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Cineastas no tienen límites para lograr 'realismo' en filmes

Marlon Brando (i) untó mantequilla a Maria Scheider en una escena de violación anal en El último tango en París. El sufrimiento de la actriz que han visto los espectadores es real.
Marlon Brando (i) untó mantequilla a Maria Scheider en una escena de violación anal en El último tango en París. El sufrimiento de la actriz que han visto los espectadores es real.
Foto: GD
18 de diciembre de 2016 - 00:00 - Redacción Telemix

No son pocos los rumores que circulan sobre si una escena de sexo es real o no en una película. Pero, a veces, para dotar de mayor ‘realismo’ a una escena, se improvisan gestos y hasta macabros sucesos. Así ocurrió en El último tango en París, filme que hace dos semanas dio de qué hablar y ha puesto a Hollywood de cabeza.

Antes de comenzar un día de rodaje, Marlon Brando untaba mantequilla en una tostada para el desayuno cuando se le ocurrió una idea. Se la comentó al director, Bernardo Bertolucci, y el resto es historia: un episodio del séptimo arte que, por desgracia, aún remueve las entrañas de muchos cuando observan este clásico.

Director y protagonista engañaron a la actriz Maria Schneider, quien tenía 19 años. Brando le aplicó la mantequilla como lubricante en la escena de violación. “No quería que fingiese la humillación, quería que la sintiese”, admitió el director.

Aunque han pasado 4 décadas desde el estreno de la película y 3 años de que Bertolucci admitiera el delito, un video con las declaraciones del realizador se volvió viral este año, despertando el espanto e indignación en Hollywood.

La nueva generación de actores rechaza lo que Bertolucci y Brando hicieron a Schneider. Chris Evans, quien interpreta al Capitán América en los filmes de Marvel, y Anna Kendrick, también actriz lo califican como un delito abominable.

Sin embargo, lo vivido por Schneider, quien murió de cáncer, en París, el 3 de febrero de 2011, no es el único que se ha dado en los platós de la meca del cine. Hay otras historias que involucran escenas violentas de sexo real, algunas consensuadas y otras agresiones físicas in situ.

Masturbación real

Una de las películas que dio de qué hablar fue A la caza (Cruising, 1980), protagonizada por Al Pacino. Esta película narra la historia de un policía que intenta atrapar a un asesino de homosexuales, para ello deberá infiltrarse en los más sórdidos ambientes gais.

La censura de escenas como la de un sospechoso que fue obligado a masturbarse frente a un grupo de policías fue el centro de la polémica. El actor extra que hizo la escena denunció a la producción que lo forzaron y que se sintió intimidado. La producción decidió compensar al actor con otros personajes, pero su histrionismo no fue suficiente para despuntar en Hollywood. La película finalmente fue censurada.

En 2013, Interior. Leather Bar, falso documental dirigido por James Franco y Travis Mathews, reimagina la producción de Cruising para analizar problemas que surgen en cintas  de este tipo como, la incomodidad de los actores, el conflicto entre la libertad creativa y la censura, y cómo ha evolucionado la representación cinematográfica de la diversidad sexual.

Calígula y sus excesos

“Exceso de confianza” fue lo que se subrayó cuando uno de los extras de la película Caligula, de Tinto Brass, denunció que el protagonista del filme, Malcolm McDowell, había tocado con sus genitales los glúteos del actor en una escena en la que él tenía que sodomizarlo.

La producción guardó silencio y fue el mismo actor quien, aunque no reconoció el hecho, dijo que él pensó que aquel extra era gay, ya que la mayoría de pasantes eran prostitutas, homosexuales y lesbianas.

McDowell es uno de los actores británicos más reconocidos en el mundo y su vida no ha estado alejada de la polémica con sus 4 sonados matrimonios y excesos.

Pero este no fue el único escándalo del filme. El productor de la película, Bob Guccione, quien también es el fundador y editor de la revista Penthouse, terminó cambiando el resultado final para adaptarlo a su propia visión y enfoque del proyecto.

Cinco años después de estrenarse, Guccione produjo una versión sin censura del filme en el que incluyó escenas pornográficas implícitas con coitos entre relaciones hétero y homosexuales, eyaculaciones, lluvia dorada, zoofilia y sadomasoquismo que filmó con actores de cine pornográfico en 1979, sin el conocimiento de Tinto Brass.

La película suscitó críticas para todos los gustos y quedó como un hito del cine erótico, más que del histórico. La versión original fue un fracaso rotundo y la versión sin censura ni siquiera llegó a exhibirse, debido a que la entidad encargada de clasificar las cintas la prohibió.

Fue en 2007 cuando la Junta Británica para la Clasificación de Películas decidió desclasificar el filme y distribuirlo como película para adultos, aunque se registraron proyecciones abiertas en lugares especializados.

Saló o Los 120 días de Sodoma del italiano Pier Paolo Pasolini (1975) es otra de las cintas más polémicas del cine de ese país. El director siempre fue un paso más allá con sus películas, dejando en claro su total inconformismo con el mundo.

Si bien comenzó su carrera enmarcado en el neorrealismo italiano, con el paso de los años viró hacia obras mucho más polémicas, como el caso de esta película basada en el libro del Marqués de Sade.

Violaciones, asesinatos, escenas escatológicas y todo lo que se podía explicitar para incomodar a la sociedad, estuvo en ese filme de forma ilimitada.

Pasolini señaló que Saló fue una película metafórica, pero no reflejaba la realidad europea, a la que calificó como “mucho más cruel”.

El año del estreno el director fue asesinado en extrañas circunstancias y una de las teorías señala que la audacia de sus películas hizo que varios lo quisieran muerto. Se estrenó en Australia recién en 1993 y al día de hoy sigue estando prohibida en numerosos países.

Sexo consentido

La justicia francesa prohibió el año pasado el acceso de los menores de 18 años a las salas donde se proyecte la película Love, la polémica cinta del director Gaspar Noé, un melodrama de alto contenido sexual que ha llamado la atención por tener escenas de sexo no simuladas.

El filme trata de un estudiante de cine estadounidense residente en París, que recibe una llamada que le anuncia la desaparición de su expareja, Electra, con la que compartió un devastador y loco amor.

Ese es el punto de partida para que comience a recordar, con lujo de detalles, las experiencias sexuales que tuvo con su amada, incluyendo tríos, encuentros en un club swinger, una escena en la que interviene un transgénero e incluso una eyaculación en primer plano.

El director italiano Pier Paolo Pasolini recurrió a sexo real para su película Saló o los 120 días de Sodoma. (1975). Foto: theredlist.com

“Nos encontramos frente a un anacronismo absoluto, que es el propio de los reaccionarios, pero también del Estado islámico. Lo chocante no es que exista, sino que Francia le dé la razón”, criticó Noé.

El director ya causó escándalo con su recordada cinta Irreversible, donde se ve una brutal escena de violación de 9 minutos. La actriz Monica Bellucci aseguró que aunque la escena “fue perturbadora”, se realizó con el debido profesionalismo.

Secuelas psicológicas

Según el psicólogo y comunicador quiteño Alejandro Bustos, lo que ocurrió en El último tango en París se trata de un ejercicio violento del poder por parte de Bernardo Bertolucci y Marlon Brando contra una vulnerable Maria Schneider.

Explicó que cuando se filma una película hay un acuerdo de la ‘suspensión de la realidad’, de manera momentánea. Ahí los actores asumen sus personajes cuando ingresan al plató.

Sin embargo, si de manera inesperada, en la escena se recurre a un acto violento no consensuado afecta psicológicamente. Puede llevar al aislamiento de la persona, a la pérdida de confianza e incluso al suicidio, más si se trata de una humillación pública como la que sufrió Schneider.

Punto de vista judicial

Stalin Aldás, abogado especializado en Derecho Penal, explicó que en el caso que un abuso sexual real suceda en un set de filmación televisión o cine en el país, se puede dar paso a una demanda judicial por parte de las víctimas, por el mismo delito (abuso sexual) o por violación, si es que son comprobados.

El Código Orgánico Integral Penal (COIP), en su artículo 170 sobre el delito de abuso sexual refiere: “La persona que, en contra de la voluntad de otra, ejecute sobre ella o la obligue a ejecutar sobre sí misma u otra persona, un acto de naturaleza sexual, sin que exista penetración o acceso carnal, será sancionada con pena privativa de libertad de 3 a 5 años”.

En el caso de violación, la pena puede ser de 19 a 20 años. Uno de los agravantes en el caso de violación, es que se sancionará con la pena máxima (20 años), si la víctima, como consecuencia de la infracción, sufre una lesión física o daño psicológico permanente.

El jurista explicó que para que la demanda prospere se deberá contar con el propio testimonio de la actriz.

“Su versión es fundamental, y otra prueba también sería la misma escena que está filmada, la cual debería someterse a un peritaje”.

De ese modo, sostuvo que todos los elementos se tomarán en cuenta para determinar la responsabilidad en un delito de esa naturaleza.

El abogado opina que las mujeres, en este caso las actrices, deben romper el silencio, si sufren una experiencia así en una producción (teatro, televisión, cine), porque generalmente callan por una necesidad económica. Y los directores deben contar con una autorización expresa, que es un documento firmado por los actores o actrices, en el cual consensuan lo que van a interpretar, para evitar cualquier inconveniente.

El problema para sancionar a los responsables del caso El último tango en París es que tanto Marlon Brando como Maria Schneider, la víctima, están muertos. 

Datos

El imperio de los sentidos del director Nagisa Oshima (1976) fue presentada en el festival de Cannes, dejando al auditorio conmocionado. Todo el sexo de la película es completamente real y explícito. El filme, que  cuenta la historia de una ex prostituta que trabaja como parte de la servidumbre de un hotel y conoce al propietario, los dos se convierten en amantes y buscan experimentar todo lo que puedan sobre sexo. Esta película, al menos en Japón, sigue censurada. (I)

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