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El aguacero no detuvo a Justin Bieber ni a Lisbeth y sus amigas

El aguacero no detuvo a Justin Bieber ni a Lisbeth y sus amigas
02 de noviembre de 2013 - 00:00

Los ojos de Lisbeth Lara reflejaban el cansancio de haber viajado, durante más de ocho horas, en bus desde Guayaquil a Quito. Tiene 15 años, y al igual que otras doce compañeras de su salón de clases, faltó dos días al colegio con tal de conocer y estar presente en el concierto del cantante canadiense Justin Bieber, que el pasado jueves ofreció en el estadio Olímpico Atahualpa.

El miércoles por la noche, Lisbeth en compañía de su mejor amiga, Pilar Racines, que tiene su misma edad; y su tía, Sandra, emprendió una aventura que nunca antes había hecho, y que implicó dejar sus estudios, no asistir al cumpleaños de una prima, e invertir el dinero que estaba ahorrando para comprarse una laptop. Todo ese sacrificio (y riesgo también) hizo para cumplir su sueño de conocer al cantante de ‘Baby’.

Eran cuarto para las siete de la mañana del jueves pasado cuando Lisbeth llegó a Quito. Desayunó acompañada de su amiga y su tía, y antes de las ocho ya estaba en las afueras del hotel Marriot, en donde se hospedó el ídolo juvenil junto a su equipo técnico.
“Solamente queremos que (Bieber) nos salude, que se asome a la ventana”, decían algunas ‘believers’ que estaban junto a Lisbeth.

Ella, al igual que decenas de adolescentes que se concentraron en el hotel entre miércoles y jueves, esperó ansiosa durante varias horas para poder ver en persona a Justin, algo que nunca ocurrió.

Pero eso no la desmotivó, y a las once y media tomó un taxi y se dirigió con sus acompañantes al estadio para hacer fila y ser una de las primeras personas que ingrese al evento que tanto había esperado.

Cuando su estrella favorita salió al escenario confirmó que valió la pena haber invertido 230 dólares en una entrada ‘Believe 1’, como se nombró a la localidad en la que se ubicó y desde donde cantó a todo pulmón su tema favorito: ‘Never say never’.

Pero antes de la presentación del canadiense aparecieron en escena los artistas nacionales invitados. Nikki Mackliff, Valentina López y James León fueron los teloneros entre las 19:00 y las 20:20. El dúo de Djs, D-Playground, integrado por D-Jamz y Bastian D, pusieron a bailar a los asistentes con sus mezclas de música electrónica, pese a la fuerte lluvia que empezó a caer antes de lasnueve de la noche.

Aunque antes del show los organizadores indicaron que cada artista local estaría alrededor de 20 minutos en el escenario, los Djs se extendieron por más de una hora, situación que impacientó al público, que en su mayoría era femenino y que comenzó a pedir a gritos a Justin, pues no solo estaban mojados de pie a cabeza, sino que la temperatura de sus cuerpos disminuía.

En ese punto de la noche, cuando faltaba poco para que el reloj marque las diez, la desesperación se apoderó de las casi 20 mil personas que acudieron al Atahualpa. Pero la calma volvió cuando en la pantalla central del escenario comenzó una cuenta regresiva de 10 minutos que anunciaba la pronta salida del artista. 

A pesar que la mayoría de personas optaron por abrigarse muy bien, también hubo quienes utilizaron prendas delgadas y zapatos sin medias. Pero lo que les interesaba era ver al ídolo de pop ‘teenager’ y esperaron con calma.

Cuando el reloj de la pantalla señaló un minuto, la histeria se apoderó del público y luego de pocos segundos el escenario se llenó de efectos especiales de iluminación. El sonido de las primeras notas de la canción ‘All around the world’ le dieron la bienvenida a Bieber, quien apareció en el escenario vestido completamente de blanco, pero mientras se desarrollaba el show aprovechó para cambiarse de vestuario y terminó con un pantalón de color negro y sin camiseta, algo que emocionó a las ‘beliebers’ que le gritaban: ‘Justin te amo’.

El show, que comenzó a las diez y cinco de la noche y se extendió hasta las once y cincuenta, tiempo en el que interpretó las 18 canciones que son parte del Believe Tour, gira de conciertos que inició el 29 de septiembre de 2012 en Glendale (California) y terminará en Perth (Australia) el 8 de diciembre de 2013.

Cuando era casi medianoche se apagaron las luces del escenario, pero el rostro de las fanáticas reflejaba la satisfacción de haber acudido al show que tanto anhelaron por meses, aunque debieron pasar por algunos sacrificios, tal como lo hizo Lisbeth, quien ayer mismo retornó a Guayaquil para continuar con su vida habitual como estudiante de colegio.

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