La Corte Superior del condado de Los Ángeles comenzó hoy el proceso de selección de un jurado que tendrá que decidir si hay evidencias suficientes para culpar a Conrad Murray, médico de Michael Jackson, de la muerte del artista en junio de 2009.

Cerca de 160 ciudadanos angelinos fueron convocados hoy en un juzgado del centro de la ciudad para conocer su disponibilidad a participar en el juicio que comenzará el 27 de septiembre y podría durar hasta 6 semanas.

Los ciudadanos debieron contestar una serie de preguntas para evaluar su conocimiento del caso, del que todos admitieron estar al corriente.



"No esperábamos que hubieran estado viviendo bajo una roca o que estuvieran aquí haciendo una parada en boxes en su viaje desde Marte", ironizó el juez Michael Pastor, quien previno a los preseleccionados para que evitaran navegar en la web o usaran las redes sociales para hablar del caso si no querían ir a la cárcel.

Se calcula que durante los próximos días un total de 450 ciudadanos pasarán por ese trámite, un grupo del que saldrán los 12 integrantes finales del jurado.

Los candidatos tendrán que rellenar un cuestionario de una treintena de páginas considerado "exhaustivo" por Pastor, magistrado asignado a este proceso, y será sometido al escrutinio de acusación y defensa durante las próximas semanas.

Está previsto que los interrogatorios directos a los potenciales jurados comiencen el 23 de septiembre.

Se trata de la segunda vez que se intenta conformar un jurado para este juicio, después de que se iniciara un trámite similar en marzo y fuera finalmente anulado cuando el juez Pastor pospuso el proceso judicial de mayo a septiembre para dar más tiempo a la fiscalía y a los abogados de Murray a fin de preparar sus estrategias.

En aquella ocasión, se constató la dificultad que tenía el tribunal para elegir un jurado imparcial.

Según publicaron los medios estadounidenses en ese momento, solamente una de las personas preseleccionadas como jurado y que no hablaba inglés había confesado no haber oído sobre el caso.

La defensa de Murray solicitó en agosto que la Corte aislara al jurado durante el tiempo que durara el juicio para impedir que el veredicto se viera influido por la opinión pública. Sin embargo, el juez Pastor en primera instancia denegó la moción, que tendría un alto coste para las arcas públicas, y esta semana un tribunal de apelaciones ratificó la decisión del magistrado.

Pastor considera que los miembros que finalmente conformen el jurado seguirán sus directrices y se abstendrán de exponerse a las informaciones y comentarios que se viertan sobre el juicio a pesar del elevado interés mediático que siempre despierta Michael Jackson.

El jurado que salga elegido será transportado en autobús cada día de juicio hasta el juzgado desde una ubicación secreta, pasará la jornada allí sin poder salir y será escoltado de la misma forma cada noche.

El cantante falleció el 25 de junio de 2009 cuando tenía 50 años por una intoxicación aguda de un anestésico de uso hospitalario llamado propofol combinado con un cóctel de sedantes, según determinó la autopsia.

Conrad Murray, un cardiólogo que Jackson contrató para velar por su salud de cara a su reaparición sobre los escenarios con una serie de 50 conciertos en Londres a partir de julio de ese año, reconoció a las autoridades que administró esas sustancias al artista la víspera de su muerte para ayudarle a combatir el insomnio.

Murray, sin embargo, negó que diera una dosis letal al autor de "Thriller" y sus abogados especularon ya con la idea de que Michael Jackson, a quien está previsto que retraten como un adicto a los fármacos, se suicidó accidentalmente.

El doctor aseguró que tras darle los medicamentos al cantante abandonó su dormitorio para hablar por teléfono, un tiempo en el que el artista quedó sin supervisión y en el que el propio Jackson podría haber accedido al propofol, según sugirió la defensa de Murray.

La fiscalía presentará el testimonio de un experto con el fin de desacreditar la teoría de que el "rey del pop" muriera por beber esa sustancia que se aplica por vía intravenosa.

Murray, de 58 años, está acusado de homicidio involuntario y se declaró "no culpable" en una vista preliminar celebrada en enero, en la que le dijo al juez que era "un hombre inocente".

El médico se enfrenta a una pena de hasta 4 años de cárcel en caso de que sea condenado.