“Me gusta defender a la gente”. Con esta frase Darío Javier justifica su condición como egresado de la Facultad de Jurisprudencia. No obstante reconoce que esta carrera -que heredó de su padre- le sirve ahora para sustentar un sueño que sigue ya hace varios años: ser cantante.

Al hablar, Darío es expresivo y la sonrisa de su rostro no cesa en ningún momento. Nunca se sabe cuándo -al describir su música- empezará a interpretar un ‘pedacito’ solo para hacer una demostración; por ejemplo, cuando contó que trabajó un tema en honor al artista José Luis Perales, dijo cantando que incluyó esa que dice: “¿Y cómo es él…? ¿En qué lugar se enamoró de ti?”.   

La propuesta se llama ‘Mosaico mix Perales’ y es parte del repertorio que ofrece en sus presentaciones en vivo. Eligió a este artista porque las canciones son de amor, y porque le pareció curioso el hecho de convertir esas baladas en tecnocumbias sin que pierdan la esencia de la temática.

‘Miss chiquilla loca’ es un sencillo coproducido con el compositor Renato Álvarez (+), que está inspirado en su época colegial. No le basta resumir la anécdota, justifica el tema otra vez con algo de música a capela: “Chiquilla loca, que andas pregonando, que si tú eres mi vida, yo seré tu encanto…”.

Suena bien sin instrumentos, algo así como Salserín en los noventa, solo que Darío trabaja con tecnocumbia y tecnomerengue. Con este último género marca su sello en los escenarios. Al oírlo, asegura en conversación distendida, la gente expresa: “Ah, ese es el Darío Javier…”.

Su voz lo hizo seguir la línea de esos géneros, confiesa. Esto porque cree que tiene un tono rítmico, poco lineal. Y nuevamente empieza una demostración musical, esta vez con canciones de Los Iracundos: “Sentado frente al mar… Puerto Moooont…”, canta entre altos y bajos, y recuerda: “Me iba de ritmo y ritmo y me dijeron: por favor, balada no, ¡ja, ja, ja!”.

Su meta, cada vez que tiene una presentación, es divertir al público. “Si veo que la gente está aburrida, la animo”. Es precisamente esta energía a la que considera el factor más importante en su aporte artístico. “Empiezo a meter mis locuras cuando veo que la gente está triste: pregunto cómo están, subo a alguno, los hago bailar, realmente me divierto cuando estoy en vivo...”, menciona emocionado.

Los temas con los que Darío Javier llegó a la redacción de este matutino marcan su regreso al mundo musical luego de cuatro años. Ese tiempo dedicó todas sus energías a su carrera profesional.

Algo de lo que está convencido es de que el artista nace. En este punto este soñador de 23 años hace una ligera pausa a la entrevista. Su voz se quiebra y su mirada se pone vidriosa: “Cuando amas realmente algo y puedes hacerlo realidad, la felicidad es infinita. Siempre he querido ser cantante y ahora estoy en camino…”.

En sus conciertos, además de su repertorio cumbiambero, incluye algunos covers de reggaetón, para hacer la fiesta más completa. Puede buscar a Darío Javier con ese nombre en Facebook.

ENTÉRATE!

A manera de anécdota, Darío Javier cuenta que hace cuatro años, cuando aún no se separaba de los escenarios para estudiar, tuvo la peor presentación de su vida. Al subir a la tarima se cayó, pudo pararse en seguida, pero cuando cogió el micrófono se electrocutó. “Casi me quedo pegado, pero igual seguí con el show”, relata.