El circo del sol estará hasta el 13 de diciembre
Corteo, acrobacias en un escenario que gira 360° (Video)
En escena, los acróbatas del Circo del Sol se transforman. Sus cuerpos vuelan. Más allá de la propuesta de Corteo, que es la obra que presentan en Quito, los artistas muestran su flexibilidad y sincronización escénica. Apenas llegaron el jueves 12 y el viernes 13 ya estaban ensayando, en aquella miniciudad, que instalaron en el Parque Bicentenario (norte de Quito), en donde tienen todo, hasta una cocina. Todos practican más de 8 horas diarias.
Por ello, en la carpa central, integrada por 4 torres de 25 metros de altura, se instalaron varias salas de ensayo, en donde los 65 artistas de más de 40 nacionalidades muestran en escena lo que aprendieron desde pequeños. Es una carpa alterna, junto a la principal, en donde hay colchonetas, barras, camas elásticas y más accesorios, en donde los artistas se preparan físicamente y repiten los actos antes de salir a escena.
Es domingo y pasadas las 17:00, los acróbatas siguen ensayando. El escenario ya está listo. Las luminarias azules y blancas simulan una noche estrellada. En escena hay dos camas antiguas de metal, que pesan más de 600 libras, y 6 niños juegan encima de ellas. También hay una pelea; no falta la lucha de almohadas sobre la cama. El riesgo de este acto que llamaron ‘Brincando sobre la cama’, al igual que el resto que los 19 componen este montaje, está en que las acrobacias se realizan en un escenario en movimiento. La tarima, durante el show de 1 hora y 45 minutos, se mueve 360 grados.
Alix Croop, de 29 años, es de EE.UU. Lleva alrededor de 3 años en el circo y practica alrededor de 8 horas antes de cada acto. Para ella, “cada espectáculo tiene un grado de dificultad”.
“No cualquier persona puede ser malabarista. Un malabarista tiene muchas habilidades que hay que dominar y cada una tiene distintos grados de dificultad”.
En escena también participa Andrei Kushneryk, de 29 años, quien es originario de Bielorrusia. Lleva cerca de 4 años en el circo y la preparación física que realiza en la capital es sobre todo cardiovascular, pues considera que adaptarse a los 2.800 metros sobre el nivel del mar (msnm) de Quito representará un reto.
Este acto, al igual que la obra dirigida por el suizo Daniele Finzi Pasca, sale de la imaginación de Mauro, el payaso, que sueña cómo será su funeral, por ello la obra se llama Corteo, que en italiano significa cortejo fúnebre.
Esta obra se presenta por última vez en el mundo, desde que se estrenó en abril de 2005. Los artistas decidieron cerrar el ciclo en la Mitad del Mundo. Para Kushneryk será algo triste. El criterio comparte Croop, para quien, además, resulta emocionante. “Es loco pensar que esta será la última vez que se presentará Corteo”.
Christopher Gould, mánager de producciones, ha estado en 19 países, entre ellos China, con más de 64 funciones. El grupo llega desde México -en donde fue su último show- con 90 camiones con contenedores que pesan más de 1.000 toneladas. Allí traen todo lo necesario para su presentación, incluso llegan con sus propios generadores de energía, ya que no utilizan la electricidad de la ciudad en donde se presentan. Lo único que ocupan es el agua potable e internet.
En el escenario hay un telón de 17 metros de ancho y 12 metros de alto, creado por el diseñador escenográfico Jean Rabasse. La inspiración proviene de una creación del pintor parisino Adolphe Willette de 1885. Se pintó en acuarela en Francia. En toda la obra, los artistas usan 131 trajes confeccionados con 900 tipos de tejidos. (I)