La necesidad de ser auténticos es la propuesta de Daniel Betancourt
"Me preocupa mucho que se pierda el arte", así resume el cantante ecuatoriano Daniel Betancourth su inquietud ante la posibilidad de que la moda cope la industria musical, aunque rescata que hay muchos músicos que han privilegiado el sendero artístico en sus carreras profesionales.
Un ritmo puede confundir a las masas acerca del mensaje que tenga la canción, dijo Betancourt en entrevista con Efe, al señalar que hay canciones que se convierten en éxitos momentáneos sólo por su ritmo.
"Siempre voy a estar por entero metido en que una canción tenga esa maravilla del arte de la música", comentó, y subrayó, sin embargo que no cree que en este momento se esté perdiendo el arte en la música.
Considera importante que una canción cale en la gente "en forma natural, sin tener que obligarse (...) a un ritmo específico en una época de moda".
El artista, de 32 años, con estudios musicales en Estados Unidos, confiesa que se pregunta a diario cómo hacer que, en lo musical, las nuevas generaciones se apeguen al arte y no sólo al ritmo por el ritmo y como respuesta encuentra sólo la necesidad de ser auténticos.
Ese es, precisamente, uno de los mensajes de su más reciente canción "Dártelo todo", en la que a dúo con el dominicano Maffio, hace un llamamiento a la gente para que sea auténtica en el momento de enamorarse y deje de protegerse por temor a ser herido.
Por experiencia personal, sabe que la gente adopta mecanismos de defensa para no salir herido en una relación: "Me di cuenta de que la vida es hoy; ayer ya fue y mañana no existe, hay que entregarlo todo en el momento de enamorarse para vivir", asegura.
Su nuevo sencillo, el primero del que proyecta que sea su tercer álbum musical, le llena de orgullo pues pese a fusionar su arte con el de Maffio -que innova en Latinoamérica con el ritmo del merengue electrónico- considera que no perdió su esencia.
"Mis discos siempre tienen un poco de lo que vivo", aseguró Betancourt, quien tardó ocho meses en crear "Dártelo todo", y quien tiene en el amor a su principal inspirador, aunque para él sea aún un "misterio" que intenta descifrar día a día.
El músico, compositor y cantautor ecuatoriano, nacido en la ciudad costera de Guayaquil y que se dio a conocer musicalmente por primera vez en Miami hace varios años, subraya que el amor es el "motor" que mueve su vida al igual que la autenticidad.
"Nunca voy a dejar de ser yo mismo, me encanta vivir el hoy. Si no soy auténtico siento que no vivo en absoluto. Todo lo que hago, todo lo que canto, va a tener mi esencia. Tal vez incursione o investigue o tal vez pueda lograr inmiscuirme en otros ritmos (...) pero siempre va a tener mi esencia", señala.
Confiesa que llegar a ser conocido internacionalmente con su música no le quita el sueño, pues está consciente de que se trata de un proceso, pero lo que le preocupa ahora es la eventualidad de que por cuestiones profesionales pudiese dejar de ser él mismo.
Consultado sobre qué podría influir para distanciarlo de su autenticidad aseguró tajante: "No sé, ni quiero saberlo".
Sobre la comercialización en la industria musical afronta la piratería "con mucho valor" y en su lucha contra ese mal ha buscado maneras para combatirlo, como la vez en que se valió de un periódico local para distribuir junto a éste miles de discos originales suyos.
"Creo que nuestra sociedad debe acostumbrarse a encontrarle la razón del respeto al artista cuando compra un disco original", apuntó al comentar que "en general, en todo el mundo nos gusta las cosas fáciles y, si te puedes bajar una canción ...".
No obstante, se mostró optimista de que "poco a poco" la sociedad se vaya acostumbrando a respetar al artista y todo el entorno de profesionales involucrados en la producción de un disco.