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El Telégrafo
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Cenizas de Robin Williams descansan en la bahía de San Francisco

Cenizas de Robin Williams descansan en la bahía de San Francisco
22 de agosto de 2014 - 09:06

La bahía de San Francisco era uno de sus lugares favoritos del mundo. De hecho, esa fue su casa durante casi 50 años. Por eso, sus seres queridos no dudaron cuando tuvieron que elegir dónde arrojar sus cenizas. Así lo revela el certificado de fallecimiento emitido por el Estado de California, que explica que se arrojaron "en la Bahía, junto a la costa de Marin County", con una pequeña ceremonia íntima que tuvo lugar el pasado 12 de agosto, tan solo un día después de conocerse su muerte.

El juez de instrucción continúa aún a la espera de las pruebas toxicológicas que se realizaron al cuerpo sin vida del actor y que estarán listas esta semana. El día después de su muerte, autoridades del condado de Marin, en California, indicaron que la muerte del intérprete se debió a un suicidio por asfixia.

El actor fue hallado muerto en su casa de Tiburón, una península junto a la Bahía de San Francisco, a los 63 años de edad. Williams fue descubierto en su habitación el lunes 11 de agosto por su asistente personal, que llamó al teléfono de emergencias. El actor ganador de un Oscar fue encontrado vestido, sentado y ligeramente suspendido, con una correa alrededor de su cuello, según informó un oficial.

Según ha revelado una fuente cercana al actor de 63 años, el suicido fue "espontáneo" y "no estaba planeado". La misma persona y amigo cercano del intérprete ha explicado que el día anterior de su muerte, estuvo hablando con el actor de proyectos futuros. Eso sí, este amigo advirtió que estaba "tan triste como era habitual en él... vivía en un lugar oscuro".

El actor Rober Schneider, amigo desde hace un largo tiempo de Williams, asegura que el suicidio del actor pudo deberse a la medicación que tenía que tomar por el Parkinson que le había sido diagnosticado y de cuya enfermedad no había hablado aún públicamente. En un tuit explicó que uno de los efectos secundarios de la medicación contra el Parkinson es precisamente agudizar la depresión que según sus íntimos ya padecía desde hace mucho tiempo.

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