El actor de 7th Heaven, Stephen Collins, admite haber abusado de tres menores de edad
La estrella de la serie 7th Heaven, Stephen Collins, admitió haber tenido contacto sexual inapropiado con tres mujeres menores de edad, según una publicación de la revista People. El actor envió un comunicado para la publicación tras las acusaciones de abuso a menores que surgieron en medio de su proceso de divorcio.
Collins está en el ojo del huracán desde el pasado mes de octubre después de que su esposa, Faye Grant, dijera que él reconoció que abuso de tres menores de edad.
TMZ publicó una grabación de audio que supuestamente se grabó durante una sesión de terapia de noviembre de 2012 que involucraba a Collins y a su esposa, durante la cual hizo declaraciones incriminadoras. Según reportes, los incidentes ocurrieron entre 1973 y 1994.
En el comunicado que publicó People, Collins dijo “no he tenido un impulso de actuar en una forma así” en los últimos 20 años. “Hace 40 años, hice algo terriblemente malo de lo que me arrepiento profundamente”, dice en el comunicado.
"He trabajado para repararlo desde entonces. Decidí abordar estas cuestiones públicamente porque hace dos meses, varias organizaciones de noticias publicaron una grabación realizada por la que entonces era mi esposa, Faye Grant, durante una sesión de terapia matrimonial confidencial en enero de 2012. Esta sesión fue grabada sin mi conocimiento o consentimiento o el de mi terapeuta”.
Collins era conocido por su imagen limpia en Hollywood y por interpretar al pastor y amado padre en el programa 7th Heaven. "En la grabación, describí eventos que se llevaron a cabo hace 20, 32 y 40 años”, dice Collins en su comunicado. “La publicación de la grabación resultó en suposiciones e insinuaciones sobre lo que hice que van mucho más allá de lo que realmente ocurrió. Por más difícil que es esto, quiero que las personas conozcan la verdad”.
El actor dijo que tuvo problemas con el hecho de si debería disculparse directamente con las mujeres que estuvieron involucradas. "Tuve la oportunidad de hacerlo con una de las mujeres 15 años después”, dice. “Me disculpé y ella fue extraordinariamente amable. Pero después aprendí en el transcurso de mi tratamiento que ser directo con esas cuestiones en realidad podía empeorar las cosas para ellas al abrir viejas heridas, no he contactado a las otras dos mujeres, una tiene cincuenta y tantos años y la otra tiene treinta y tantos años”.