Leonardo Favio, el personaje que interpretó el orense Roy Otero, ganó ‘Yo me llamo’. Y desde el 7 de octubre pasado hasta hace una semana, de lunes a viernes, a las 19:30, Teleamazonas transmitió el programa corto tipo ‘backstage’ o ‘making off’ de su reality de canto e imitación de artistas, ‘Vacilando Yo me llamo’.

La reportera de ‘En Corto’, Ale Boada, y el también reportero de ‘Yo me llamo’, Marco Guadalupe, eran los encargados de conducir el espacio en el que se descubriría todo lo que implica la producción del reality, formato de uno de igual nombre que se efectúa en Caracol Televisión, los ‘bloopers’, bromas tras cámaras, peripecias de cada gala diaria de ‘Yo me llamo’ y las relaciones cordiales o destructivas entre participantes y presentador o jurados. El espacio ofrecía dar a conocer todo lo que sucedió cuando se encendieron y cuando se apagaron las luces en ‘Yo me llamo’, y gracias al talento demostrado por Ale Boada en el programa de humor político ‘En Corto’, tuvo un arma para hacerlo.

El término “vacilar” puede significar tambalearse, oscilar, estar indeciso, emborracharse, burlarse de alguien haciéndolo con ironía o andar de parranda, divertirse en una juerga.

En Ecuador lo entendemos desde esa última acepción, además de que informalmente lo comprendemos como un rato de joda con alguien que te gusta mucho, sin nada sexual... una aventura sin compromisos y rápida que generalmente no lleva a más... puede durar desde unas horas en una fiesta, hasta algunas semanas. Nada de ello afortunadamente se dio en ‘Vacilando Yo me llamo’. De hecho, el título fue lo más ingenioso para un programa ‘hermano’ de un reality, ya que el resto era lo mismo que viene de producciones argentinas como ‘Showmatch’, ‘Este es el show’ y ‘La cocina del show’, además de los nacionales como ‘Ecuador tiene talento’ y ‘Estrellas y Estrellados’.

‘Vacilando Yo me llamo’ era un espacio simpático, iniciado al mes de estar al aire ‘Yo me llamo’ por lo que tuvo suficiente material para sus primeras emisiones. ¿De nuevo?, nada, ya que la conducción de Ale Boada recordó mucho a las de los desaparecidos espacios ‘Sintonizando’, ‘Iguana Legal’ o, más recientemente, ‘Insomnia’, solo que ahora con chance para leer ‘tuits’. La estructura no estuvo bien definida ya que aún se vio a los presentadores preguntando a producción si había más espacio para un segmento u otro. Marco Guadalupe funcionó mejor como reportero, y es en ese reducto donde logró mejores resultados para revelar más sobre las polémicas, amistades y personalidades involucradas en la producción y realización de ‘Yo me llamo’.

Es odioso, se entiende, pero comparando ‘Vacilando Yo me llamo’ con su programa hermano mayor, el primero no le llegó ni a los talones. ‘Yo me llamo’ presentó conciertos en tiempo real, aparentemente, y jugó muy bien con las dinámicas entre presentaciones, calificación del jurado, entrevista en el ‘backstage’, comentarios del jurado y menciones a cargo del presentador o la reportera del detrás de escena. Es cierto que no poseía espacios para que los participantes del reality se descubran a sí mismos, para el público, lo que se resolvería con ‘Vacilando Yo me llamo’.

Ni solución ni maldición, ‘Vacilando Yo me llamo’ fue solamente un mal necesario. Necesario para que el canal demuestre sus esfuerzos en producir todas y cada una de las galas de ‘Yo me llamo’, además de poder aumentar los favoritismos del público por un participante o el drama que generó la salida de uno u otro imitador involucrado en el reality. Sin embargo, considerando que fue el tras cámara de un “reality” sobre imitadores, parece ser que ‘Vacilando Yo me llamo’ fue también la imitación de un programa de backstage o making off, género de Tv aún muy incipiente en este país. Ahora que pasó la final de ‘Yo me llamo’, falta ver qué dejó el ciclo de ‘Vacilando Yo me llamo’ y cómo dejó a los participantes del reality ante el público nacional.