‘De Roma con amor’ llega a las pantallas de cine del país
La nueva película de Woody Allen sucede en Roma, y tiene cuatro historias y media que no se tocan entre sí, pero que vemos intermitentemente.
En cada una de ellas hay un personaje que se parece a la figura masculina que Allen ha convertido en su marca registrada (en una de ellas el mismo Allen se hace cargo, es su primer papel desde 2006).
Son hombres que hablan mucho, nerviosos, inseguros, quejumbrosos, que consienten sus neurosis como si fueran plantas exóticas y encantadoras. Para balancear, cada uno tiene una mujer que lo tranquiliza, mima y siente una simpatía inexplicable hacia él.
La primera historia es sobre una muchacha de Nueva York que se compromete con un romano y recibe la visita de sus padres (Allen es el padre), que vienen a conocer a su hijastro y a su familia. Antes de jubilarse, el padre había dirigido la sección de música clásica en una casa disquera, y al oír a su consuegro cantando bajo la ducha queda fascinado.
“Tiene una voz extraordinaria”, le dice a su mujer. Pero el consuegro no puede cantar en público, solo lo hace bajo la ducha. ¿Estará condenado a no ser una estrella? ¿O se podrá hacer algo para alargar este chiste?
En la segunda, Allen es un jovencito italiano de provincia que llega a Roma a pasar su luna de miel. Su mujer sale a la peluquería y se pierde entre las calles antiguas, y mientras ella no está, una prostituta (Penélope Cruz) llega al cuarto, un regalo contratado por seres misteriosos para complacerlo en lo que él quiera.
En esas, entra la familia del tipo y los dos deben pretender que son pareja, para disgusto de sus emperifollados tíos y tías. ¿Se darán cuenta? ¿Andar con una prostituta hará que este tipo, tan timorato, deje de serlo?
La tercera historia es sobre un estudiante estadounidense de Arquitectura (Jesse Eisenberg), que vive en Roma con su novia (Greta Gerwig) y que recibe la visita de una amiga de ella (Ellen Page), una actriz impulsiva y desordenada. Entre ellos surgirá una relación bien fuerte.
Para terminar, está la historia de un italiano (Roberto Benigni) que de repente, y sin motivo, comienza a ser asediado por medios de comunicación. Entrevistadoras le preguntan qué comió de desayuno, los fotógrafos lo siguen a todas partes, mujeres hermosas tratan de invitarlo a almorzar, y todo sin razón. Es famoso por ser famoso, pero ¿cuánto durará esta magia?