK, recordado también por el vestido de Jackie

El asesinato de JFK, recordado también por el vestido de Jackie
28 de noviembre de 2013 - 00:00

En raras ocasiones, y siempre por razones ajenas a la creatividad, la moda juega un papel importante en la historia. Una de ellas es el asesinato de John Kennedy, un trágico suceso ocurrido hace medio siglo y del que han narrado muchos cronistas, pero que también podría ser contado a través del traje rosa que su mujer llevó aquel día.

La terrorífica secuencia del magnicidio quedó grabada en la retina de una generación entera, y en ella a una jovencísima Jacqueline Kennedy pidiendo ayuda desesperadamente en el carro y ataviada con un clásico traje de Channel color rosa intenso, con sombrero pill box y sus habituales guantes blancos.

Este conjunto es clave para desentrañar muchos de los detalles de aquel día, pero también de la personalidad de una mujer educada en los colegios más elitistas de Estados Unidos, extremadamente tímida, y perfectamente consciente de la importancia de la moda en una sociedad mediática y en una administración fundamentada en las relaciones públicas.

El traje es un diseño en ‘tweed’ de la casa Chanel de 1961, originalmente diseñado en un tono violeta, pero que ella encargó en rosa a la tienda Chez Ninon (Park Avenue), una manera de esconder su predilección por la moda y la cultura francesa -vivió en París y estudió en la Sorbona- y evitar posibles críticas a su falta de patriotismo estilístico.

El vestido también sirve para analizar el estilo de una mujer reservada, que a la vez era reacia a conceder entrevistas, y cuya personalidad han analizado numerosas revistas.

Formado por dos piezas, una chaqueta con abotonado marinero y falda por debajo de la rodilla, este conjunto simboliza a la perfección a una mujer convertida en ejemplo de moralidad e icono de su época, que en el fondo se vio obligada a transmitir una imagen de falsa perfección y a asumir estoicamente las desavenencias y los escarceos extraconyugales de su marido con una interminable lista de mujeres.

Es paradigma también del estilo Jackie, cuyo aura ha servido de inspiración a modistos y fue motivo de exposiciones, como la que le dedicó el Museo Metropolitano de Nueva York hace una década, y que dibujaba a una mujer con un estilo aparentemente ingenuo pero sofisticado.

En su etapa como Jacqueline Kennedy puso de moda el sombrero pill box, que al parecer tapaba la raíz encrespada de su pelo rizado y los guantes blancos, con los que ocultaba que se comía las uñas; mientras que en su etapa “Onassis”, la liberación llegó de la mano de las gafas de sol tamaño king size y los pantalones campana.

El sombrero y los guantes del fatídico día se perdieron, pero el traje manchado permanece oculto en el Archivo Nacional de Estados Unidos y nunca ha sido expuesto al público por su expreso deseo.

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