La expectativa que tenían por ver y escuchar en vivo a los integrantes del grupo puertorriqueño Calle 13 y al cantautor hispanofrancés Manu Chao hizo que el pasado martes, desde la 13:30, decenas de personas llegaran hasta las afueras del estadio Olímpico Atahualpa de Quito a hacer fila para conseguir un buen puesto y disfrutar de las canciones sociales que ambos han popularizado.

El tiempo de espera fue largo, pero para muchos valió la pena. Ya a  las 19:00 las más de 25.000 personas, que se habían concentrado desde temprano, se ubicaron en el gramado a esperar la salida de los intérpretes.

Pero antes de que eso sucediera, los ecuatorianos Maki y el grupo Papá Changó calentaron a los asistentes con sus temas.

Tras veinte minutos de espera  -tiempo en el que los músicos del ex Mano Negra se ubicaban-,  las luces se apagaron y quedó todo a oscuras. Solo se escuchaba el grito al unísono de los miles de presentes que decían “oleee, ole, ole, ole... Manu Chao”. 

“¿Qué pasa Quito?” fue la pregunta que hizo el cantante francés antes de salir al escenario; y con eso encendió a sus fanáticos, con los que se reencontraba después de 12 años de su última visita al país.

Vestido con una camisa beige, otra verde por dentro y pantalón blanco -que  llegaba hasta los tobillos-, el músico apareció al ritmo del reggae, el ska y el rock. Acompañado con el rasgueo de su guitarra un alborotado Manu Chao inició su recorrido por su repertorio, en el que sonaron “Radio bemba”, “King kong five” y “Minha Galera”.

Tampoco faltaron “Clandestino”, “Bienvenida Tijuana” y “Señor matanza” que fueron coreadas por los asistentes, a quienes no les importaba el frío, la neblina ni  la fuerte lluvia que  caía en la capital esa noche.

Tras una hora de concierto el artista intentó despedirse, pero el público eufórico no permitió que abandonará el escenario y pidió más canciones. Manu Chao agradeció el cariño de sus seguidores complaciéndolos con media hora más de sus canciones marcadas por lo social. Fue a las 22:00 que dejó el escenario para darle paso a las otras figuras esperadas: Calle 13.

Sin embargo, fue media hora después que  aparecieron  René Pérez Joglar (Residente), Ileana Cabra (PG-13) y Eduardo Cabra (Visitante), quienes calentaron el ambiente con “Baile de los pobres”, “Se vale todo”, “Atrévete-te”, “Calma pueblo” y “Vamos a portarnos mal”.

“Residente” aprovechó la presentación para convocar a las personas a pensar y criticar, pero con fundamentos. “Es muy importante tener bases y fundamentos para establecer una crítica, porque con esas críticas uno crece y mejora”, manifestó el artista al referirse a los comentarios que recibe a diario por su forma de pensar, pero sobre todo por las letras de sus canciones, en las que no tiene reparos en decir lo que cree, como lo hizo, sin problema, esa noche frente a 25.000 presentes.