‘Alma Mía, simbolismo y modernidad en Ecuador 1900-1930’ es una exposición que recopila grandes cantidades de obras de arte producidas en las tres primeras décadas del siglo XX en el país. Esta muestra estará expuesta en siete sedes del Centro Histórico de Quito, desde mañana hasta el 30 de marzo de 2014.

La exposición busca develar el misterio de una época histórica y artística poco conocida en el país, la cual se encuentra distribuida en dos sedes principales: Museo de la Ciudad y Centro Cultural Metropolitano, dos instituciones destacadas en la oferta cultural en el Distrito Metropolitano.

Además, tendrá cinco sedes secundarias, que cuentan con un gran acervo de obras simbolistas y de testimonios relacionados a la modernidad. En el cementerio de San Diego reposan mausoleos y esculturas.

En la Catedral primada de Quito, la iglesia de La Merced, el Museo del Carmen Alto, destacan las pinturas de carácter religioso del periodo mencionado. Finalmente en el Museo María Augusta Urrutia se hallará una amplia colección de diferentes obras artísticas simbolistas, especialmente de Víctor Mideros.

Sin embargo, serán las dos sedes principales las que concentrarán más expresiones artísticas elaboradas entre 1900 y 1930. El simbolismo, el paisaje idealizado, el modernismo en la creación pictórica y literaria de la época serán algunos de los elementos a los que los asistentes a la muestra podrán acceder.  

Los curadores de esta exposición son Alexandra Kennedy y Rodrigo Gutiérrez, historiadores que analizan el simbolismo en Ecuador de principios de siglo pasado. La exposición está vinculada a la conmemoración de los 35 años de la Declaratoria de Quito como Patrimonio de la Humanidad.

Se exhibirán obras de Víctor Mideros, Solá Franco, Luis Mideros y Emanuel Honorato Vásquez. Víctor Mideros impuso en su obra una nueva visualidad sobre el arte religioso. En Guayaquil, destacó la presencia de Eduardo Solá Franco, como pintor, diseñador y cineasta.

Por primera vez se expondrá una serie de 20 fotografías del cuencano Emanuel Honorato Vásquez.  Luis Mideros, por su parte, rompe con el paradigma tradicional de la escultura.