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Campanas de la Compañía aún son exhibidas

Campanas de la Compañía aún son exhibidas
14 de julio de 2012 - 00:00

Quienes viven en Quito o los que están de paso pueden conocer un poco más de la historia de esta ciudad, en una peculiar exposición que se realiza al interior de la Iglesia de la Compañía de Jesús.

Más allá de los recorridos que se hacen por los diferentes espacios que tiene este templo religioso, hay un área en particular que guarda una historia de valentía y coraje.

Estas campanas que datan de la época colonial, son réplicas de unas que fueron fundidas para pagar los gastos de la revolución que dio la libertad al país del yugo español.

Varios clérigos religiosos también comprometieron parte de sus bienes para la causa. Fue así como se dispuso que las campanas, que por más de 70 años adornaron la torre de la iglesia de La Compañía de Jesús, siendo la más alta de la Capital en la época, sean fundidas para utilizar su hierro en la fabricación de municiones y balas.

A inicios del Siglo XX las familias que pertenecían a diferentes cofradías solicitaron a los hermanos jesuitas que vuelvan a levantar las campanas.

Los jesuitas designaron al artesano A. Caviedes (no hay registros de su nombre completo ni origen) para que realice las réplicas de las originales, según Dennis Sánchez, coordinador de guías de la Iglesia de La Compañía de Jesús.

Estas campanas fueron consagradas a diferentes santos. La más grande tiene una inscripción que dice “Dolorosa del Colegio” y un relieve con la imagen de la Virgen.

Esta campana pesa 4.200 libras y fue fundida en 1926. Una segunda, la de “Santa Zita Patrona de las Sirvientas Esclavas del Niño”, fue fundida en 1926 y pesa 1.500 libras.

Otra tiene la inscripción que la consagra a la ‘Santísima Virgen de la Luz y a la Sagrada Familia’ y fue fundida en 1926 y pesa mil libras. La campana “Mariana de Jesús Patrona y Azucena de Quito” fue fabricada en 1927 y pesa 500 libras. 

Estas fueron alzadas en la misma torre, junto con una pequeña de 190 libras, consagrada a San José y que data de 1877.

Sin embargo, estas campanas fueron levantadas en una torre cruzada del ala trasera de la iglesia, porque la torre original fue destruida en el terremoto del 22 de marzo de 1859 que dejó a Quito completamente en la ruina.

Hace diez años, la fundación Compañía de Jesús inició un proyecto que pretende devolverle a Quito la que un día fue su torre más alta y colocar estas réplicas perfectamente conservadas.

Este proyecto comprende dos fases, la primera consiste en restaurar los cimientos ya existentes de 22,5 metros de altura y, la segunda, la construcción de la nueva torre que tendrá 45 metros de altura y contará con un reloj público. Este sitio será un mirador turístico de la ciudad.

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